En un mundo donde los dentistas ganan más dinero arrancando dientes para poner postizos en vez de reparar las muelas, los economistas promocionan estafas piramidales, los abogados reciben dadivas y están más ocupados en cobrar honorarios que en respetar los derechos de las personas. Una joven de dieciocho años está en búsqueda de trabajo antes de terminar la secundaria.
—Muy buenas Emilia, no sabía que iba verte tan temprano.
—Hola Enrique, te dije hace unos días que estoy preocupada por mi futuro.
—¿Por qué te preocupas por eso? Deberías festejar el primer y luego el último día de secundaria, sumado a todo lo que viene de por medio con fiestas y más jodas.
—¿Y después qué? ¿Sigo una carrera universitaria?
—No, está lleno de chantas, nadie necesita arquitectos o ingenieros hoy en día, las obras se caen a pedazos y eso está bien, porque es muy caro hacer cosas de calidad y nadie está dispuesto a gastar.
—Eso no suena bien.
—No estoy para discutir, sino para darte una enseñanza de vida, hoy en día el negocio esta acá, ¿Te interesa trabajar para nuestra gráfica?
—No veo otra opción.
—Fantástico, te explico, nosotros trabajamos para el negocio más lucrativo de nuestro país; la propaganda política.
—¿Para cual partido?
—El que sea, nosotros tenemos la ventaja de hacer afiches para el partido del frente de la libertad social y el partido de republica conservadora. Tal vez no lo sabes, pero el partido de la república conservadora planea arreglar todo lo que frente de la libertad social hizo.
—Esos dos partidos nunca plantean nada nuevo más que odiar al otro, ¿qué pasa con los otros partidos?
—También gastan plata en nosotros, pero no tanto, estos dos en cambio son ballenas gordas, este país ya no gana dinero con restaurantes, ni con arte ni con esfuerzo, sino en la política, es el mayor negocio que tiene este país, ¿Y lo mejor de todo? Los políticos gastan mucho en baja calidad.
—Pensé que en las gráficas también se imprimían cuadernos y otras cosas más.
—¿Cuadernos? ¿Para qué? ¡Lo importante es el gobierno! Es lo único que importa, ¿Acaso eres antipatriota? Que no te oigan hablar…
—Solo quiero un trabajo, ¿Entonces imprimimos afiches políticos y ya?
—Es así de simple, ¿viste? Me caes bien Emilia, así que te voy a decir algo, yo de pequeño no tenía el camino de la legalidad de servir a los partidos políticos, entonces me vi forzado a robar, vender droga y prostituirme, todo junto, ese es el otro negocio que funciona en este país lleno de odio que está dispuesto a pagar por un poco de amor.
—Eso se los dejo a mis compañeras, no quiero que me vean como un objeto.
—Entonces estás en el lugar indicado, vas a poder servir al mayor negocio de nuestra querida patria: la propaganda. Y vas a ganar un puesto público, si tenes suerte.