Jeremías 17
7 Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.
8 Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a las corrientes echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigara, ni dejará de dar fruto.
Puedo volar con el viento y sentirme libre por completo
porque hay algo poderoso viviendo dentro de mí
que no deja de crecer y que necesita salir
Pero sé que no es el tiempo, y florecerá en su momento.
No hay que apresurar las cosas porque eso nunca sale bien
Él se encargará de todo, yo confío en su poder
Los demás se darán cuenta cuando a un árbol me parezca
porque nadie me podrá ocultar y si no me quieren ver se tendrán que alejar
Pero no me detengo, no importa quien hable, yo avanzo sin parar
Muchos querrán dañarme, intentarán cortar mis raíces, mi tronco y mis hojas,
pero van a fallar en el intento pues alguien de allá arriba me cubre con sus alas.
Las buenas obras que alguna vez fueron sembradas dentro de mi corazón,
comenzarán a dar su fruto, con madurez e inteligencia, con sabiduría y confianza.
Él me mantendrá firme en la roca y fuerte en las tormentas que han de venir.
Aguantaré cada tempestad que se atraviese en mi camino tratando de derribarme.
Sé que no es en vano porque una vida eterna me espera, a mí, y a mis hermanos.
Todo este mundo queda atrás, las cosas son livianas cuando descansamos en Él.
Nada pesa como antes, nada duele como antes, nada es ni será como eran.
Una raíz más grande me estaba sosteniendo para que fluya por la tierra fértil,
compartiendo sus valores para convertirme en una de sus grandes riquezas.
La semilla fue plantada y regada, se le otorgó la luz y el amor más inmerecido.
Y todos fuimos plantados, cuidados, amados y cultivados por Su amor.
Somos ese diseño único y especial del cielo en la tierra de estos tiempos.
Nuestras raíces reviven a otras, y así se crea el árbol planificado del reino.
Todas estas cosas estaban en sus planes divinos desde mucho antes que nosotros.
Árboles plantados junto a las aguas... que no se fatigarán, ni dejarán de dar fruto.