Miércoles 04/Junio/2014
07:40 p. m.
Pensé que su reacción sería un poco diferente.
Imagine que me pediría que me alejara de él. Pero todo fue tan distinto.
—No creo que yo realmente te guste— Dijo, mientras me tomaba de la mano.
—Perdona si mis sentimientos te incomodan— suspire— Pero son reales. —
—No, no lo son. Estas confundida—
— ¡Iker! — pasé las manos sobre mi cara — ¿Por qué no me crees?—
—Débora, he visto como miras a Sebastián. ¿Cómo voy a gustarte yo, si lo miras como si él fuera quien hace salir el sol todas las mañanas?— Dejó caer sus hombros —Sería el hombre más afortunado del planeta si yo te gustara. Si sintieras algo por mí. Pero no es así. —
— Yo...— Mi voz se quebró — Yo ya no quiero a Sebastián—
Iker me abrazó, y deje mis lágrimas caer. Me sentía rendida, ¿Acaso él tenía razón?
—Eres como mi hermanita, eso no va a cambiar nunca, siempre estaré junto a ti para protegerte— sorbí mis lágrimas y lo mire a los ojos —Incluso te protegeré de mí si es necesario.