El Labial Purpura

Bienvenidos a otro viernes infame, otra noche más en este decrepito bar, en donde entre el humo del cigarro y el alcohol, ahogo mis penas y frustraciones, rodeado de otros fracasados, hablando de sus fracasos, tipos tan malogrados como yo, que solo buscan canalizar sus penas bebiendo este néctar a veces mortal pero tan aliviador. Y en la embriaguez cautiva del alcohol a mi mente solo vienen recuerdos, la melancolía me da su frio abrazo, las personas que ame y ya no están, las veces que fui traicionado, todos mis sueños rotos, la mujer que me dejo, aquellos que se olvidaron de mí y yo aún los recuerdo, las mentiras impresas en diarios ,televisión, las mentiras del mundo, sabes algo? no somos especiales, ellos te engañaron, solo somos uno más en esta vida, en este tiempo, solo polvo, que alguna vez yaceremos en el olvido.

Levanto mi cabeza y el barman me mira con un gesto entre pena y risa, le digo que me sirva otra copa más, pero su respuesta es negativa, y tiene razón en mi estado ya me hubiesen sacado a patadas de otro bar, pero en este no, me aconseja irme a casa, siento una extraña sensación de alegría y tristeza, en cierta forma se preocupa por mí, cosa que no ocurre hace tiempo, le extiendo mi mano, para despedirme y le digo que pronto volveré. Al darme media vuelta, me toca el hombro y me señala que dejé mi sombrero en la barra, tengo una habilidad especial para olvidar mis cosas, al salir alguien me grita algo, su voz me es familiar, pero en mi estado no logro descifrar que es, a lo que respondo con el pulgar hacia arriba y finalmente salgo.

Una vez en la calle el olor a lluvia penetra en mi nariz, la noche esta serena, comienzo a caminar bajo la fina lluvia, que en cosa de segundos ya me empapa todo, las calles a esta hora desiertas lucen un lúgubre panorama, mis pasos son torpes producto de la excesiva ingesta de alcohol, me avergüenza tener que apoyarme en una pared para no caer, levanto mi cabeza y miro las gotas caer sobre mi rostro, siento un extraño placer, veo borroso, y allá arriba en lo alto de la ciudad, autos voladores y las luces de neón animan la noche, allá arriba en donde la ciudad es moderna y no duerme, donde discos, restaurantes, centros comerciales, cines, patios de comida y toda esa basura, acogen a parejas, adolescentes, viejos, niños, personas adictas a los placeres de la cibernética, todos amontonados llenando sus entrañas con comida chatarra, todos con sus fotos, con aparatos móviles del cual son esclavos, pero eso es felicidad o no?.

La tenue lluvia pronto se convierte en un fuerte tormenta, el viento sopla brusco y me alborota el alma y mi cabello, creo escuchar un fuerte ruido allá arriba, pero le restó importancia pues borracho uno escucha y ve cosas que no hay, a ustedes les ha pasado no? apuro mi paso a mi casa -oficina, pues es ahí donde vivo y trabajo, no sé como pero logro subir la escalera, dejando tras de mi un una estela de agua, me detengo frente a la puerta de mi casa-oficina, el letrero reza: "Facundo Palomino, investigador privado", ese soy yo, siento unas ganas terribles de querer romper el cristal de la puerta, pero recuerdo lo pobre que estoy y se me pasan. Una vez dentro de me siento a revisar la correspondencia que estaba bajo mi puerta, entre avisos de cobranza, publicidad, hay un papel que destaca por su color amarillo, lo acerco a mí, huele bien, está impregnado con perfume, perfume de mujer, el mensaje que está escrito en el me estremece: "le admiro en secreto y siempre pienso en usted, pronto nos conoceremos" y está firmado al final de la carta con un beso de labial purpura.

¿Un rayo ilumina mi ventana, los truenos hacen retumbar la noche, no puedo más con mi borrachera y caigo dormido, por fin en meses puedo dormir bien, pero quien escribió eso? ¿Quién será la chica? será una broma pienso, desde que termine con mi ex novia no he vuelto a estar con mujer alguna. Al otro día el golpeteo en mi puerta me despierta, me demoro en reaccionar, al abrir mi visitante resulta ser una elegante y bella mujer, por las gotas en su costoso abrigo deduzco que la lluvia aún no ha parado, pero lo que me llama la atención es su labial, pues lleva... lleva un labial purpura.