El Nerd Que Hackeó El Corazón Del Popular

CAPÍTULO 23. Nervios y secretos.

La mañana empezó como cualquier otra, pero Noah estaba raro.
Muy raro.

Axel lo notó enseguida. Se movía de un lado a otro con esa energía nerviosa que solo tenía cuando algo le preocupaba.
Kiel, al llegar, lo saludó con su habitual calma… hasta que Noah los agarró de los brazos a ambos sin previo aviso.

—Necesito sus ayudas. Urgentemente —susurró, mirando alrededor como si estuviera en una misión secreta.

Axel lo miró, levantando una ceja.
—¿Qué hiciste ahora?

—Nada —respondió rápido Noah—. O bueno, algo quiero hacer.

Kiel suspiró, medio divertido.

—¿Y qué es exactamente?

Noah bajó la voz.

—Quiero declararme a Luna.

Axel lo miró con sorpresa.

—¿Qué? ¿Así, sin anestesia?

—Sí, pero necesito ayuda —insistió Noah—. No puedo hacerlo solo. No sé ni cómo empezar.

Antes de que pudieran responderle, Luna apareció en el pasillo con una sonrisa, saludándolos desde lejos.
Noah se tensó.
—¡Vengan, rápido! —susurró de golpe, y los empujó hacia la salida lateral del patio.

Axel y Kiel se miraron confundidos, pero lo siguieron.

Durante el resto del día, el grupo parecía desincronizado.
Luna no entendía nada.
Noah la saludaba con una sonrisa incómoda, pero pasaba más tiempo murmurando cosas con los otros dos que con ella.
Cada vez que intentaba acercarse, ellos se dispersaban o cambiaban de tema.

Al principio pensó que exageraba. Pero después de varias clases ignorada, la duda empezó a dolerle un poco más de lo que esperaba.

En el almuerzo, Luna se sentó frente a Axel, que comía distraído con los auriculares puestos.
—¿Puedo preguntarte algo? —dijo ella, con un tono más serio de lo habitual.

Axel se quitó un auricular.

—Claro, dime.

—¿Pasa algo? Conmigo, digo.
—¿Eh? No, ¿por qué?

Luna bajó la mirada.

—Es que Noah está raro. Ustedes también. No sé… me siento como si hubiera hecho algo mal.

Axel la miró un momento, sin saber qué responder.
No podía decirle la verdad.
Y tampoco era bueno mintiendo.

—No, Luna, no hiciste nada —dijo finalmente—. Solo… Noah anda medio distraído, eso es todo.

Ella asintió, pero no pareció convencida.
—Vale… gracias igual. —Se levantó y se alejó.

Axel suspiró, frotándose la nuca. No se le daba bien eso de consolar.
Y mucho menos cuando sabía lo que pasaba y no podía decirlo.

Más tarde, Luna encontró a Kiel en el pasillo, organizando sus cosas en la mochila.
—¿Tienes un minuto? —preguntó con voz baja.

Kiel levantó la vista, notando la expresión de ella.

—Claro.

—Sé que algo están tramando —dijo sin rodeos—. Si es algo malo… prefiero saberlo.

Kiel sonrió, suavemente.
—Nada malo, lo prometo. Solo… Noah está nervioso por algo y quiso hablarlo con nosotros. No queríamos dejarte fuera, solo ayudarlo un poco.

Luna lo observó un momento. Había algo en su tono que la calmó al instante.
—¿De verdad?

—De verdad —repitió él, con una sonrisa serena—. No hay nada que debas preocuparte.

Ella asintió, más tranquila.
—Está bien. Es solo que… me sentí un poco sola.

Kiel la miró con algo de ternura.
—Créeme, si dependiera de mí, nadie te dejaría fuera.

Luna sonrió, sincera.

—Gracias, Kiel.

Al final del día, cuando los pasillos se vaciaron y los tres chicos se quedaron solos, Noah repasaba mentalmente lo que diría.
Axel lo ayudaba a practicar frases, mientras Kiel observaba desde un rincón, cruzado de brazos, con una mezcla de paciencia y cansancio.

—Luna, me gustas. —repitió Noah, nervioso—. No, espera, suena muy directo. ¿Y si digo “me encantas”?

Axel se rió.

—Eso suena peor.

Kiel negó con la cabeza, divertido.

—Solo sé tú mismo. No necesitas adornarlo.

—Eso dice alguien que no se ha declarado nunca —replicó Noah.

Kiel lo miró, con una sonrisa que se apagó rápido.

—Tienes razón.

Axel lo miró de reojo. Esa respuesta, tan simple, le dejó una sensación extraña.
Noah siguió hablando, pero Axel apenas escuchaba.

Solo vio el reflejo de la luz sobre el rostro de Kiel, tranquilo, serio, como si escondiera algo que nadie más veía.

Y mientras el sol caía detrás del instituto, Axel entendió que algo dentro de él estaba cambiando.
No sabía qué era, pero empezaba a darse cuenta de que cada vez que lo miraba, el ruido de su mente se apagaba.



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En el texto hay: skate, popular y nerd, lgtbq+

Editado: 28.10.2025

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