Finalmente, Morvan desapareció entre la bruma, dejando solo rastros de sombra debilitada.
Ian, Clara y los demás cayeron de rodillas, exhaustos pero victoriosos.
—Lo logramos —dijo Ian, con lágrimas de alivio—. La música de mi corazón… funcionó.
El paraguas azul brilló intensamente, reflejando el cielo gris y marcando una victoria, pero también el inicio de secretos aún mayores y desafíos más poderosos que Morvan dejó preparados.
Ian se levantó y miró a sus amigos:
—Nuestra música, nuestra amistad y nuestra valentía nos guiaron. Esto es solo el comienzo.
Clara asintió:
—Juntos enfrentaremos todo lo que venga.
El cielo gris se iluminó con luz azul, y el legado del paraguas azul, la música y el corazón de su padre continuaba vivo a través de Ian y su grupo, preparando la historia para capítulos aún más épicos y emocionantes hacia el clímax del libro.
Editado: 12.11.2025