El nacimiento de una nueva flor.

VIII

Soledad

 

 

 

Interminables calles, donde por cada esquina brota la desesperanza,

ver niños siendo adultos y sus caras que expresan el dolor,

solo pido que esta agonía se vaya junto con el sufrimiento que habita en su ser,

y también este pesar, remordimiento o culpa que abunda en mi corazón al no poder hacer que estos rostros me muestren otro sentimiento,

y poder aliviar este vacío profundo que queda en mí.

Los frágiles niños desearon que llegara el mañana para un nuevo amanecer.

 




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