El mundo del espejo

Capítulo 19

Maldijo a Alister y se paro de aquella penosa escena antes de que plantara un puño en su rostro ¿Qué demonios le pasaba? Se estaba volviendo loco, no podía tener ese tipo de comportamiento, no podía coquetear libremente con la princesa de esa forma, no lograba entender ni siquiera la razón por la que eso le pareciera graciosa. Su deber era mantenerse alejado de ellas lo mas posible enseñarle magia y después largarse, como eventualmente lo haría una vez que no tuviera que convivir con ellas todo el tiempo que era un problema. No debían formar vínculos sentimentales con ellas y no después de todo lo que había provocado la ultima vez que uno de ellos quiso pasarse de confianza con la realeza.

Se metió en el cuarto que Yana le había armado para que se quedaran, se quito la chaqueta y se sentó en la cama deseando volver , la puerta se abrio y Sarai entro, disimulo su tensión ¿Por qué ella estaba aquí? Justamente quería alejarse de ellas— ¿Qué haces aquí? —pregunto sin la intención de sonar tan rudo como lo había hecho.

—relájate, no vengo a molestar—ella no sabia que su mera cercanía lo incomodaba—se lo que dije, pero ¿paso algo?

—no—contesto para salir de ella.

—oye, entiendo que eres un soldado y que tienes este código moral y blah, blah, pero ahora no estas en el castillo, no hay nadie vigilando así que disfruta—le animo pasándole la botella que había dejado abajo—no le diré a nadie, lo prometo—soltó una bocanada de aire y se relajó en la cama para luego pedirle la botella a la chica que tenía la suya propia.

—no deberías tomar tanto a tu edad—Sarai estallo en risas, el sonaba como un completo.

— ok, boomer—siguió riendo—sabes que soy mayor de edad ¿cierto?

—no parece—se le escapo una risa que de inmediato procuro en disimular.

—vamos, te doy esa, es porque tenemos un espíritu muy libre y juvenil, pero somos adultos, en cuanto nos describe la ley, por ende, puedo beber desde hace años y soy muy buena haciéndolo—hizo un ademan con sus manos de demostración—no como la tonta abajo—Asher se tenso al referirse a Yana— ¿Qué paso con ella? Estaba muy mal ¿tu le hiciste eso? —la rubia había cambiado el tono relajado con el que estaban hablando, a uno más profundo y gélido, uno que podría llegar a hacer incluso amenazador.

—se lastimo durante el entrenamiento—evito dar los detalles de cómo.

— si, pero ¿Cómo? ¿hiciste lo mismo que me hiciste a mí? —Asher desvió la mirada—capitán, Yaya es mucho mejor que yo con la magia, me lleva millas en eso ¿cómo es que ella termino así y para mí fue como jugar? —insistió la rubia.

— ¿insinúas que le hice eso apropósito? ¿Qué soy algún tipo de monstruo? —no tenía  la obligación de responder, pero el recordar le llenada de una ira de la que no había hablado antes.

— no he dicho eso, pero dime tu ¿lo hiciste apropósito? ¿querías lastimarla o algo?

—si—declaro dejando en shock a Sarai—si quería lastimarla, quería que se pusiera las pilas, que entendiera porque es importante entrenar y volverse fuerte, entraran a un mundo del que si no son fuertes no podrán hacer nada, se enfrentaran a cosas, monstruos que no conocen, en sus hombres descansa no solo la armonía de Astrya sino de todo avalum y si no se preparan…—respiro y se calmó un poco antes de continuar, no era un monstruo, no era del todo despiadado ni estaba orgulloso de sus métodos, pero cada vez que veía al rostro de esta llena de cobardía y miedo no podía evitar pensar que no duraría—Astrya es cruel y despiadada, no les darán créditos de nada y espera que fallen para castigarlas sin tomar en cuenta todo lo le han servido incluso Lavina se ha partido el trasero para ganarse la poca autonomía que tiene y aun así tiene que jugar como el títere del capitolio para complacerlos y poder proteger a la gente con lo poco que le queda de vida.

—Asher, lo que dices es injusto—Sarai se acercó a él.

—Sasa, la vida es injusta, entérate—el tiro la cabeza hacia atrás.

—no, me refiero a que, Lavina a estado toda su vida viviendo esto, nació para esto, a Yaya… no, a nosotras no nos han preparado para esto, lo mas que te dicen en este mundo es que la delincuencia esta fuerte, el desempleo, los estudios el dinero, el casarse y tener hijos. Somos personas comunes en este mundo, no somos princesas nosotras no cuidamos ni de nuestras propias vidas y a esta edad lo único que queremos es jugar y correr, beber y bailar, antes de conseguir un trabajo que apeste para dar de comer a unos hijos que tal vez ni hayas querido, que te denigren inconscientemente por ser mujer y vivir para otro día—soltó un abocanada de aire y re paso una mano por el cabello—así que lo siento si no acepto tu comparación con tu mundo, pues parece que se te olvida que ni siquiera nos entendiéramos si no hubieras usado ese conjuro del lenguaje—Asher se relajó un poco más.

—soy honesto cuando digo que solo quiero lo mejor para mi mundo y hasta ahora ustedes son la solución, hare todo lo que tenga en mis manos para lograrlo, lo siento si eso las lastima de algún modo, pero si alguien tiene que quedar como el villano, no importa hacerlo yo.

—eso es noble, supongo—nunca comprendería del o todo el patriotismo de aquel muchacho, pero podía respetarlo, ella no sería quien se sacrificaría y de eso estaba segura, haría lo que pudiera para ayudar, pero no si esto le costaba la vida—vamos a bajar ¿sí? No quiero dejarte solo con tus pensamientos tan deprimentes—la chica se puso de pie y salió esperando que Asher la siguiera y para su sorpresa lo hizo. Caminaron por el segundo piso cuando vieron luces y destellos reflectados en las paredes, tanto Asher como ella se pusieron en guardia y se dirigieron hasta dar con la fuente. Yana estaba junto a Alister jugando con magia, una magia preciosa e indescriptible, Yana estaba bailando en el aire, dando vueltas y serpenteando alrededor de Alister que la tenía  sujeta de la mano para darle control y estabilidad. Ambos rodeados de un rejuego de oscuridad pura y la luz que emitían los sellos mágicos de Alister que s e formaban a cada paso en el aire que daban. Sarai miro el rostro de Asher y por un segundo pudo jurar que el gélido capitán de las guardia real estaba sonrojado viendo la pieza. Parecía una obra de arte, ella reventando las burbujas de agua que se convertían en rocío de colores cuando estallaban y siendo bañada de la luz como fuegos artificiales. Alister los miro y sonrió para ellos haciendo un guiño que Sarai contesto con una sonrisa genuina—sabes, Yaya ha estado sola toda su vida, siempre se ha cuidado y aunque le teme la oscuridad, puedo decirte que es muy fuerte lo suficiente para salvarme varias veces, ella solo tiene una forma distinta de entender las cosas y una vez que las descifras puedes llegar a ella, así que no seas tan duro con ella, al final no sabes lo que ha pasado.




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