El Naugrafo Maldito

Capítulo 12: un cambio irracional pero mortal

Akeeva y yo después de regresar a casa, nos intrigamos demasiado por la historia ocurrida y no nos podíamos quitar la oscuridad entramos a internet a investigar el caso lo que encontramos nos dejó impactados, al salvar el barco y liberarlos de la nefasta maldición.

dimos algunos pequeños cambios al presente la historia del caso y los rumores del museo no se quedaron en eso, el museo sigue estando en pie pero ya no al borde del cierre, sino más bien como un museo de recuerdos del pasado trágico, donde contaban los casos de los niños desaparecidos y contaba con un jardín de plantas, el doctor dos realmente fue encontrado colgado arriba de una colina frente al poso según las noticias avía perdido la razón y lógica, para nuestra suerte era el mismo guardia de seguridad que nos avía advertido no entrar.

Los cuerpos de los chicos fueron encontrados debajo del mar antes de morir, sin embargo, la historia cambio para ellos, el rayo nunca callo, en cambio una ola gigante voltio el barco las sustancias se esparcieron por el mar los demás tripulantes y prisioneros quedaron a la deriva en mar abierto.

Lastimosamente los sobrevivientes fueron llevados a prisión y los chicos estuvieron en coma por 4 años hasta que pudieron despertar y vivir su vida, según los registros luz y Sofía vivieron juntas teniendo un puesto de florería la misma que se encuentra en el museo, Esmit termino sus estudios y se graduó con honores y fundo el museo.

En redes no se encontraba nada de Estefan, por más que buscamos no encontramos nada lo último de él fue que despertó y que era el chico más guapo de aquel accidente hasta que. Akeeva logro encontrar una pequeña información de que él vivía en un pueblo cercano como escultor con 99 años el aún seguía vivo, decidida a verlo una vez más, empaque maletas y empuje a Akeeva al carro, condujimos por seis horas hasta llegar al pueblo, era de día al llegar, aunque aviamos partido de madrugada y sin haber dormido nada pedíamos indicaciones para llegar a su paradero.

Llegamos a una cafetería donde me abrió un joven chico idéntico a Estefan con el único cambio de pelo castaño y un poco más bronceado, sin importarme la cordialidad le pregunte por Estefan y el con una cara seria me dio la noticia de que el ya avía muerto hace apenas 16 años, Akeeva y yo solo llevábamos un mes de regreso, pero él ya se avía ido.

El joven quien en realidad era su nieto, fue amable con nosotros y no llevo a su tumba, en ella estaba decorada con flores blancas y adornos de cactus los cuales le gustaban mucho, “recuerdo que en su habitación tenía una pintura de esas flores y que él decía que anhelaba verlas una vez en su vida” dije mientras soltaba lágrimas, mi vista se empezó a nublas y Akeeva me abrazo tan fuerte que no pude impedirme llorar, llorar por alguien que seguramente nunca me conoció, ni supo de mi existencia, pero yo conocí todo del cada gusto y forma de ser.

Empezó a llover pareciese que el cielo estaba igual de desconsolado que yo y por la lastimosa escena que yo avía creado, los conocí a todos y a la vez nunca conviví con ninguno, si bien el accidente ocurrió hace casi 100 años aún tenía la esperanza de ver a alguien aun tan pequeña parezca. Una sombrilla cubrió mi cuerpo y a Akeeva mientras llovía, al alzar la mirada el pronuncio.

“señorita podría hacerme el favor de acompañarme” dijo un hombre que estaba parado frente a la tumba de Estefan, el parecía muy serio así que hacen timos y el chico menciono que era su padre. Él nos llevó a una habitación, hay estaba llena de cuadros muy hermosos todos asociados con el mar, hasta que… esta hay, ¡era yo!, un cuadro con mi cara, luego otro de cuerpo completo, de un momento a otro boceto, pinturas, cuadros y mi nombre en todos lados, de alguna manera él también se acordó de mi todo este tiempo.

“señorita usted es la razón de que mi abuelo allá podido vivir por muchos años con la esperanza de poder verla” dijo el nieto de Estefan “¿usted es abe verdad? Mi padre no dejo de buscarla, desde que nací el cada que podía nos platicaba de su heroína la mujer que le salvo la vida y como ella aun no nacía y que si un día la veíamos le diéramos las gracias, pensé que eso era absurdo, pero teniéndola en frente es fascinante”

Sin querer nuevamente partí en llanto hasta que…

Ambos me entregan una pequeña libreta la cual parecía echa a mano, sus hojas ya amarillentas y algunas páginas poco legibles albergaban una pequeña historia un mensaje pensado especialmente para mí.




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