Martes 23/Diciembre/2014
11:02 p.m.
Cuando sientes que no tienes opciones, siempre hay una puerta que puedes abrir.
Me rompieron el corazón en mil pedazos, de alguna manera, pensé que mi corazón siempre lo estaría amando a el.
Pero, he comenzado a emocionarme al salir y pensar que tal vez puedo toparme a Alejandro en el camino, me miró al espejo una vez más siempre antes de salir. Las canciones románticas me recuerdan a él y en ocasiones me permito soñar despierta con el.
Sebastián no ha tenido ni siquiera la atención de llamarme, o escribirme para saber como estoy. Llegué a pensar que jamás podría olvidarlo, pero estoy segura de que puedo, voy a olvidarlo de tal manera que si lo vuelvo a ver, será como si volviera a conocerlo.
Lo elimine de mis amigos de Facebook, dejé de seguirlo en Instagram y Twitter, y elimine su número de mis contactos (Espero que sirva de algo a pesar de que conozco su número de memoria), y además, hace unos minutos, me senté en la sala, frente a las brasas de la chimenea mientras todos en casa dormían; sostenía en mis manos una foto que nos tomamos el día del baile de graduación. Yo posaba mi mano sobre su pecho y él me sostenía de la cintura, ambos sonreímos a la cámara. Recordé cuán divertida fue esa noche, cuan cercana me sentía a todos, tan feliz y tan completa.
Tenía en el sillon varias fotos de ese día, y sin pensar, arroje la foto a las brasas. Me permiti derramar algunas lágrimas mientras veía cómo se deshacía. Queme una junto a Iker, una con Lizeth, y una con Sofía. Cansada de ser yo la única que muestra interés. Solo deje la foto donde apareciamos los 5, así, al menos en la fotografía seguimos siendo amigos