Lunes 05/Enero/2015
09:23 p. m.
Me levanté emocionada, preparada, decidida.
Hoy sería un día donde mi más valiosa compañía, sería yo misma. Me trencé el cabello y me puse mi vestido favorito, un vestido suelto de franjas moradas y blancas. Me sentía valiente, fuerte, como si el mundo me perteneciera.
Tome mi bolso de mano, y alegre me salí de casa, despidiéndome de papá, mamá y Mary.
Me dediqué a saborear “Superheroes” de The Script mientras caminaba rumbo a la Facultad de Letras.
Hay un amor, un amor distinto al que sientes por cualquier persona, el amor a lo que haces, que te genera igual cantidad de mariposas en el estómago que el amor que estamos acostumbrados a sentir. Y es precioso, porque lo que haces emana de ti, y cuando lo amas, lo haces para ti, no te importa lo que los demás opinan, porque tu das todo lo que eres.
Hoy, presenté el examen de admisión en la Facultad de Letras, más específicamente, en la carrera de literatura, y nunca en mi vida me había sentido tan tranquila con mis decisiones como en ese momento.