El nacimiento de una nueva flor.

XXXIV

 

La Muerte del Girasol.

 

Siempre nos dicen que debemos amarnos a nosotros mismos, antes de amar a alguien más.

No todos podemos sentir aunque sea un poco de simpatía por uno mismo, ya sea porque nos disgusta nuestro cuerpo, o no estamos conformes con la vida que llevamos, sin saber que esta es moldeada por nosotros mismos.

Los reproches constantes ante personas que no tienen nada que ver en el problema, y la pesadez se refleja cada vez más en nuestro semblante.

Todas las flores crecen de una manera esplendida, el capullo se toma su tiempo para emerger en una hermosa creación.

Pero para llegar a eso tenemos que pasar por muchas etapas, y un crecimiento en si para poder estar en ese apogeo monumental.

Temerosas del nuevo mundo, estas abren sus pétalos de forma pasiva, hasta que dejan en total descubrimiento su belleza.

Con el transcurrir de los días, estas se marchitan y llegan al fin de las mismas. Dejando un tallo solo, en espera de una nueva flor que ilumine su estadía.

Me gusta detallar las cosas simples de cada persona. Desde cómo interactúan entre ellos, hasta el mismo modo de comer.

Me gusta llegar a conclusiones de su comportamiento con solo mirarlos. Pero ¿Por qué si aún no los has conocido ya dices como puede ser ella o él?

Muchas personas dicen eso, y es un poco cierto, un 50-50. Pero no todos son lo que aparentan decir o actuar. Personas frías albergan la más profunda sinceridad y lealtad, por tan solo ser distantes son apartadas por algunas personas.

Actualmente existe mucho la monotonía en la sociedad. Se ha creado un tipo de falsedad individualista, donde debes regirte por un modismo, el cual siguen todos para poder ser incluidos en un grupo social.

Se ha perdido un poco el amor propio, ya que tus ideales se basan en lo que quieren los demás, y no lo que quieres tu misma.

Una cultura vanguardista, que nos ha llevado un poco a la extinción de la innovación interna, donde eres tú misma sin importar el que dirán o el rechazo de los demás.

Todo esto me conlleva al título de esta obra “La muerte del Girasol”, una metáfora donde plasmo mi opinión personal del individualismo del ser humano y sus creencias.

De una flor tan majestuosa que brilla como si tuviera luz propia, a si somos todas las personas en alguna etapa de nuestras vidas. Cuando encontramos nuestro bienestar interior y este surge con su propio brillar. Todos pasamos por procesos duros de preparación en nuestra vida, hasta que llega el momento de florecer y cegar todo aquello que se pase por nuestro andar.

En un campo de flores de Girasol, ninguna es igual a otra, pero todas brillan sin opacar a las demás. Aun así todas juntas hacen un espectáculo sin igual. La vida está llena de girasoles, cada uno habita en nosotros, nacemos con un propósito, y queda en nosotros crecer fortalecidos con ayuda de aquellos jardineros, que son nuestros padres, los cuales solo guían a aquel tallo para que este siga su camino en su crecer. Con el transcurrir del tiempo un capullo va emergiendo y da la bienvenida al apogeo de nuestra vida.

Todos tenemos propósitos por el cual llegamos a este mundo, tenemos dones que debemos dar en servicio a la sociedad, siempre velando por el bienestar del prójimo, mientras que otros tienen hermosos talentos que deben mostrar al mundo.

El fruto que da un árbol debe ser comido, es su propósito, sino este caerá y se pudrirá en su propia raíz, sin ser descubierta y comida.

Todo tiene un comienzo y un final, el esplendor como llega de pronto aviso a si se marcha a su vez. La muerte puede ser vista como algo trágico, con ojos de temor y mucha tristeza. Esta deja vacíos irremplazables, pero desde mi punto de vista es un tipo de arte. Todo el ciclo de la vida es un arte en sí. La muerte es el telón que da el cierre a esa magnífica obra, no debe ser vista con ojos de temor y miedo. La preparación es muy importante en un persona, debe sentir en su totalidad todo el proceso del girasol, y cuando llegue su marchites será recibida de forma grata o tal vez con ojos de aceptación por que tuvo una vida esplendorosa.

Las personas no aprecian la sencillez de las palabras y los detalles, digamos que aquellos que aprecian la humildad de una acción o de las palabras son un puño de la mano en un inmenso mar. Apreciamos más lo físico de las cosas materiales antes que los detalles que provienen del fondo de ese ser.

Algunos ya nacen marchitos desde la raíz o tal vez ya su tallo venia sin la suficiente nutrición requerida para que creciera como es debido. Mientras que otras se marchitan antes de lo debido por circunstancias ajenas que irrumpieron en su crecer.

La brisa fuerte es muy peligrosa para un flor en crecimiento, algunas no son tan fuertes para soportarlas y son desprendidas de su tallo, pero otras viven para contarlo y sus cicatrices quedaron como testimonio de ello.




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