El niño de los hilos de Oro

CAPITULO 2

En la mañana siguiente justo antes de que saliera el sol Bell ya estaba con su uniforme, para él era algo incomodo pero se acostumbraría, antes de irse Bell le dio un beso en la frente a su madre, y limpio el desastre de ayer y de ahí se fue a su trabajo, justo cuando iba a salir el sol Bell ya estaba en la tienda aun lado de la puerta estaba la llave la tomo y abrió la tienda pero al momento de abrirla un brillo desde la ventana apareció y al entrar a la tienda lo único que vio fue aquel molino en medio de la tienda, Bell se acercó otra vez a ese molino y trato de moverlo pero aunque lo intentara no se movía se alejó de ahí y para sorpresa de Bell el señor R ya estaba en la tienda.

-Buenos días señor R

El señor R estaba limpiando una de las vitrinas y sin verlo le dice:

-Buenos días, Bell, como veras ahora estoy ocupado asi que necesito que comiences a limpiar la tienda como te dije ayer.

Bell sin pensarlo fue ah por la escoba y comenzó a barrer la tienda pasando por el almacén, el cuarto de telas y las vitrinas hasta llegar a las escaleras y subirlas para encontrarse en frente de él la puerta obscura, Bell con toda la curiosidad quiso abrir esa puerta, pero al ver que no tenía manija entonces se fue sin decir nada. Después de un rato termino de barrer toda la tienda tanto de adentro y afuera Bell se dirigió a con el señor R sin embargo no lo encontró en ningún lado asi que lo llamo y sin recibir respuesta, pero de repente la campana de la puerta de la tienda suena y entra un cliente Bell rápidamente va al mostrador y le pregunta a la persona:

-Muy buenos días en que puedo ayudarle señor?

Aquel hombre lo mira y con una sonrisa le dice:

- ¿Estoy buscando al señor R necesito hablar de algo urgente, Tú sabes en donde esta?

Bell lo mira y antes de que hablara el señor R ya estaba ahí.

-Ah señor emperador que es lo que lo trae por aquí?

Aquel hombre tenía en sus manos varias joyas y un cetro de oro puro.

-Bueno señor R vengo a pedirle con urgencia que me confeccione un traje que deslumbre algo que deje perplejos a los demás invitados que tendré en una fiesta real.

El señor R le comienza a tomar las medidas para aquel traje, pero recordó algo y le pregunto:

-Yo que recuerdo dos personas le habían confeccionado un traje que dejo ah todos sorprendidos no es verdad?

El emperador al escuchar eso se puso muy rojo y algo nervioso.

-Por favor no hable de esas dos personas por que gracias a ellos casi pierdo tanto mi dignidad como mis riquezas.

Bell se tapa la boca para no reírse, pero el emperador lo ve y se pone más rojo y mira de frente, también el señor R ve a Bell tapándose la boca y para alejarlo y mantenerlo ocupado le dice:

-Bell necesito que me traigas tela una de color carmesí y otro de un color oro por favor y lo necesito de ya.

Bell hace caso y va a la sala de telas, el señor R ve al emperador y todavía tomando las medidas le dice:

-De verdad le piso una disculpa si lo incomodo más es alguien nuevo además de que está aprendiendo eso me recuerda a uno de sus hijos que tal le fue en su boda con la dama más hermosa, pero a la vez algo extraña ya que es lo que cuentan por esos lados.

El emperador ah escuchar eso se le quita lo rojo y en un suspiro le contesta:

-Realmente no creía que mi hijo el menor consiguiera ah alguien ya que sus otros dos hermanos eran mejores que el pero cuando se casó el cambio mucho y creo que él es el siguiente en heredar mis riquezas y mi título como emperador, pero eso aun no va a suceder hasta el día que muera.

Bell regresa con las telas y el emperador lo mira y le pide a nuestro protagonista que valla ah con él, el emperador saca un saco de monedas de oro y le da ah, Bell 3 monedas de oro.

-Aquí tienes niño espero y que ayudes mucho al señor R y señor R regresare a por el traje en la mañana hasta entonces nos vemos después.

El emperador se va de la tienda y el señor R se va y toma las telas que Bell trajo y lo mira.

-Bien echo Bell, aunque la próxima vez cuando una persona platique algo vergonzoso trata de no reírte por que no sabes por la situación que paso la persona.

Bell algo avergonzado baja la cabeza

-Si señor de verdad lo lamento, le prometo que voy a mejorar.

El señor R se le acerca y le levanta la cabeza y con una sonrisa le dice:

-Cualquier persona puede cometer errores eso es lo que nos hace como humanidad, asi que no te deprimas mejor avanza y también ayuda en la tienda.

El señor R se da la vuelta y va a preparar el traje del emperador, Bell estando un poco mejor regresa a seguir limpiando y atendiendo a las personas que llegaban. Cuando la noche llego el señor R ya tenía el pago de Bell se lo dejo en el mostrador y se fue a la puerta obscura no sin antes decirle:

-Bell te pido por favor que cierres bien la tienda y que hagas lo que te dije en nuestro acuerdo nos vemos mañana.

El señor R entra a la habitación y Bell siguiendo las ordenes cierra la tienda con llave y la deja en su lugar y el mismo brillo que vio en la mañana ese mismo brillo lo vio al cerrar la puerta, pero al no importarle él se fue a la fuente con su pago agarro una moneda y antes de lanzarla la miro.

-Se que es un acuerdo que hice con el señor R, desearía que las cosas cambiaran que fueran diferentes.

Bell lanzo la moneda a la fuente y se fue a su casa, pero lo que el no noto es que el lago se ilumino y ese brillo se dirigió a la tienda del señor R la cual aterrizo en el molino dándole una renovación y una nueva forma la cual era de un color dorado y con dos ruedas de metal cada rueda tenía una manivela y en medio de esas dos ruedas había hilo, el señor R bajo a ver lo que sucedía y se fijó en el molino y sonrió.



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En el texto hay: cuentos de hadas, magia, fantadia

Editado: 31.03.2025

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