Capítulo 22

Con el estómago lleno y las preocupaciones fuera de su cabeza por el momento, entro con confianza al palacio, peo no tuvo que subir las escaleras y navegar por el recinto en busca de Yana, ella estaba parada en el salón del trono, siendo observada por las criadas mientras que con un overol y el cabello envuelto en un moño en el centro de su cabeza, con las piernas y brazos llenos de pintura despaldas a cualquiera que cruzara por el decorado portal. Se acerco a ella sin intención de interrumpir y vio el lienzo da la muchacha, tenía  retratado a dos personas, una mujer desnuda despidiendo oscuridad de los ojos y la boca mientras era abrazada por la cintura por una figura masculina sin descripción en específico.

Era hermosa, oscura, misteriosa y sensual miro a los lados, no había sido la primera pintura que llevaba, unos cuantos lienzos de diferente tamaño estaban en el piso todos con la misma temática lúgubre y mística—vaya—soltó Sarai abrazando a Yana por detrás—no has reposado nada ¿cierto?

—no he podido—se giro y regreso el abrazo—esta mañana le han llegado esas hermosuras que pedí por el “Amazon” de aquí con la ayuda de Stella, tenía  la cabeza explotando desde que llegué, mira mis dedos ¡mira mis dedos! Estas son las manos de una artista Sasa ¡una artista! —canto en tono lirico— deberías entenderme, todo esto de la magia me ha quitado tiempo para hacer mis cosas dime tu ¿Cuándo fue la ultima vez que pusiste la mano en una tela? No te pases de lista —reto a su amiga cuando esta estaba a punto de bromear con la idea de que tocaba tela todos los días—sabes a lo que me refiero, incluso yo extraño el horrible sonido de la máquina de coser.

—bueno… no tengo una Stella que me ayude, no tengo las mejores habilidades sociales—Sarai reconocía que no era la persona más abierta, también recordaba las veces en las que solo había hablado con las empleadas de su palacio para cosas tan triviales como… nada, intentó recordar algo, siquiera algo pequeño como un buenos días, y siquiera eso puedo llegar a su mente, saco eso de su mente recordando ser más… educada—hice una lista para Asher, pero nunca la entregué por lo que no había tenido “tec” hasta ir a casa y en la maleta no pretendía meter una maquina o el resto de los materiales, que puedo conseguir mucho mejor aquí y gratis.

—serás tonta pero no estúpida, lo respeto quiero uno nuevo también y de gratis—enfatizo lo último con un movimiento de cejas y una sonrisa bobalicona.

—Yaya, eres rica no conoces ese sentimiento—le envió una mirada despectiva— ¿Qué es todo esto entonces?

—garabatos, como dije tengo una lluvia de ideas—los cuadros ciertamente no se veían terminados, eran bocetos de colores con trazos descuidados y hechos con prisa, el único al que había puesto atención era el que tenia en frente, que lejos de terminarse daba la impresión de que sería una pieza impresionante.

—tenemos que entrenar—añadió en una voz neutral—Alister nos espera—Yana hizo una mueca y bajo el pincel, la idea de entrena con Alister se le hacia mas emocionante que la de Asher, aunque esta significara dejar de armar aquella idea que había rondado en su cabeza desde el día de ayer. Se miro las fachas estaba hecha una con la pintura pero que más daba, no se daría un ducha para sudar a lo bestia en el simulador, se apretó el cabello y tomo la mano de Sarai que la esperaba y salieron en busca del pelirrojo.

Alister estaba sentado con las piernas en el aire levitando concentrado en un aparato con pinta de videojuego y una gallina anidada en su cabeza, Yana grabo la imagen en su cerebro para cualquier tipo de idea futura, en lo que Sarai busco la mirada de Yana antes de comenzar a reírse— ¡Oye! —le grito con una confianza que la sorprendió—ya estamos aquí mama gallina—el las miro con la cara hecha un puchero, metió el aparato en sus bolsillos y cambio la mirada a una más típica de el y que ahora Sarai se preguntaba si aquella facha energética y simpática no era más que una facha— ¿perdiste?

—nah, estúpido juego—murmuró dándose por vencido—en fin, síganme, hoy será especial.

Sarai se preguntaba si en este mundo lo especial era sinónimo de extremadamente peligroso. Ahora solo estaba ahí parada en medio del bosque viendo como frente a sus ojos un vórtice dimensional se abría y permitía que una criatura diera el primer paso sobre las tierras del castillo con un rugido que levantó todas las aves del perímetro.

Apretó en su mano  el báculo que sería lo único que la salvaría de la situación donde estaba metida, otro rugido, pisadas que hacían temblar la tierra y disimulaban su propio temblor “sera fácil” recordó con odio la voz de Alister cuando le dio una palmadita en el hombro y se desvaneció en el aire ¿Cómo demonios esto era fácil? Se sentía tan aterrada como cuando lo vio por primera vez ¿Qué hacía si tenía  magia ahora? Ella era diminuta contra un monstruo de esa magnitud y que se seguía haciendo mucho más grande cada vez.

No había un truco, no tenía  una estrategia, solo estaba ahí en medio de la criatura y el castillo, sola preguntándose entonces donde estaba Yana, respira unas cuantas veces y loco despegar los pies del suelo en varios saltos, que por lo menos la convencían un poco de que no tenía  miedo, la tierra tembló mucho mas fuerte, las campanadas que marcaban las seis había dejado de sonar y una vez más se comparó con lo que tenía  en frente—maldición—grito en voz alta, no tenía  de otra, se concentró a tal punto de recrear el nivel de poder dentro de su cuerpo que le había permitido dar los saltos y correr a velocidades grandiosas la última vez que se había enfrentado a Asher.

No le había comentado a nadie, pero había practicado el truco unas cuantas veces después de ese día, con tan de poder transformarse, como ella le decía casi de inmediato y no cuando su cuerpo entendiera que debía hacerlo. Ahora sus venas brillaban su visión era mucho más clara del panorama y con los siguientes saltos preparativos logro ponerse casi a la altura de la bestia y ver que en unos segundos estaría allí ¿pero que se decía? ¿debía correr? ¡no! Tenía  que cumplir con la misión, ella podía. Se siguió diciendo en el aire antes de que su atención fuera capturada por otro vórtice abriéndose en sentido contrario del de ella, allí debía estar Yana, maldijo nuevamente a Alister por hacerle esto.