En el extremo del valle, un puente colgante los esperaba, custodiado por un anciano de ojos claros y cabello blanco.
—Soy Alistair —dijo el hombre—, guardián de los secretos del paraguas azul.
—¿Qué secretos? —preguntó Ian.
—Los que unen a los vivos y a los recuerdos perdidos. Solo los que enfrentan su miedo y su verdad pueden cruzar.
Ian tocó su flauta, Clara la armónica, y juntos abrieron un paso seguro.
Al cruzar, Alistair les entregó una caja de madera con símbolos azules.
—Dentro está la primera pista sobre tu padre, Ian —dijo—. Pero cuidado, descubrir la verdad siempre trae desafíos.
Editado: 12.11.2025