—Iniciando la prueba 19, enciendan el generador 1 -ordenó el profesor. Denaska procedió a encender el generador.
—Todo en orden -dijo éste último.
—Liberando protones -la máquina de MATARY continuó su funcionamiento. - Liberando antiproto...
De la nada fue lanzado violentamente hacia la pared contraria. Todo el panel de control empezó a crujir y las alarmas empezaron a sonar. Todos miraban, pero no veían nada, aun así era claro que el nativo estaba con ellos en la sala.
—¡AHORA! -gritó Denaska.
Kim accionó el generador 3 en que habían estado trabajando junto al proyecto desde que Denaska expuso la idea. La puerta que normalmente quedaría sellada a sus espaldas se abrió rápidamente y el gigantesco electroimán que estaba afuera comenzó son su trabajo. 5 segundos después la puerta se cerró dejando al nativo del otro lado.
Al igual que aquella vez el alarido de dolor comenzó a resonar en toda la base. Todos estaban asustados pues era mucho peor de lo que se habían imaginado. El propio Denaska era el más asustado de todos pues esta vez fue más horripilante que la anterior ya que pudo sentir que el alarido ya no solo estaba lleno de dolor sino también de una profunda ira asesina.
—¡Continúen! -exclamó el profesor- oye tú ¿Estás bien?
—Sí -respondió levantándose-, liberando antiprotones.
El nativo afuera continuó gruñendo y gritando intentando liberarse de sus ataduras magnéticas durante varios minutos. En todo ese tiempo dejaron de prestar especial atención al MATARY y solo vigilaban la puerta a que permaneciera cerrada.
—Bien, ¿están listos? -preguntó el profesor después de ese rato.
—Sí -dijeron el resto al unísono.
—De acuerdo, entonces redirijan la energía ¡Ahora!.
El generador 2 comenzó a proveer su energía a la máquina sin embargo con ello la energía del generador 3 y por lo tanto del electroimán dejó de circular. Nuevamente reapareció la luz que más pronto que tarde se convirtió en una esfera que aumentaba su tamaño a cada momento que pasaba. En la puerta a la sala del proyecto comenzaron a sonar nuevamente los golpes y arañazos, ahora más insistentes que nunca, los rugidos también reanudaros su marcha esta vez cambiando el dolor por una horrible desesperación.
La esfera esta vez no se ennegreció, sino que continuó hasta alcanzar un metro de diámetro. En ese momento fue que el nexo mostró por fin una imagen, esta vez el nexo no les mostró el laboratorio destruido, sino que les mostró una civilización altamente tecnológica. Los individuos no se parecían en nada a los que Denaska había visto en su sueño. Éstos no tenían vehículos voladores ni tampoco ningún artefacto conectado a sus cuerpos. Lo que vieron se les hizo abominable, el nexo les mostró primero una civilización que empezaba con un grupo pequeño y vivían en cuevas, éste pequeño grupo pronto se convirtió en un pueblo, luego en una ciudad, luego en una nación. Crearon imperios y encontraron la forma de obtener nuevos recursos hasta que lograba salir de su planeta esparciendo su especie hacia el espacio y tenían figuras políticas y religiosas que los guiaban hacia un mundo de paz. Pero de un momento a otro el nexo cambió a un mundo que estaba devastado, no por una lluvia de asteroides, sino por una masiva guerra. Vieron que los nativos morían de hambre, caían enfermos y se destruían unos a otros mientras la temperatura de su planeta los iba cociendo poco a poco y no daban señales de que les importase. A pesar de todo ello lo que más les perturbaba era su apariencia física, pues aunque algo diferentes eran idénticos a...
Fue en ese momento que la máquina explotó.