El Niño Nuevo

Sábado 31 de Mayo

  Sábado 31/Mayo/2014

03:00 a. m. (Lo sé, se supone que es primero de Junio)

A pesar de que apenas pude dormir la noche anterior, hoy me levante  más energética que nunca. Tan energética que comencé a tener ansiedad, así que para moderarme un poco me ocupe limpiando la casa. 

Afortunadamente, mis padres salieron de compras mientras yo comenzaba arreglarme para la gran noche. Puse la música a todo vuelo, y nerviosa me senté frente al espejo, mi madre y Mary me habían dejado todo su maquillaje a mi disposición pues yo no contaba con mucho, pero no tenía idea de que era lo que debía usar. Pensé entonces que el peinado sería más sencillo, pero me rendí después de varios intentos. Así que, cansada me tire sobre mi cama.

No pasó mucho tiempo cuando tocaron a la puerta de mi habitación.

—¿No deberías estar arreglándote ya?— Preguntó Mary.

—No sé ni por dónde empezar— Mary rió.

—¿Sabes? Se volverá un poco monótono ayudarte siempre que tengas un evento importante— rodé los ojos al escucharla— Por suerte para ti, llegó alguien. — Me quede helada, ¿Quién podría haber llegado? Pero, cuando mire a una chica de cabellera negra entrar por la puerta me tranquilice enseguida.

  • — ¡Tamara!— Grité, saltando de la cama para ir a abrazarla; ella me devolvió el abrazo con el mismo gusto, tenía desde que entré a preparatoria sin verla, y ella ha sido mi mejor amiga desde el jardín de infantes, solo que por el trabajo de sus padres tuvo que salir de la ciudad.

  • —¡Hola Debby!— Sonreí al escuchar el apodo con el que solía llamarme. Así éramos, Tammy y Debby.  —¿Qué haces aquí?— 

—Entrare a una universidad aquí, y tus padres me dejaron mudarme con ellos. Y pensé que darte la noticia sería un buen regalo de graduación— Tammy se encogió de hombros, como si su llegada hubiera sido lo más casual del mundo. Deje caer una lágrima de la emoción.

—Está bien, basta de sentimentalismos, tendrán tiempo para eso después, ahora concentrémonos en arreglarla— Dijo Mary, viéndonos con cara de asco.

—Mary, tú te encargas del peinado, y yo me encargare del maquillaje— Enseguida, Mary conecto la rizadora y Tammy comenzó a ponerme base. Cuando éramos pequeñas, Tammy y yo jugábamos a ser famosas; yo interpretaba a una hermosa cantante, y ella era una súper modelo, pero más que nada ella se encargaba de maquillarnos para vernos "hermosas". 

Con el tiempo, ella se volvió  mi aliada al momento de necesitar ayuda para algún evento. Pero cuando ella y su familia se mudaron, quede perdida en el mundo de la "belleza".

Después de lo que fue, más o menos una hora, me miré al espejo. Mi cabello caía hacia un lado y las puntas estaban rizadas. Mis ojos brillaban y mi labial tenía un tono tenue. 

Me levante y camine hacia el armario para sacar el vestido.

—Es hermoso— Dijeron Tamara y Mary al verlo.

—¿De dónde lo sacaste?—Preguntó Mary.

—Mis padres lo compraron— dije, mientras entraba en él.

—Mis padres no compraron nada, ellos tenían entendido que ya tenías vestido— La miré confundida.

—¿Estás segura?— Pero Mary no pudo contestar, cuando mi madre irrumpió en la habitación.

—Ya llegamos, pero es tardísimo ¡Vámonos ya!—Mi madre me tomó de la muñeca y agite mi mano libre para despedirme de Mary y Tamara, olvidando por completo el asunto del vestido.

Mis padres me llevarían a la granja donde se celebraría el baile. Cuando llegamos, mamá me ayudó a bajar del auto

—¿Tienes suficiente dinero para el taxi de regreso?— dijo, tomándome de las mejillas.

—Sí mamá—

—No olvides llamar en  caso de emergencia—

—Estaré bien—

—¿Llevas  toa...—

—¡Mama!— dije, sintiendo como mis mejillas se ruborizaron.

—Solo quiero asegurarme de que todo esté bien— dijo ella dándome un abrazo.

—Todo estará bien mami— la tome de las manos y la mire a los ojos, los cuales estaban húmedos.

—Estoy muy orgullosa de ti mi chiquita— me beso la mejilla y se dio la vuelta para subir al auto. Me despedí de ellos alzando mi mano y entre. 

Había muchos chicos alrededor, tomándose fotos para aprovechar la poca luz solar que quedaba. En una esquina estaba mi grupo, también tomándose fotos. Sonreí al verlos. Sofía llevaba un vestido azul largo hasta el suelo, pero  a diferencia del mío, no llevaba tirantes. Su cabello estaba recogido en un moño. Lizeth, vestía de manera bastante contraria, su vestido era rosa chillón y era lo suficientemente ajustado para señalar su figura, llegaba un poco arriba de la rodilla y dos listones se ataban detrás de su cuello para detenerlo. Su cabello estaba recogido en una coleta alta y también caía en rizos.




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