CAPÍTULO 32. Nervios, rumores y corazones distraídos.

El murmullo en los pasillos era distinto ese día. Había risas, susurros emocionados y un leve aroma a curiosidad flotando entre los casilleros. Noah lo notó de inmediato cuando pasó junto al grupo de chicas que siempre hablaban más fuerte de lo necesario.

—¿Ya tienes pareja para el baile? —preguntó una de ellas, agitando un mechón de cabello.
—Aún no, pero dicen que será con temática de “Luz y Sombras”. ¡Va a ser precioso! —respondió otra.

Noah se detuvo en seco.
¿Baile? ¿Temática? ¿Pareja?
Sintió un cosquilleo nervioso recorrerle el cuerpo. Automáticamente pensó en Luna. En cómo reía cuando él se ponía torpe, en cómo lo miraba con esos ojos llenos de vida.

Antes de que el pánico se apoderara del todo de él, buscó a Kiel. Lo encontró apoyado contra una pared del patio, leyendo algo en su móvil.
—Kiel —lo llamó con voz apurada—, ¿tú sabías lo del baile?

Kiel levantó la vista, algo confundido.

—¿Qué baile?
—¿Cómo que qué baile? ¡El de fin de trimestre! Dicen que hay que ir con pareja y que la temática es “Luz y Sombras”.
Por un instante, Kiel pareció congelarse.
—Ah… eso —respondió, desviando la mirada.

Noah lo observó con detenimiento. Había un leve rubor en las mejillas del chico, algo que rara vez ocurría.
—¿Y tú… ya sabes con quién vas a ir? —preguntó con una sonrisa traviesa.

Kiel frunció el ceño.

—No lo he pensado.
—Mentira —dijo Noah riendo—. Tienes esa cara de quien ya tiene a alguien en mente.
—No la tengo —replicó, cruzándose de brazos.

Pero el tono lo delató. Noah lo conocía lo suficiente como para ver detrás de su máscara fría.
—¿No será cierto que estás pensando en Axel? —dijo en voz baja, divertido.

Kiel se tensó y miró hacia otro lado, fingiendo que no había escuchado.
Noah levantó las manos en rendición.

—Vale, vale. No diré nada. Pero si quieres invitarlo… hazlo. No esperes a que otro lo haga primero.

Kiel lo miró de reojo, intentando mantener la calma, pero una leve sonrisa traicionó su gesto.
—Deberías preocuparte por Luna antes de dar consejos —le respondió con ironía.

Noah soltó una carcajada.

—Tienes razón. Pero igual… suerte, Kiel.

En otro rincón del instituto, Luna hojeaba un folleto del evento mientras Axel trataba de concentrarse en su cuaderno.
—¿Sabías que el tema del baile será “Luz y Sombras”? —le dijo ella de pronto, casi cantando las palabras.
—No, no tenía idea —respondió Axel distraído, levantando la vista—. ¿Qué significa eso exactamente?
—Pues que habrá decoraciones divididas: un lado del salón con luces cálidas, doradas y blancas; el otro, con tonos fríos, plateados y oscuros. Y las parejas deben ir coordinadas según el tema que elijan.

Axel sonrió, impresionado.

—Suena muy original, la verdad.
—¿Verdad que sí? —Luna se apoyó en la mesa, entusiasmada—. Va a ser muy romántico.

Axel se rió con nerviosismo.

—Romántico no sé, pero… interesante, seguro.
Luna lo observó con una mirada curiosa.

—¿Y tú? ¿Ya sabes con quién vas a ir?
—Ni idea —mintió él, bajando la vista al cuaderno.

Ella sonrió de medio lado.

—Tal vez alguien ya te esté pensando como opción y no lo sepas.

Axel frunció el ceño, sin comprender del todo. Pero mientras ella hablaba de luces, decoraciones y canciones posibles, su mente se iba por otro lado.
Recordó el abrazo de Kiel días atrás, el silencio entre ambos, la sensación cálida que le había dejado.

“Luz y Sombras”… pensó.
Quizás eso los describía bastante bien.