El niño del cielo gris

Capítulo 6: El bosque de los susurros

La mañana siguiente fue silenciosa. El cielo seguía gris, pero la tormenta había cesado.
Ian no pudo quitarse de la cabeza las voces ni las huellas.
Cuando salió al patio a tender la ropa, vio el bosque cubierto de niebla.
Las ramas se movían como si respiraran.

Guardó el libro en su abrigo y caminó hacia allí.
El aire era frío, pero limpio.
Cada paso que daba crujía sobre las hojas húmedas.
El corazón le latía rápido, entre miedo y curiosidad.

Cruzó un pequeño puente de madera, y al otro lado vio algo que lo hizo detenerse.
Bajo el arco del puente, alguien estaba sentado.
Era un hombre alto, de cabello oscuro, con el paraguas azul apoyado sobre las rodillas.

—Ian —dijo la voz, suave pero clara—.
El niño sintió un escalofrío.
—¿Quién eres?
—Soy lo que imaginas cuando no puedes más.
—¿Por qué me sigues?
—Porque tú me creaste.

El hombre se levantó.
El agua del río reflejaba su sombra como si no perteneciera del todo a este mundo.
—Tienes el corazón cansado, Ian —dijo—, pero también tienes el poder de ver más allá del dolor.
—¿Poder?
—Sí. Los que sueñan en la tristeza pueden ver lo que otros han olvidado.

Ian no entendía del todo, pero sintió paz por primera vez.
Cuando parpadeó, el hombre ya no estaba.
Solo quedaba el sonido del agua, y el paraguas azul flotando corriente abajo.

Corrió detrás de él, pero el río se lo llevó.
De regreso a casa, Ian tenía las manos heladas y el alma llena de preguntas.
Tal vez la señora Kellan sabría algo… o tal vez no.
Pero una cosa era cierta:
el hombre del paraguas azul existía.



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En el texto hay: juvenil, aventura, drama psicolgico

Editado: 03.11.2025

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