CAPÍTULO 12. Dejando Ir

"La vida te trae
exactamente
lo que necesitas sentir.

Pero también te aleja
exactamente
de lo que necesitas dejar ir."

-Rafael Cabaliere

Hoy es viernes y como decidí no ir a la escuela tendré tres días para hacer absolutamente nada.

Mis padres ya se han ido a trabajar y mi hermana igual se ha ido a la escuela, ya había faltado tres días desde lo sucedido, así que supongo que se dio cuenta de que no podía seguir dándose más días, la ventaja es que ya casi se termina el año escolar y por fin podre irme de esa escuela, así que ya no hay mucho que hacer, hasta cierto punto me agrada esa idea de ya no estar más ahí, ya no tendré que fingir que no conozco a Jessie o ya no tendré que lidiar más con el estúpido de Nathan, esa es una de las mejores noticias que puedo tener y prácticamente nadie me conocerá, algo también genial, solo serie alguien más ahí. Se que Peter ira a la misma escuela que yo, pero soy positiva en pensar que no le tocará conmigo, es un colegio grande, solo espero no tener que coincidir con él, supongo que también me evitará, así que no será mayor problema.

Otro día en el que me quedo completamente sola, no se si les ha pasado que tienen esos días donde no tienen nada importante que hacer y pueden hacer cualquier cosa, pero simplemente no se les ocurre que, esos hasta en los que te aburres de no hacer nada, pues así me encuentro ahorita, tan solo han transcurrido cinco horas desde que decidí levantarme de la cama y ya las sentí una eternidad, este silencio es horrible, se siente tan... incómodo. Es muy solitario, además de que siempre he creído que la casa es muy fría.

Odio los silencios, porque son justo cuando pienso en todo lo que me pasa y comienzo a juzgar todas mis acciones, es justo cuando cometo más errores de lo normal y lo sé porque estoy a punto de volverlos a cometer.

Estos días he pensado tanto en Peter, es algo notorio, pero no puedo evitarlo, de verdad lo extraño; hace poco vi una película donde un chico tiene una regla que repite todo el tiempo y es que no debe de aferrarse porque si lo hace esa persona se irá; me sentí tan identificada con él, porque fue lo que me pasó, me aferre a Peter y él se alejo, fui tan tonta, porque no me lo pude repetir también y evitar todo este dolor, la verdad es que uno no manda en el corazón y aunque me lo hubiera repetido muchas veces, el resultado seguiría siendo el mismo, yo me aferraria y él me dejaría, es algo que tenía que pasar de una forma u otra. Creo que esta destinada a ese dolor en especifico o al menos así quiero verlo.

Estoy en ese punto donde se que lo que haré está mal, pero creo me llego ese momento de impulso donde pierdo mi orgullo completamente y no me importa la respuesta que obtenga, básicamente haré el ridículo.

Estoy sentada en la sala con mi celular en mano, observando el número de Peter en la pantalla, preguntándome si es lo correcto hablarle, estoy segura que no, pero ¿Qué mas puedo perder?
Ya me veo patética, no podría verme peor. ¿O si? Después de tanto pensar decido por fin marcar, suenan dos pitidos y al tercero escucho una voz preguntando quien habla, supongo que eliminó mi numero, es algo obvio, yo no pude, no logré hacerlo. Lo intente varias veces, pero cuando entraba a su contacto pensaba en todos los momentos que habíamos pasado juntos y simplemente ya no podía, terminaba llorando una y otra vez.

—¿Quién habla?— vuelve a decir.

Me he quedado congelada, no sé qué carajos decir, jamás pensé que me contestaría, no tengo palabras.

—Hola... — digo por fin con voz temblorosa.

—¿Hannah?— dice dudoso, supongo que deseando a que sea alguien más

—Si, soy yo, perdón por marcarte— no se que mas decir, de seguro a de pensar que soy una idiota por haberle hablado.

—¿Qué necesitas?— Dice de una forma muy fría que hace que corra una lagrima por mi mejilla.

—Pará ser honesta, no lo sé bien, creo que fue un error haberte hablando, estoy llena de errores, no pude evitarlo— digo sarcásticamente tratando de sonar como si no me importara lo que ha dicho.

-Esta bien, si es todo creo que debería colgar

—No espera— no se que estoy haciendo, de verdad que me veo como una estúpida

—¿Qué pasa?

—La verdad es que te extraño, se que estoy haciendo el ridículo volviendote a buscar, pero es que aún no logro dejarte ir— digo lo ultimo con voz entrecortada. No quiero llorar, no más, así que me trago el gran nudo que tengo en la garganta y decido seguir —todo el tiempo que pienso en ti trato de decirme que te olvide, que me hiciste daño y no puedo seguir así, que debería odiarte y no buscarte más, pero no puedo, porque cada que me digo eso, recuerdo todos esos buenos momentos que pasamos juntos, todas esas risas y sonrisas que me regalaste, esa seguridad y confianza que me trasmitías, me digo que todo este tiempo no pudiste fingir, que en algún momento tuvo que caer esa máscara que traes puesta todo el tiempo y que me mostraste tu verdadero ser, que hubo momentos en los que no finjias; que idiota fui— digo lo último riendo y negando con la cabeza recordando todo aquello que vivimos juntos.

Hay un gran silencio, ninguno dice nada, supongo que no se imaginaba que terminaría diciendo todo de golpe, no se imaginaba que me sintiera así, lo entiendo, no cualquiera diría algo asi a alguien que la lastimó, pero que puedo decir, así soy.

—Te seré honesto Hannah— dice suspirando, dando fin al gran silencio que se había creado.

—Por favor, es algo que he deseado desde que nuestra amistad terminó

—Si te quise, aún lo hago, aunque parezca mentira, muchas cosas fueron reales, pasé grandes momentos contigo, la verdad, eres buena persona, pero también hubo cosas con las que no pude y sigo sin poder manejarlas, estas llena de problemas y no lo digo para lastimarte, lo que quiero decir, es que te la pasas lamentandote todo el tiempo, se que no es fácil todo lo que estas pasando, pero es algo que yo tampoco se manejar y para ser honestos no te quiero empeorar, no se como ser aquel amigo que tu necesitas, no puedo ser quien te salve, lo siento, de corazón, pero no puedo lidiar con algo así.