Domingo 23/Marzo/2014
11:23 p.m.
¿Qué clase de historias valen la pena contar?
Hasta ahora, he mencionado muchos nombres, de la mayoría, he contado la parte que forman en mi historia y he hablado muy poca acerca de ellos.
Emily tiene 16 años, la conozco porque asiste a la misma iglesia que yo, ella es distinta, en el buen sentido de la palabra, es decir ella se ve pequeña, se ve frágil, pudiera pasar desapercibida, pero no lo hace, porque ella es de esas personas que no se guarda lo que piensa, y recalco lo que piensa porque sabe muy bien guardarse otras cosas, sabe guardar secretos, sabe guardar sus sentimientos y sabe guardar sus problemas, pero guardar lo que ella piensa, es un reto sumamente difícil. Tampoco es de esas niñas que gritan para llamar la atención y verse muy revolucionarias, simple y sencillamente deja en claro sus ideas.
Le tengo bastante aprecio, ella es directa, dice las cosas de frente, y nota mi ausencia, eso me parece importante ¿Entiendes? pueden existir muchas personas que te hablan cuando estás presente, que llegan y actúan como si fueran amigos de toda la vida, pero hay algo peor que hablar de alguien a sus espaldas y es no notar su ausencia, porque simplemente no te preocupa, no te importa o no altera tu entorno el hecho de que estés o no presente y ¿Para qué tener amigos a los que les va a dar igual si existes o no? Es importante notar cuando alguien no está, creo que en el momento en el que alguien te hace falta te das cuenta de lo importante que es para ti.
Hoy después de aproximadamente seis meses sin verla, llegó junto a mí en la iglesia. Al vernos nos abrazamos y rompimos a llorar. Emily había tenido que internarse en una clínica de rehabilitación por sus problemas alimenticios; verla ahora, tan recuperada de peso y tan radiante me llenó de alegría. Con ella tengo una conexión tan fuerte y profunda, hacerme su amiga ha sido de las mejores decisiones que he tomado.
Cualquiera podría decir, que ahora que ella está recuperada, todo estará mucho más fácil para ella, pero se equivocan, la parte complicada se viene ahora, pues tendrá que enfrentarse a las palabras de la gente. Recuperarse de las heridas del corazón es fácil cuando se está alejada del mundo, pero al salir al mundo es difícil mantenerlas cerradas.