Martes 27/Octubre/2014
12:35 p. m.
― Volvimos a vernos― Sofía soltó esa frase en cuanto salí a abrirle la puerta.
― ¿Tú y yo? ó ¿A qué te refieres? ― su visita me tomó por sorpresa. Pero no era momento para bromas, lo note cuando los ojos de Sofí se llenaron de lágrimas. Y las lágrimas me indicaron una cosa, vio a Iker y no sucedió nada bueno.
― Dijo que teníamos que darnos un tiempo― Sofía comenzó a contarme lo sucedido entre sollozos. ― Que la distancia y el tiempo impiden que nuestra relación siga. Que quizá en otro momento podamos estar juntos― Cada dos oraciones, Sofía hacía audible su llanto. ― Pero tal vez ni siquiera me quería ¿Sabes? Uno no se rinde cuando quiere a alguien. Mucho menos cuando amas a alguien. Pero creo que nunca me amo, tal vez nunca me quiso. Quizá siempre me vio como algo pasajero, un simple amor estudiantil― Dejó de llorar, ahora hablaba con la mirada fija al frente.
― No digas eso, seguro que esto está siendo difícil para él también― Mis palabras sonaron huecas, y es que desde que la preparatoria terminó, Iker se había vuelto distinto, y comenzaba a creer que tal vez nunca lo conocimos en verdad.
― De verdad pensé que él estaba contigo― su tono era neutro, no sonaba enojada, era como si estuviera hablando para sí misma― Ustedes era como cómplices, confiaban uno en el otro, se apoyaban, y sinceramente, yo sabía que él te quería mucho más que a mi. Si te prefería, lo iba a entender, pero no fue eso. Solo se alejo, y eso no lo entiendo. Es lo que más me duele, porque pensé que lo conocía― Y en eso, la comprendí. Porque es horrible creer que conoces a alguien y después darte cuenta de que en realidad es alguien totalmente ajeno a ti.