El Nativo

IV

La exploración en esa ocasión fue más larga de lo normal. Debido a la temperatura del planeta, habían construido la base 23-05 en unas ruinas cerca de los polos, sin embargo, esta vez se alejaron rumbo al ecuador en su aeronave para explorar directamente uno de los cráteres que antes habían visto solo a través de la pantalla de un monitor.

Eligieron este en específico porque el clima del planeta era en extremo impredecible y a lo largo de los siglos la gran mayoría de los cráteres que lograron identificar habían sido recubiertos de tierra y rocas, sin embargo, la zona de éste cráter al ser poco cambiante, y a pesar de los siglos, parecía haberlo dejado casi intacto. Su diámetro constaba de unos 5 kilómetros aproximadamente y todo en la zona de los alrededores no era más que un árido desierto.

Las máquinas excavadoras exploraron durante horas la presencia de metales, sin embargo, no encontraron nada, los exploradores también estudiaron la forma del cráter, pero a pesar de los estudios no llegaron a nada concluyente, ni porqué ni cuando se creó.

La exploración continúo durante 3 días, pero siguieron sin encontrar nada. Decidieron extenderla desplazándose hacia otros cráteres, pero siguieron sin encontrar nada. Finalmente, la exploración duró más de un mes pues cambiaron su objeto de estudio a las ruinas de los nativos no exploradas más allá de un par de imágenes, pero de igual forma siguieron sin encontrar nada.

Denaska continuaba desanimado a su regreso y la situación no mejoró aquella noche, pues los ruidos regresaron y nuevamente estos desaparecían al entrar en la sala del proyecto. Este fenómeno continuó por los siguientes días y no le dejaban dormir del todo bien pues no pudo sacarse la sensación del susto inicial, cosa que solo empeoró su estado de ánimo. Durante esos días se mantuvo en los trabajos de la base y no le asignaron trabajo de campo.

Cuando por fin Denaska llevó a cabo otra exploración unos kilómetros alejados de la base esa vez estuvo acompañado de Kim. Ambos encontraron un edificio en donde las máquinas exploradoras habían detectado un sótano al cual no pudieron acceder. Después de una hora investigando el lugar llegaron a la conclusión que la entrada al sótano estaba muy oculta o destruida por lo que la única forma de entrar era realizando una excavación.

La tarea no fue sencilla pues el sótano estaba a varios metros de profundidad y recubierto de una gruesa capa de hormigón y un metal que identificaron como plomo. Tardaron varias horas, pero finalmente tanta búsqueda valió la pena ya que encontraron evidencia de presencia nativa en ese sótano, pues encontraron rastros de hidrocarburos que sospechan podría tratarse de origen fósil. En el sótano encontraron varios artefactos de metal (principalmente acero) y plástico que no identificaron su función. Lo único que medianamente reconocieron son una serie de cilindros metálicos que sospechan que podrían haber sido usados para almacenar algo, y también un trozo de plástico viejo que parecía tener forma humana.

Cuando reportaron esto al equipo el ánimo comenzó a regresar a la base 23-05. Fue el descubrimiento más grande que habían obtenido además del evento del nexo, pues por fin tenían pruebas sobre la tecnología y recursos que poseían. A la hora habitual de los ruidos éstos no volvieron y Denaska pudo dormir toda la noche... o eso creía él.

Varias horas después de irse a la cama todos en la base de despertaron de golpe. El sonido de una alarma llenaba toda la instalación y los investigadores salieron se sus habitaciones todos con una gran preocupación creciente.

Había dos cosas que más les preocupaban: la primera es que el oxígeno de la base se estaba escapando y podrían asfixiarse. La segunda es que el proyecto MATARY se hubiera encendido y estuviere emitiendo peligrosas cantidades de radiación.

Cuando llegaron a la sala del proyecto quedaron estupefactos al ver que todas las alarmas estaban encendidas. Fueron rápido a las computadoras de control y grande fue su sorpresa al ver que todos los medidores estaban normales. No había radiación, el nivel de oxígeno estaba estable y todos los sistemas en orden, pero el sonido de la alarma seguía sonando y sonando. Se detuvieron dudosos al no saber qué hacer, pero después de un minuto comenzaron a apagarlas. Todos preocupados por el evento se dedicaron a reiniciar y analizar todas las computadoras de control y también del sistema de alarmas. Nadie termino durmiendo esa noche.




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