El Nerd Que Hackeó El Corazón Del Popular

CAPÍTULO 38. Lo que no logro entender. (Axel).

Desde esa pequeña declaración (al menos una invitación para el baile) no podía dejar de pensar en lo mismo.

Kiel, de rodillas.
Las flores.
Su voz temblando.

Era como si esa escena se me repitiera una y otra vez, cada vez más nítida, cada vez más imposible de ignorar.
Y cada vez que lo recordaba, sentía ese calor extraño subir por el cuello, como si el corazón me jugara en contra.

No entendía por qué me había invitado al baile.
O… tal vez sí lo entendía, pero no quería pensarlo demasiado.

Luna me esperaba en el pasillo, como siempre, con esa sonrisa de quien ya sabe algo que tú no.
—¿Qué tal, pareja de baile? —canturreó.

—No empieces —le pedí, dejando caer los libros en mi casillero.
—Ay, no te hagas. Desde que Kiel te lo pidió, caminas con otra cara.

—No camino con ninguna cara —protesté, aunque probablemente sí lo hacía.

Ella se apoyó en las taquillas, divertida.
—Entonces dime, ¿por qué crees que te invitó?

La pregunta me descolocó.
Me quedé en silencio unos segundos, mirando el suelo.
—No lo sé. —Me encogí de hombros—. Supongo que… no quería ir solo.

—¿Y tú sí querías ir solo? —preguntó Luna con voz suave.
—No —admití, bajito—. Pero tampoco pensaba que alguien como él me invitaría.

—¿Alguien como él? —repitió, alzando una ceja.
—Sí… ya sabes, Kiel. Popular, confiado, bonito… —me detuve, mordiéndome el labio—. Olvida lo último.

Luna sonrió como quien acaba de encontrar oro.
—Ajá. Claro. Lo “bonito” fue un error de pronunciación, ¿no?

—Luna… —suspiré, girando los ojos.

Ella rió bajito.
—Solo digo que si no sabes por qué te invitó, podrías preguntárselo.

—¿Y si me dice algo que no quiero escuchar?

Luna se encogió de hombros.
—Entonces al menos lo sabrás. Pero, Axel, no parece que lo haya hecho solo por cumplir. Te mira de una forma… diferente.

No respondí.
Porque no quería admitir que yo también lo había notado.

Más tarde, en el aula, me encontré con él.
Kiel estaba en su mesa, apoyado en el brazo, garabateando algo en su cuaderno.
Cuando entré, alzó la vista y sonrió de ese modo torpe y tímido que me dejaba sin aire.

—Hey —dijo.
—Eh... Hola —respondí, intentando sonar normal.

Durante la clase, apenas pude concentrarme.
Cada vez que nuestras miradas se cruzaban, se me escapaba una sonrisa tonta.
No sé si él se daba cuenta, pero Noah sí, porque me guiñó un ojo desde su asiento, como si estuviera viendo una película romántica en vivo.

Cuando sonó el timbre, Kiel se acercó y salimos juntos del instituto. Caminábamos por las calles todavía iluminadas por el sol de final de tarde, con el aire fresco que traía un leve olor a lluvia reciente. No hablábamos mucho, la conversación se detenía en cosas triviales, pero todo estaba cargado de tensión silenciosa.

Cuando llegamos a mi casa, Kiel se quedó unos segundos en la puerta, como si dudara.
—Bueno… supongo que me voy —dijo, ajustándose la mochila.

—Espera —lo llamé, algo impulsivo—. Caminemos un poco más.

Él asintió, y seguimos por la acera, lado a lado. El silencio era cómodo, pero mis pensamientos no dejaban de girar en torno a la invitación que le había hecho. Finalmente, respiré hondo y le pregunté, intentando sonar casual:
—Oye… sobre lo del baile… ¿por qué me invitaste?

Kiel se detuvo, parpadeando, como si no supiera qué decir. Su rubor era evidente, pero su voz tembló apenas cuando respondió:
—No sé… Supongo que… no quería ir solo.

—Hm —dije, rascándome la nuca—. Pero… ¿querías ir conmigo, de verdad?

Él bajó la mirada y asintió levemente, mientras se cruzaban sus dedos con los míos por un instante. No pude evitar sonreír, sintiendo que mi corazón se aceleraba.
—Creo que… me alegro de que lo hicieras —murmuré.

Kiel me lanzó una sonrisa tímida, y después de unos segundos de silencio, finalmente se dio la vuelta para ir a su casa.
—Nos vemos mañana —dijo, todavía sonrojado.

—Sí —contesté, viendo cómo se alejaba—. Nos vemos.

Mientras caminaba de vuelta, sentí algo extraño: nervios mezclados con una especie de alivio. Sabía que todavía quedaban muchas cosas por decir y sentir, pero aquel momento nos había acercado un poco más.



#4968 en Novela romántica
#1796 en Otros
#122 en Aventura

En el texto hay: skate, popular y nerd, lgtbq+

Editado: 28.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.