El Niño Nuevo

Sábado 20 Diciembre

    Sábado 20/Diciembre/2014

01:00 a.m.

Acabo de llegar a casa. Hoy hubo una especie de posada organizada por la comunidad vecinal de mi colonia.

Fui junto a mis padres y junto a Tamara, realmente nunca había convivido mucho con mis vecinos, pero Tammy insistió en que nos sentaramos en la mesa de los jóvenes de la calle.

― Buenas noches― medio susurré cuando tome asiento.

― Disculpen la suma educación de mi amiga, pero lo que ella quiso decir es: Hola― dijo Tamara, tomando las riendas mientras yo daba una tímida sonrisa. ― Mi nombre es Tamara, y ella es Débora, somos amigas, y sus padres han sido suficientemente generosos para permitirme quedarme con ellos desde hace tiempo― todos en la mesa asintieron y uno a uno comenzaron a presentarse.

― Mi nombre es Katherine, pero mis amigos me llaman Kitty― Inició una chica bajita de cabello corto y ondulado, muy sonriente― Vivo en esta calle desde que tengo memoria. ―

― Yo soy Cristian, tengo 5 o 6 años viviendo aquí, pero estoy aprendiendo música, y esa es mi prioridad, no me gusta salir mucho, vine aquí porque me obligaron― Tamara le sonrió coqueta y yo rodé los ojos.

― No me pienso presentar como si estuviera en una reunión de alcohólicos anónimos― dijo el ultimo chico en la mesa. El era alto, de piel morena y usaba una chamarra ajustada que hacia notar lo fuerte que de seguro era.

― ¿Nos dirás tu nombre al menos?- me atreví a decirle. Él me dedicó una sonrisa de medio lado.

― Soy Alejandro―

― ¿Alex? ― Dijo Tamara entre risas, no se que rayos le ocurría hoy.

― No― Su voz era grave, y me hacía sentir un cosquilleo en el estómago. ― Soy Alejandro, detesto que me llamen Alex― Sonreí, comenzaba a agradarme este chico.

― No te he visto mucho por aquí, ¿También te enfocas en la música?― El rodo los ojos, y antes de que me pudiera contestar Cristian se adelantó.

― Tiene uno o dos meses que se mudó aquí, y realmente él y yo somos muy diferentes, te agradecería que en el futuro recordarás eso― Mire que Kitty miraba hacia al suelo incomoda, quizá había una historia ahi que Tamara y yo no conocíamos, pero comenzaba a creer que esa noche habría tiempo de sobra para conocerla.

― Siendo sincero― Comentó Alejandro, después de que las risas de la mesa pararan, el tiempo había pasado, pero la noche aún era joven y saltaba a la vista que todos la estábamos pasando bien― Ha pesar de que llevo viviendo poco aquí, nunca te había visto Débora― Al oír mi nombre de su boca, me estremecí. Él y yo, estuvimos compartiendo miradas y gestos ocasionales en la charla grupal, pero evitabamos hablarnos directamente uno al otro, fue...interesante que el diera el primer paso.

― Creo que no soy mucho de salir de casa más que lo estrictamente necesario― Modulé mi voz, rogando porque no se notaran mis nervios.

― Algún día, podría ayudarte a corregir eso― Alejandro sonrío, y aunque fue casi imperceptible, podría asegurar que me guiño. Quizá, fue una muy sutil invitación a salir. Y espero que mi sonrisa devuelta haya demostrada que estoy dispuesta a aceptar.




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