Al final del sendero, se encontraron frente a una montaña con una cueva oculta tras una cascada.
—Aquí es donde todo comienza —dijo Caelan—. Tu padre dejó secretos que solo tú podrás descubrir.
Ian tomó la flauta y Clara la armónica. Cada nota parecía resonar con la roca y el agua, revelando un patrón que mostraba un arco de luz azul dentro de la cueva.
—Es increíble —murmuró Ian—. Como si el paraguas azul nos guiara.
Editado: 12.11.2025