Ian y Clara tocaron juntos, combinando flauta y armónica, recordando todo lo aprendido: valentía, amor, recuerdos y la promesa de proteger a otros.
El portal vibró con fuerza y comenzó a absorber las sombras que habían aparecido en sus caminos.
Cada nota de Ian parecía transformar la energía del miedo en luz azul, mientras Clara la amplificaba con su armonía.
Cuando terminaron, el portal se calmó y una luz azul iluminó toda la cueva.
—Lo logramos —susurró Clara, con lágrimas en los ojos—.
—Sí —dijo Ian—. Y esto es solo el comienzo.
Editado: 12.11.2025