El muro de los te quiero

Capítulo 1: El encuentro

Si supiera todas las respuestas, la vida sería mucho más sencilla, pero también muy aburrida. Claro que la incertidumbre no es algo fácil de llevar, pero todos los seres humanos lo deseemos o no, debemos hacerlo. Esto a veces nos lleva a caer en una rutina, en una secuencia que se repite una y otra vez, así es como nos convencemos a nosotros mismos de que sabemos vivir la vida, cuando en realidad no tenemos idea. 

Yo tenía mi rutina. Vivía en Brujas, una pequeña ciudad situada en la provincia de Flandes Occidental a 90 kilometros de Bruselas y parte de mi rutina consistía en andar por bicicleta recorriendo los canales mientras escuchaba música todos los sábados por la mañana. Luego almorzaba una pizza en mi restaurante favorito.

Lo malo de las rutinas es que una vez que uno se acostumbra ya nada le sorprende, y tampoco espera ni está abierto al cambio. Es por esta razón que ese día me sentí un poco disgustada cuando un chico con una chaqueta de cuero en una moto se acercó a  mi.

Cuando se quitó el casco mi asombro fue mayor, se trataba de Daniel. Él era un chico que había conocido en mi viaje a España hace dos años debido a que él era muy amigo de un chico con el que yo salía. Salimos solo una vez, siempre que yo salía con alguien era así. Déjenme aclararles algo: Yo no creo en el amor. Es una idea demasiado abstracta, demasiado utópica, demasiado difícil de llevar a la realidad. Volviendo a Daniel sólo nos habíamos visto en esa ocasión pero nos llevábamos bien yo salía con su amigo y él estaba de novio con una chica llamada Valeria 

- Alex- me dijo con una enorme sonrisa en el rostro- tanto tiempo sin verte

Este chico no podía pasar un segundo sin estar contento, siempre sonreía y disfrutaba de la vida. Básicamente todo lo contrario a mi 

- Hola Daniel- le respondí con una sonrisa menos exagerada- ¿ que haces en mi ciudad?

Por lo que yo sabía él nunca había salido de Sevilla, así que me asombraba verlo allí

- Vine para ver el evento de Mario Tarquez, esperaba poder conocerlo

Yo apenas conocía a Daniel de nombre, no sabía nada acerca de sus intereses. Pero por lo que sabía Mario Tarquez había venido a mi ciudad a una firma de autógrafos ayer, creo que era un deportista o algo así solo que no estaba segura. Había visto algunas fotos pero lo recordaba muy vagamente, por lo que no pude hacer más que mirar a mi amigo muy confundida

- ¿ Sabes a donde debo ir? 

- Realmente el evento terminó ayer, no creo que ese tal Mario siga en Brujas

No me gustaba ver la cara de desilusión de Daniel, no era nada bonita. Cuando estas acostumbrado a las desilusiones como yo, cada vez se te nota menos, por lo que no me agradaba ver como él reaccionaba de esa manera. No sabía que podía hacer para hacerlo sentir mejor, pero hice mi mejor esfuerzo, yo era así, me gustaba ayudar a las personas

- Lamento que no puedas ver a... ese famoso pero si no tienes nada que hacer aquí puedo darte un breve recorrido por la ciudad 

La sonrisa volvió a su rostro y sentí un inmenso alivio. Él no era de los más guapos pero estaba bien, tenía su propio encanto 

- Me parece bien 

- Bien, sígueme- le dije decidida

Iba en su moto siguiéndome por los canales muy despacio para ir al ritmo de mi bicicleta y mientras tanto conversamos de todo un poco: Me contó que ya no estaba con su " novia" que al parecer nunca quiso, es decir, esa chica le había dicho muchas mentiras y él en realidad no la quería a ella como era, también me hablo de el chico con el que yo había salido, el cual seguía igual de aburrido que siempre ( no quiero ofenderle, pero había sido uno de los peores con los que yo había estado) y me contó un poco acerca de otros amigos que vivían en su ciudad.

Cuando ya era hora del almuerzo lo llevé a un pequeño restaurante donde servían la mejor pizza de mi ciudad a mi parecer 

- No suelo comer este tipo de cosas, pero haré una excepción- me dijo y yo no podía creer lo que estaba oyendo. ¿ Quién no solía comer pizza? 

- ¿ Porque no comes de este tipo de cosas?- no pude evitar preguntar, como mi cara demostraba lo que yo no sabía decir, el se dio cuenta de hacia donde iba mi pregunta

- Porque no es algo sano, yo quiero cuidar mi cuerpo, no sé tú 

Rodé los ojos. Entiendo que quiera cuidarse pero no iba a morirse por comer una rebanada de pizza, ademas si bien yo no tenía un físico perfecto si me cuidaba. Andaba en bicicleta, tomaba agua y... ¿ que más tenía que hacer para cuidarme? No iban a verme jamás en un gimnasio ni nada por el estilo, pero vuelvo a repetir: Considero que estoy bien físicamente.

Durante la comida me hablo acerca de su sueño de ser piloto de motos de carreras y resulta que Mario Tarquez era su modelo a seguir, era también un piloto y después de ver las fotos que me mostró tuve que admitir que me parecía muy atractivo. Yo le comenté acerca de mis planes de ser profesora de filosofía y como planeaba hacer que los alumnos se interesaran realmente.

Más tarde sabía que mi madre se preocuparía si no volvía a casa pero necesitaba mostrarle a Daniel más de mi ciudad asique hice que subiera los 366 escalones de la torre del campanario. Claro que como el entrenaba y tenía músculos perfectos no le costó casi nada subir. Arriba se veía toda la ciudad y no sé bien porque, tal vez fue una casualidad, no había nadie arriba, sólo nosotros dos 




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