El Niño Nuevo

Miercoles 19 y Jueves 20 de Febrero

  Miércoles 19/Febrero/2014

08:20 p.m.

¿Nunca has estado soñando algo qué te parece encantador y  luego llega alguien a despertarte? Pues me paso eso hoy en la mañana y es algo que no me agrada en lo absoluto.

En el  sueño aparecía Sebastián, y aunque no recuerdo exactamente qué ocurría, lo importante fue que lo vi, y bueno en ocasiones es lindo tener a alguien cerca tuyo, al menos en sueños.

No fue mi madre la que me despertó, ni siquiera la alarma del teléfono, fueron Iker y Yazmín, quienes están apoyándonos con la campaña y necesitaban de mi aprobación (y fondos) en ciertas cosas. Como ya estaba despierta y no iba a poder conciliar el sueño de nuevo, me levanté para hacer tarea pero me aburrí, así que mejor me concentré en terminar el cuento del concurso local de literatura, no creo que sea mi "Best Seller" pero es un comienzo.

¿En verdad creíste que la idea de escribir un "diario" fue pura coincidencia? Tengo muchísimas historias en mi cabeza, algunas otras en papel, otras en la web, otras guardadas en alguna carpeta perdida de mi USB y otras tantas en cuadernos reutilizados de años pasados, algunas basadas en mi vida, en la vida de mi madre, de alguna amiga, o esas que simplemente salieron de mi retorcida imaginación. Sin embargo, a pesar de que he escrito una buena cantidad de historias necesito practicar día con día sin descanso, y algunas veces no tengo ni la menor idea de que escribir, así que ahora simplemente abriré mi diario y escribiré lo más detalladamente posible cómo fue mi día, mi noche, o lo interesante que haya pasado en mi vida. Me parece que será una buena manera de practicar, porque no hay personajes, hay sucesos; sucesos que no puedo mover a mi antojo, personajes que yo no creé. Sucesos que por más que yo quisiera cambiar simplemente no puedo, y por más que en mi mente pudiera moverlos de alguna manera distinta, en mi vida estos no pueden cambiar. Escribiré la realidad, sin cambiar puntos ni comas, y creo que escribir de la realidad es el reto más enriquecedor al que un escritor se puede enfrentar. Y por si no ha quedado claro, mi sueño es ese, ser una escritora, una escritora real, no una que se esconde entre los rincones, una que afecte a sus lectores con sus palabras, palabras que inspiren o destruyan, palabras con poder, con el poder de dar apoyo a alguien a pesar de que yo me encuentre a kilómetros de esa persona, palabras que pueden hacer sentir que alguien es especial aunque tal vez yo no lo conozca. Quiero que mis palabras tengan el poder suficiente de levantar a alguien del suelo, de ayudar a la gente a escapar de la realidad, que mis palabras, sean de las que queden grabadas en los corazones, no solo en el papel.

En fin, después de unas horas, a las 12:20 para ser exacta Sebastián e Iker llegaron a buscarme a mi casa, ¿No había mencionado que ellos son muy buenos amigos? Pues lo son, y de cierta forma son muy parecidos, creo que han cometido los mismos errores y tienen los mismos deseos de remediarlos, pareciera que la vida les pone los mismos obstáculos para que no avancen.

Quisiera que ellos pudieran ser mis personajes, quizás así pudiera eliminar la tristeza de sus ojos. Quisiera poder escribir aquí que después de tanto tiempo ellos al fin han encontrado la felicidad que tanto están buscando. Tengo poco conociéndolos, pero aun así me ha dado cuenta del dolor que hay detrás de su mirada, no son personajes a los que yo pueda inventarles una personalidad, son reales, han pasado por problemas lo suficientemente reales como para que ahora estén así.

Pero que curiosa es la vida, han pasado 17 años de su vida creyendo que eran los únicos en el mundo capaces de entender cómo se sentían, y es que Iker es tan nuevo en la preparatoria como Sebastián, y ambos encajan tan bien, incluso en ocasiones al mirarlos, podría creer que llevan el mismo peso en sus espaldas, el mismo arrepentimiento, como si estuvieran hundidos en el mismo pozo. Pero por más iguales que parezcan, al observar sus ojos puedo notar que su dolor es diferente. Que uno puede sobrellevarlo al jugar, al reír, que uno está tratando de olvidar. Mientras que el otro se esconde, se aísla, como si estuviera encerrado en su mundo para evitar lastimar a las personas, o que el mismo salga lastimado.  Hay una cosa más que tienen en común, ambos se están guardando todo ese dolor que sienten para sí mismos, y tarde que temprano terminarán por explotar.

No estoy diciendo que yo quiera salvarlos, o que me sienta su heroína, pero hay algo en ellos, en su esencia qué me incita a no dejarlos solos, que me dice que no me rinda, que les demuestre que la vida no siempre es tan mala como ellos lo han visto. Quiero ayudarlos, apoyarlos.

Cada que paso tiempo con ellos, me doy cuenta de que tienen un corazón enorme a pesar de todo. Incluso creo, que tal vez pueda confiar en ellos. Después de todo es bien sabido que los amigos hombres son más leales que las mujeres, y me consta, soy mujer, y no somos precisamente amigas de película. Somos traicioneras y crueles, si damos apoyo, pero eso en ocasiones está en nuestra sangre competir.

Lizeth y Sofía son buenas personas, pero hemos tenido nuestras discusiones, y discusiones en serio, de hecho volvimos a hablarnos poco antes de que los nuevos llegaron a nuestras vidas, ni siquiera recuerdo por qué dejamos peleamos en primer lugar, cosas de mujeres supongo.




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