Pasaron los días y todo pareció volver a la normalidad, no se volvió a repetir lo de las alarmas y extrañamente los ruidos no regresaron, pero Denaska pudo notar que el profesor parecía cada vez más cansado y siempre que se le cuestionaba sobre ello el profesor evadía el tema.
—Creo que hay alguien más con nosotros en la base -dijo Denaska en el comedor durante la cena. Había pasado todo el día imaginando como sacaría el tema a relucir, sin embargo, concluyó que la forma más rápida sería decirlo directamente.
Todos se le quedaron viendo unos instantes. Después de un rato retomaron su comida como restándole importancia al asunto.
—Ya era hora que alguien lo mencionase- dijo el profesor.
—Den ¿es sobre lo que hemos hablado? -tras esto Denaska asintió con la cabeza a su compañero.
—¿Usted lo ha notado profesor? -preguntó Denaska.
—Tengo algo que contarles sobre eso -contestó éste-, después de lo que sucedió con las alarmas me ha estado pasando algo extraño, escucho ruidos durante la noche, como de pisadas que caminan enfrente de mi habitación durante horas, a veces parece que alguien golpea y araña mi puerta como queriendo despertarme, pero cada vez que me levanto para abrir los ruidos se desvanecen y no hay nada ni nadie afuera. Lo que más me asusta es que me da la impresión que hay veces que lo ruidos no provienen afuera sino de adentro del cuarto -A esto le siguió un gran silencio.
—Estoy segura que alguien me despertaba por las noches -dijo kim un poco nerviosa -estoy muy segura, pero nunca llegué a ver nada. También me ha pasado que algunas cosas como mis lapiceros, apuntes o mi tarjeta magnética aparecen en lugares distintos de donde los dejé.
—¿En serio?, eso no me lo habías contado. Lo más que me ha pasado es una extraña sensación de que alguien me observa, pero esto solo me ha pasado cuando trabajo durante el día en el MATARY. Aunque también he notado que las luces de la sala fallan a menudo, se prenden y apagan por sí solas, pero por más que reviso el sistema eléctrico no logro encontrar el origen de la falla. ¿A tí ya te ha pasado algo Den?
—De eso quería hablarles -Denaska les contó sobre la primera vez que escuchó los ruidos y también sobre los que le despertaban cada noche.
—Vaya, tal parece que esto es algo que ya no podemos ignorar -dijo el profesor tras escuchar la historia de Denaska- no solo interfiere con nuestras horas de sueño, sino que también con nuestro trabajo.
—Hay algo más que me pasó -dijo Denaska- esto ocurrió apenas ayer y fue la razón por la que quise hablarles de este asunto una vez por todas. Como bien saben, ayer me tocó trabajar solo en el proyecto mientras ustedes hacían su trabajo de campo. Estaba trabajando con la computadora de mi habitación y de repente comencé a escuchar los ruidos nuevamente, pero esta vez eran distintos. También provenían del proyecto MATARY pero los golpes sonaban metálicos y mucho más violentos.
«Fui hacia ahí esperando que los ruidos desapareciesen como siempre. Pero esta vez no se fueron. Esta vez pude ver lo que estaba pasando. Las notas, las computadoras, todo en la sala estaba volando por los aires. En la sala no había nadie quien yo pudiera ver, pero había algo ahí. Arrojaba todas las cosas con violencia contra el piso y las paredes. Para ser sincero me sentí muy asustado y por el pánico empecé a intentar detener la violencia, pero en cuanto entré a la sala solo se intensificó contra mí, me arrojaron 2 de las computadoras y por poco me dan en la cabeza. Después de eso salí corriendo a mi habitación.»
«En cuanto entré a mi cuarto cerré la puerta. Estaba muy asustado, desde ahí aún podía escuchar las cosas volar y estrellarse contra el piso y creo que también era golpeado el panel de control. No sabía que hacer, si quería huir tendría que pasar frente al proyecto y no tenía el valor para siquiera salir del cuarto. No podía llamarles porque mi comunicador se me cayó cuando intentaba esquivar lo que me lanzó. Me quedé pegado a la puerta pensando que hacer. Pasaron creo como 5 minutos y los ruidos no cesaban y fue entonces que vi esto sobre mi mesa.»
Denaska sacó su brújula del bolsillo, todos la voltearon a ver con curiosidad. Denaska se dio cuenta hasta ese momento que esa vieja brújula era lo único que siempre le había acompañado en sus viajes ''quizá si tengo un poco de cariño por algo después de todo'' dijo para sí. Rápidamente apartó el pensamiento de su mente y centró la atención nuevamente en su relato.
—Mi brújula se estaba comportando como loca, no solo no apuntaba al norte, sino que se movía de forma errática queriendo apuntar hacia la sala del MATARY. Fue ahí que se me ocurrió una idea: si esa cosa tiene efectos en los campos magnéticos entonces tal vez pueda usarlos en su contra. Tomé rápido en mi computadora y encendí el electro imán del proyecto a distancia. Pasó un rato y los ruidos pararon en seco.
Me gustaría decir que ese fue el final, pero no es así, durante otros 5 o 6 minutos siguió otro ruido o, mejor dicho, más que un ruido era un alarido. He estado en más de 40 planetas con animales muy extraños, grandes y en extremo peligrosos, pero juro que nunca había escuchado algo como eso. Es muy difícil de describirlo, fue como un gran rugido de una vestía que se estaba ahogando, emitía los alaridos de dolor más tenebrosos que he oído. Sea lo que sea, sé que estaba muriendo con los campos magnéticos. Le hice daño.»
«De un momento a otro los alaridos pararon, pero yo no detuve el electroimán hasta pasados otros 10 minutos. Cuando lo hice y tuve el valor para salir de mi cuarto me dirigí con cuidado al proyecto. Cuando llegué todo había terminado y la sala estaba hecha un desastre. Limpié todo como pude antes de que ustedes llegaran, pero me da la impresión de que esa cosa no está muerta y eso es lo que en verdad me preocupa.»
Nuevamente a esto continuó un gran silencio. Finalmente fue el propio Denaska quien lo rompió.