Al bajar del barco ambos estábamos en silencio. Estábamos cansados y yo cargaba con una gran desilusión encima. Él se iría en poco tiempo y aunque la idea de perderlo realmente me aterraba, me aterraba aún más el hecho de que él se fuera y yo jamás le habría dicho nada. Tenía que armarme de valor y decirle, el único problema era que no sabía de dónde sacar ese valor.
- Oye, ¿ como sabes si estás enamorado de alguien?- le pregunte mientras caminábamos por el Sena
- Me encantaría saberlo- respondió suspirando- ya te he dicho que nunca he tenido ese sentimiento
- Lo sé, solo tenía curiosidad
- ¿Como supiste que estabas enamorada de tu ex?
- Creo que lo supe porque...
Me quedé en silencio. Lo supe porque podía mirarlo a los ojos sin miedo, podía mirarlo y sentir que todo estaría bien. Al igual que me pasaba con Daniel. recordé las palabras de Lydia y entendí que no debía temer, yo sí podía gustarle pero nunca lo sabría si no lo intentaba. Puse mis brazos al rededor del cuello de Daniel y dejé mis labios muy cerca de los suyos, pero sin besarlo. Podía sentir su respiración y él podía sentir la mía con su boca. Caí en la cuenta de lo que estaba apunto de hacer y me aparté
- No te apartaste- susurré
Yo había intentado besarlo y él no se había quitado. Lo miré esperando a que dijera algo pero simplemente se quedó en silencio
- ¿Porque no te apartaste?- pregunté ahora más fuerte
- No lo sé. Ni siquiera entiendo que acaba de pasar
Noté lo confundido que estaba. Entonces me di cuenta de que él si tenía sentimientos por mi, pero no se había dado cuenta hasta ahora
- Mira, eres una gran chica y no digo que tengas nada malo, pero...
- No sigas- interrumpí desilusionada- Lo sé. Sería muy complicado. Solamente quería saber si sentías algo por mí
- No lo sé, Alex
A veces la sinceridad dolía, pero la prefería antes que la mentira. Y empezaba a creer que yo misma vivía en una mentira, yo había llegado a pensar que podría tener algo con él pero la vida no funciona así y odiaba haberlo olvidado.
- Necesito estar sola- dije y me fui corriendo arrastrando mi vestido para que no me viera llorar
Caminaba sin parar sin saber exactamente a dónde iba. Solo quería pensar, solo quería estar tranquila, todo había sido muy agitado hasta ahora y para mi desgracia, nada había salido bien. Incluso si tenía una oportunidad el se iría, ¿de que servía estar enamorada si no me llevaba a ninguna parte? ¿ Porque las cosas debían se siempre tan difíciles?
Me hubiera gustado tener esas respuestas, pero no, ni siquiera sabía hacia donde iba
Me detuve al darme cuenta que llegué a una especie de estacionamiento oscuro. No había nadie al rededor, por lo que me asusté un poco. Entonces miré de nuevo y si vi a alguien: Mi ex.
Leonardo era mi único ex. El único que podía destruirme con tan solo decir unas palabras. Habíamos sido novios durante exactamente dos años, el día que cumplimos dos años el me dijo que estaba enamorado de otra chica. El mejor sentimiento que había sentido fue cuando me enamoré de él y el peor fue cuando me dejo. Luego de él solo tuve encuentros ocasionales con algunos chicos pero nada más, nunca había querido arriesgarme a pasar otra vez por lo mismo.
- Alex- me dijo con una media sonrisa tímida. Él siempre había sido así
- Leo- le dije entre sollozos- no quiero verte ahora
Realmente no quería. Eso solo empeoraba las cosas, recordarlo a él y su nueva novia, y que el me viera así: toda destrozada, con la cara hinchada y los ojos rojos por haber llorado. Él comenzó a acercarse a mí
- Solamente vine a saludar
- Hola. Ya puedes irte
Me dolía verlo. Me dolía escucharlo. Porque recordaba como él había conocido hasta lo más profundo de mi ser y luego ni siquiera se inmuto al oírme llorar desconsoladamente por él, ni siquiera una pizca de arrepentimiento había en su voz, por haberme dejado de esa manera. Sabía que yo era lo que menos le importaba en este mundo. Podrás decir que no era la gran cosa, que todos pasan por desamores y los superan, pero dolía y para este dolor no existía medicina
- Pero no quiero irme, quiero hablar contigo
Rodé los ojos. Sentía demasiada frustración en ese mismo momento. Intenté irme pero el puso un brazo sobre la pared y estaba tan cerca de mi que incluso comencé a sentir repulsión por él
- Déjame ir Leo - le dije muy furiosa- debo volver ya
Pero simplemente sonrió y colocó su otro brazo en la pared dejándome acorralada. Intenté escapar pero el era más fuerte que yo y me sostenía de ambos brazos. Comencé a gritar pero me tapó la boca, incluso intenté patearlo en su pantorrilla pero nada parecía funcionar. Estaba desesperada, no sabía como huir de ahí, no sabía que hacer. Era una sensación realmente espantosa