El Niño Nuevo

Viernes 28 de Febrero

Viernes 28/Febrero/2014

10:11 p.m.

Último día de Febrero.

Baile de corazones.

El miedo que teníamos desapareció cuando anunciaron a los ganadores y no fueron nuestros nombres lo que se escucharon por la alta voz. Creo que, celebramos mucho más que la pareja ganadora, y es que prácticamente fuimos obligados a participar.

El Baile comenzaba a las 6 de la tarde, salí de la ducha a las 5:10. Tomé una blusa de encaje blanco y un pantalón de mezclilla negro, unas zapatillas sin tacón y me recogí el cabello en una media coleta, planchando la parte que quedaba suelta.

Pedí un taxi que me dejó en la puerta del de la fiesta, y a pesar de que una parte de mí quería dar la vuelta e irse, de todas formas entré.

Quedé de verme con Yazmín ahí, ya que Sofía y Lizeth decidieron no asistir (Qué afortunadas) ella se veía aún más alta que de costumbre, no sé cómo se le ocurre utilizar tacones. Los nervios hacían que me sintiera pequeña, pero en el momento en el que me paré junto a ella me sentí DIMINUTA.

Busqué a Sebastián con la mirada, él ni siquiera notó cuando llegue.

Bailaba abrazado a una niña, ella era un poco chaparrita, su cabello negro llegaba hasta su cintura y sus mejillas tenían un tierno tono rojizo, sin darme cuenta, solté un suspiró de resignación y di media vuelta.

 

—Hola—Quedé boquiabierta cuando vi a quien estaba frente a mí. Alto y de cabello negro, sonrisa torcida y ojos negros; de hecho, supuestamente el ya ni siquiera estudiaba

—Erick, ¿Qué haces aquí?—Erick entró con nosotros en primer semestre, pero por mala conducta fue expulsado del plantel. Como de costumbre, además de ser un idiota, estaba bueno y por alguna razón me había tomado cariño. Yo no tenía inconveniente alguno con eso.

-¿Sigues con la costumbre de estar sola?—Me encogí de hombros y sonreí, recordando esos tristes pero bien enterrados recuerdos— ¿Qué te parece si bailas con un viejo amigo?—Sin pensarlo dos veces tomé su mano y comenzamos a bailar.

Pasaron varias canciones, incluso comenzaba a olvidarme hasta de la existencia de Sebastián, hasta que en un momento en el que abrazaba a Erick noté como desde lejos una chica, una diferente a la del inicio del baile, trataba de llamar la atención de Sebas, quién me miraba con una expresión confundida.

Sonreí.

Me confundí.

Y recordé, que no importa cuánto me miré, él y yo no estamos hechos para estar juntos. Lo comprobé cuando al bailar juntos en la presentación de candidatos no pudo mirarme a los ojos, además durante toda la noche él estuvo con una chica, una diferente cada canción; y yo por otro lado, permanecí sentada en una de las mesas del rincón. Porque ahí pertenecemos las chicas como yo.




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