CAPÍTULO 18. Encuentros

"Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga"

-Denis Diderot

Hoy es otro día en la escuela, ya cumplí mi primera semana, realmente no hubo mucha diferencia con las clases, todo siguió igual, tome algunas materias nuevas que aun no me tocaban y bueno lo normal, supongo.

Estoy justo en mi clase de historia. La clase inicia igual de aburrida, hasta que es interrumpida por otro maestro, pareciera ser alguien de rango superior por el gafete que trae, entra y solo se acerca a la maestra para susurrarle algo al oído, ella simplemente asiente y deja de dar la clase, no se bien que es lo que pasa, pero agradezco que nos den un descanso del tema, porque estaba a nada de quedarme dormida.

—Disculpen, me acaban de informar que dos compañeros serán trasladados a este salón de clases, parece que hubo un conteo mal de alumnos y algunos de ellos terminaron en el otro— dice la maestra mientras checa lo que parecen ser la lista de alumnos.

De la nada veo entrar a Peter al salón y un chico más detrás de él, por un momento me congelo, pensé que de verdad me había salvado de verlo, pensé que por ser la escuela tan grande no tendría que estar cerca de él. Que estúpida por creerlo, y que maldita suerte es la que tengo para que de todos los salones, le tuviera que tocar aquí.

—Tomen asiento por favor, para poder continuar con la clase.

Es justo ahí cuando me doy cuenta que solo hay dos lugares libres, y uno esta frente a mi y el otro de mi lado derecho aunque un poco más atrás de mi lugar.
Que mierda le hice al mundo para que tenga que pasar por esto.

Por un momento nos miramos a los ojos, como si su alma quisiera decirme algo, pero sus acciones y él me dijeran una cosa totalmente diferente. Son solo ideas mias, estoy segura de eso, mi mente juega conmigo otra vez, debo parar, DEBO PARAR. En ese lapso él se queda estático, fueron solo segundos, pero aquellos que lo dijeron todo, incomodidad, su deseo de que no quisiera que yo estuviera ahí. Cuando me doy cuenta el otro chico le ha ganado el lugar más lejano a mi en el asiento de mi derecha, así que supongo que ambos asumimos una derrota al saber que tendrá que estar a mi frente.
Termina tomando asiento delante de mi como si nada, como si simplemente no me conociera, siendo una simple extraña como todos los demás en este salón. Estúpida nuevamente, que esperaba, que me saludara y solo dijera: Hola Hannah como estas? Que coincidencia, si claro.

—Mierda— logro escuchar apenas en un susurro

—Tranquilo, se que me odias y si te hace sentir mejor, yo tampoco quería que me tocara contigo— le digo al odio para que nadie más pueda escuchar

Enseguida se voltea sorprendido, no esperaba que lo escuchara, pero bueno, con el silencio, era imposible no hacerlo.

—No quise ofenderte, es solo que...

—Lo entiendo, no debes explicarlo, se que no quieres verme, lo dejaste en claro y al mostrarte como si no me conocieras, lo entendi mejor.

Eso si que le ha avergonzado, no ha podido decir nada, se ha volteado como si nada, pero bueno, así actúan los cobardes. Es solo que...

¿Alguien me podría decir como mierda se olvida a alguien que te lastimó tanto y lo sigue haciendo? ¿Cómo sacas a alguien así de tu vida?
Odio tener que hablar todo el tiempo de él, odio tener que pensarlo, odio que siga teniendo cierto poder de lastimarme, no entiendo porque me siguen doliendo sus acciones, porque le sigo dando tal poder para herirme. Tal vez ya no es tan notorio como antes, pero eso tampoco quieres decir que no duela igual.
Es solo que no se como hacerlo, no lo sé y se que ya lo había dicho antes, se que prometí sacarlo de mi vida y de mi corazón, pero quema, quema y duele saber que aun no he logrado sacarlo en lo absoluto.
Y para hacerlo peor, tiene que estar en el mismo salón de clases qué yo. Aún en esta escuela tendré que verlo casi todos los días.

—Continuemos con la clase, como les decía, en 1453 en la Edad mode...

He dejado de escuchar lo que dice la maestra, tan solo veo a Peter sentado frente a mi, sentado a centímetros mios, pero al mismo tiempo sin estarlo, no se como explicarlo exactamente, odio no poder olvidarlo.

La clase sigue transcurriendo, pero yo simplemente deje de prestar atención a lo que estamos viendo, mis pensamientos me comienzan a traicionar, quiero tocar su hombro y poder hablar con él, pero esta mal, se que esta mal, es solo que mi corazon lo desea, realmente el corazon nos traiciona todo el tiempo, pero ya no quiero cometer otro error, así que mejor decido volver a ver por la ventana, es mi mejor distracción por ahora.

Sin darme cuenta la campana a sonado, la clase se terminó. En seguida comienzo a recoger mis cosas para poder irme, pero una chica se ha puesto frente a mi y me impide el paso, solo que no se dirige a mi.

—Hola Peter, no sabía que te tocaba en este salón

—Hola, yo tampoco, pero en el otro salón ya no quedaban pupitres, así que nos mandaron para acá

—Me alegra eso— sonríe de manera coqueta mientras se acerca a tomarle la mano, no puede ser más obvia, como si trajera un puto cartel en la frente diciendo, me encantas, hazme toda tuya.

—Jajaja si, bueno que te digo, ya tendremos casi todas las clases juntos.

—La próxima puedes sentarte conmigo, así podríamos pasar más tiempo los dos

Sin darme cuenta se me sale una ligera risa por lo que ha dicho, aunque de inmediato me tapo la boca para que no sea notorio.

—Disculpa, de que te ríes, ¿Te conozco?

En seguida mi sonrisa desaparece, que mierda pensé, están frente a mi, me habría ido desde hace rato, pero claro quería escuchar toda la conversación de Peter.
Al mismo tiempo Peter voltea a verme, solo por reacción, como tratando de averiguar a quien se dirige su amigita.

—De nada, perdona, es solo que... olvídalo, lo siento mucho— mientras lo digo miro a Peter, pensando en que el jamás le será alguien con significado en su vida, será su momento de un rato y nada más. Si viera en donde es que se está metiendo. Solo sonrió, pero esa sonrisa que refleja pura tristeza y bajo la cabeza mientras niego.