El mundo de las mentiras 1

El murmullo y su mascara

Antes de que tuviera nombre, él solo fue una voz, un hilo de pensamiento que cruzaba las calles sin cuerpo, una sombra que se escondía entre las risas fingidas del mercado. Nadie recordaba cúando lo escucharon por primera vez. Algunos decían que había nacido del eco de las mentiras del rey, otros que era el alma de un poeta que murio ahogado en su propia verdad, pero todos coincidían en algo; cada vez que alguien pronunciaba sus palabras, algo dentro se movía. "Nada destruye más que la pureza." "La verdad no libera, solo exhibe la herida." "Creer es una forma de suicidio lento." Asi hablaba el rumor, que se fue fundiendo en el veneno de la duda entre la gente.

Un escriba del consejo de sabios lo anotó en secreto: "Hay una voz que anda por los pasillos y no tiene dueño y la escucho cuando la tinta aún está fresca...cuando culmino, ya no sé si fue mía." Esa fue la primera señal de que él existía, no como persona, sino como contagio. Aquel hombre sin nombre, goberno con el ejercito de la interpretación y sus ideas eran tan simples como peligrosas: Que la verdad debía reformularse; que el hombre debia creer en sí mismo, no en dioses muertos; que la moral no era herencia, sino invención y que el lenguaje era el único campo de batalla real.

En los palacios menores, los funcionarios comenzaban a citar frases suyas como si fuersn proverbios antiguos. Las palabras se volvieron ornamento, un modo de parecer más sabio, más profundo; nadie entendía el fondo, pero todos finguían hacerlo.

Gareth al escuchar en boca de un cortesano especulo: "Si el pueblo empieza a pensar, el oro perderá su peso." Lancelot, sin embargo, sonrió: "Déjalos creer que piensan, asi comerán con más hambre."

El rey Mentiroso, desde su torre, escuchó los ecos de estas ideas, sin saber el paradero del profeta; le parecieron sublimes, nuevas...puras.

Me parece pertinente citar el libro "Sobre la vida de un exiliado" de Sensatez, escrito en aquellos dias donde combatio su mente, socavando ideas para la antítesis del posterior debate en contra del "Libro de la paz"; recopilando su vida antes y durante la tragedia con su hermano el rey Mentiroso, de nombre Armagedón. Cito: página 18, cap 2 sobre Armagedón: "Mi hermano al escuchar tales afirmaciones, me consulto si fuese posible crear un libro que reúna todos los conocimientos pragmaticos para la dificil y monótona vida que se afronta. No recuerdo como fue la conversación, pero llegamos a la conclusión de escribir junto a los mejores escribas, aquel libro. Esta idea, a priori fue distorsionandose, hasta tal punto que mi hermano no comia y se encerraba arduas horas junto a ellos, descuidando mi reino. Le adverti que aquellas escrituras tenian el espirtu de aquel hombre o idea que pertubaba a las masas, teniendo casi el mismo discurso poco ortodoxo que tanto le gustaba al pueblo. Mi hermano o lo que quedaba de él, empezo a distanciarse de mi, hasta ya no oirme." Cierro cita.

Al siguiente capitulo: "De los escritos malignos" pagina 19, se redacta algo muy curioso: "Los sabios celebraron ilusamente la idea, creyeron que la carente vida que se tenía, sería abolida inmediatamente con ese libro. En los aposentos de mi hermano, ocurria algo extraño... asome mi vista en un hueco de mi habitación colindante a la suya y observe como Armagedón parecia que estuviese en un estado de Flow absoluto; logre escuchar que fueron recabando pensamientos vociferados en las calles y los colocaron a su itineriado, pero estos textos no... no fueron escritos por ellos." Cierro cita.

A titulo personal, sustento que aquí empezo aquel hombre sin nombre a vociferar sus primeras lecciones en el inconciente de los escribidores del libro de la Paz, ya que se enfatiza que aquellas lineas ya no les pertenecian a ellos, sino a ese "ente" ¿Por qué? Entre las páginas, se hallaban frases que nadie recordaba haber redactado, tales como: "El hombre no nacio para ser libre, nació para invertar razones que lo mantengan encadenado." "El bien no es más que la mentira más refinads; quien nombra la paz, prepara la guerra."

Según narra Sensatez, esas mismas frases eran las que se deslizaban por los pasillos, las misma que convetía las risas en dudas, y las oraciones en preguntas. Aquel hombre sin nombre no había aparecido aún.... pero ya lo temían, porque lo invisible solo necesira ser creído una vez para existir.

En una noche crepuscular, la cual maldigo todos los dias, según los cronistas... apareció. No hubo testigos, sino una risa... ¿Seca?, casi humana, con un pulso metálico, como una cuchilla golpeando el borde de un cáliz. "No busquen culpable" -sentenció en un juicio publico- "Busquen el motivo" y desde esa noche, el reino de las mentiras ya no necesitsba mentir, ahora creía en sus propias mentiras.




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