Después de cambiar a Ryan de colegio en busca de un ambiente más acogedor, Caroline esperaba que su hijo encontrara la seguridad y el apoyo que tanto necesitaba. Sin embargo, pronto descubrió que los desafíos no habían desaparecido por completo.
Una tarde, al recoger a Ryan del nuevo colegio, Caroline notó la tristeza en los ojos de su hijo. Al preguntarle qué sucedía, Ryan le confesó con voz temblorosa: "Mamá, aquí también me tratan mal. Algunos niños me ignoran, me golpean y la maestra me regaña sin razón".
Caroline sintió un nudo en la garganta al escuchar las palabras de su hijo. Ella se acerca a la maestra para abordar la situación.
"Maestra, necesitamos hablar sobre el trato que ha recibido Ryan en clase. Mi hijo merece ser respetado y apoyado, no ignorado ni regañado injustamente" - expresó Caroline firme tratando de guardar la calma
La maestra, sorprendida por la preocupación de Caroline, intentó explicar la situación desde su perspectiva. Sin embargo, las palabras de Ryan resonaban en el corazón de Caroline, quien sabía que debía defender a su hijo una vez más.
"Entiendo que puede haber malentendidos, pero es crucial para mí que Ryan se sienta seguro y valorado en el entorno escolar. No toleraré que sea tratado injustamente", afirmó Caroline protegiendo a su hijo con amor inquebrantable.
A pesar de sus esfuerzos, Caroline se dio cuenta de que encontrar un lugar donde Ryan fuera aceptado plenamente sería un desafío. Con el corazón apesadumbrado pero con la firmeza de proteger a su hijo, Caroline comenzó a explorar otras opciones para garantizar el bienestar y la felicidad de Ryan.