Viernes 16/Octubre/2014
06:38 p.m.
Recuerdo esa sensación. Mis manos sudaban, mi estómago se sentía inestable y mis rodillas temblaban.
Después de días tratando de dar con la nueva dirección de Iker, lo logre, y allí estaba, frente a su puerta, recién acababa de tocar el timbre.
Duré unos minutos sin recibir respuesta, y justo cuando pensé en irme, escuche el sonido de la puerta abriéndose.
― ¿Débora?— susurró él. Mis ojos se llenaron de lágrimas al girar y verlo ahí, no había muchos cambios en él,tan solo su cabello había crecido, salte sobre él para abrazarlo y me permití derramar unas cuantas lágrimas. ― ¡Iker!— El me devolvió el abrazo. Me sostuvo en el aire por unos segundos, y yo no podía terminar de procesar el momento. Aunque solo habían pasado 3 meses desde la última vez que supe algo de él, para mí fue como una eternidad. ― ¿Qué haces aquí?一 No era el saludo que esperaba. No lo era en absoluto. ― Vengo a verte. Ya que tú pareces haber desaparecidoー Pase de estar inmensamente feliz, a ser indiferente. Yo lo extrañe, lo extrañe demasiado, y el reacciono como si le molestara mi presencia. ― ¿Hay algún problema? ― ― Es solo que no esperaba verte― ¿Alguna vez has tenido a tan cerca a alguien que parece irreal? Cómo si la distancia fuera en verdad lejana y su cercanía solo una ilusión. Iker estaba muy lejos de mi en estos momentos. ― Realmente no esperaba ver a nadie en unos días. He tenido algunos problemas menores , y necesitaba tiempo de calidad conmigo mismo― ― ¿Qué tipo de problemas? Dime ¿En qué tipo de problemas puedes estár que sean tan ligeros para no necesitar a tus amigos? ¿O que sean tan graves para que nosotros seamos tan inútiles? ― ― Débora, hay cosas que tengo que arreglar por mi mismo, no voy a correr a ustedes en cada problema― Su tono de voz era impaciente. ― ¡Para eso estamos los amigos! ¡En las buenas y en las malas! ¡Esa es la definición! ― Las lágrimas comenzaron a quemar mis ojos. ― ¡Me corrieron de la escuela! ¿Que pueden hacer para ayudar en eso? ¿Qué puedes hacer tú para ayudarme en eso? ― Iker gritó. Específicamente me gritó. Y tenía toda la razón ¿Que podía hacer yo? ― Nada. No puedo hacer nada. ― Suspiré. Lo mejor que podía hacer era irme y dejarlo solo tal y como él quería.
Me marché, era lo ideal. No era bienvenida a su lado, ¿Para qué quedarme junto a él? Y cuando uno se va, decide que hacer cambios no es tan mala idea después de todo. Así que decidí llegar a un salón de belleza y deshacerme de un poco de cabello, quizás dejarlo hasta los hombros…