Pudo haber dormido el día entero si así podía saltarse el tener que exponer sus carencias mágicas delante de toda una nación. Vestirse de princesa le parecía algo emocionante, incluso aprovechar la triste realidad del castillo y embriagarse un poco como en los viejos tiempos cuando era una chica de alta sociedad y se robaba a Sarai para que la acompañara a buscarse de los aristócratas y burgueses con los que su abuela y madre querían emparentarla.
Desde luego, en Astrya no seria de ese modo, tendría que simular los mejores modelas, sonreír para quien lo necesitara y lamerles las zuelas a los míticos sacerdotes del capitolio, una tarea que el pareciera menos tediosa si tuviera su mente puesta a solo simular ¿pero estaría Yana capacitada para dejar una buena impresión de su nivel mágico? Ella mismo no estaba segura la noche que se reunió con Asher estaba sola en le medio del bosque, ese mismo bosque donde vio su sangre derramada. Apretó los ojos y no para deshacerse del recuerdo, sino para atesorarlo como recordatorio de lo que pasaba cuando no estaba centrada en lo que debía.
—pensé que no llegarías—comento cuando vio al hombre aparecer entre los arbustos—también creí que me perdí, pero…
—si te dije que nos reuniéramos aquí, así lo haría—sentencio, haría esto rápido—princesa, su problema con la magia es que la reprime, todo el tiempo vive asustada, le tiene miedo a la oscuridad, le teme a esforzarse y así no lograra hacer nada, la magia no es para jugar, a menos que solo quiera levitar cosas y hacer uno que otro truco de fiesta—comento queriendo sonar mas rudo de la cuenta y genuinamente algo celoso de su experiencia con Alister—de igual forma no me asombra que le tengas miedo al dolor, por esto la magia de combate no le sale, no tiene disciplina ni temple ¿Qué puedo hacer yo para cambiar eso de ti? —Yana intento interrumpirlo, pero ella no tenía idea, sabía que sus flaquezas serian expuesta peor no sabía que dolería así—intente ser cruel, ser firme, darte un régimen que asimilar—se detuvo y vio el rostro afligido de ella—no creo que pueda cambiarte… no pienso que esa lo mejor tampoco, tu nivel de magia es brillante, eres flexible y creativa, solo te falta algo de técnica y coraje. A continuación, Asher invoco su imponente espada y le dio la bienvenida a que Yana hiciera lo mismo—en dos días, te enfrentaras a una criatura del abismo, frente a los sacerdotes del capitolio, si quieres que las cosas marchen como hasta ahora o incluso mejores sin tener que seguir sus reglas entonces tendrás que demostrar que eres fuerte para que no sientan la necesidad de llevarte.
— ¿llevarme? No pueden hacer eso.
—ellos pueden hacer lo que quieran, por eso Lavina a acelerado todo su entrenamiento, si entienden que aquí no las estamos preparado como se debe, tomaran eso como excusa para llevárselas y entrenarlas ellos como quieran—explico cabizbajo.
—no me iré a ningún lado—dicto Yana apretando la lanza en sus manos.
—no dejare que te lleven a ningún lado—sus palabras y sentimientos no podían ser mas ciertos, no era la primera vez que la perdía y aunque ahora solo podía disfrutarla de aquella manera, se rehusaba a que el capitolio hiciera lo que quisieran con ella.
La lección había empezado, pero al contrario de las otras veces no fue sobre ella en un ataque impactante. Empezó una lección exclusiva para ella donde examino sus movimientos aprendido en todo el tiempo y a que otra cosa ella podría usar para defenderse de una persona, pero a la larga esto solo era un examen, para lo que ella se enfrentaría necesitaría manejar su magia esencial, una magia desde su propio ser a gran escala.
Los choques de sus armas resonaban en el bosque, los gritos de pelea eran como música ambiental para escena que solo podían ver los animales despiertos a esa hora. Yana lo había hecho mucho mejor que nunca no había aguantado ni un round, ahora le hacia frente con astucia, a pesar de que el 80% de los ataques que Asher le enviaban eran atinados directo en su piel. Llego un momento en el que la coreografía que ejecutaba era pura sincronía y Yana no se sentía asustada d ellos ojos grises de su maestro que ahora no era aterrador, sabía que si había dado su vida por ella no le haría un daño más allá de unos cuantos empujones y cortes.
Cayo al suelo, el se acerco y la ayudo a ponerse de pie—no es que no temas, es que confíes en que eres mucho mas poderosa que a lo que te enfrentas, los movimientos los tienes solo te falta la confianza y unos cuantos hechizos—no era la mejor peleadora, para eso le faltaría mucho mas que tres noches de entrenamiento—ven aquí—ella noto algo dulce en su voz cuando la llamo—párate en posición base, aprieta el cuerpo—le decía mientras tentaba sus músculos y su corazón se apresuraba—ahora como la primera vez que sentiste la magia, imagina que esa criatura viene corriendo hacia a ti y siente el cosquillo recorrer tu piel y juntarse en tus manos—su voz en su cuello era lo que le provocaba las cosquillas y las corrientes de agua fría en la base de su espalda donde casualmente tenía cerca la mano—siente que estas recolectando poder, como si eres una batería que se está llenando, algo así como un videojuego y retenla todo lo que puedas ¿ves? —los árboles, la grama en la que estaba parada, sus cabellos revoloteando con la corriente de aire que se formaba desde la cantidad inmensa de energía oscura, no había sentido el terror de las veces pasadas pues ahora le debía a Amara mas de lo que le temía—aguanta lo más que puedas, ese el punto clave, cuando pase el tiempo podrás llegar de cero a cien en cuestión de segundos.
—¿qué debo hacer ahora? —el esfuerzo le hacia sonar la voz temblorosa y frágil llegando a parecerle algo sensual a Asher que aguantaba la compostura frente a ella que cada vez le lucia más atractiva.
—cuando quieras solo suéltala, envíala como un proyectil a donde quieras.
—se destruirá todo—comentó preocupada, se sentía como una bomba en ese momento, sus rodillas estaban débiles y no aguantaría por mucho tiempo.
#16753 en Fantasía
#35742 en Novela romántica
comedia romance, sobrenatural problematico pasado, magas mujeres
Editado: 11.05.2021