— ¿𝒫𝑜𝓇𝓆𝓊𝑒 𝓉𝑒 𝓉𝒾𝑒𝓃𝑒𝓈 𝓆𝓊𝑒 𝒾𝓇? ¿𝒜 𝒸𝒶𝓈𝑜 𝓃𝑜 𝑒𝓇𝑒𝓈 𝒻𝑒𝓁𝒾𝓏 𝒶𝓆𝓊𝒾?
— 𝒩𝑜 𝓁𝑜 𝓈𝑜𝓎 𝓎 𝓁𝑜 𝓈𝒶𝒷𝑒𝓈 𝒟𝒶𝓎𝓇𝒶. 𝒮𝒾 𝓃𝑜 𝓂𝑒 𝓋𝑜𝓎 𝒽𝑜𝓎, 𝓃𝑜 𝓁𝑜 𝓋𝑜𝓎 𝒽𝒶𝒸𝑒𝓇 𝓃𝓊𝓃𝒸𝒶 𝓎 𝓃𝑒𝒸𝑒𝓈𝒾𝓉𝑜 𝓈𝑒𝓇 𝓆𝓊𝒾𝑒𝓃 𝒹𝑒𝒸𝒾𝒹𝒶 𝓅𝑜𝓇 𝓂𝒾. 𝒬𝓊𝒾𝑒𝓃 𝓉𝑜𝓂𝑒 𝓈𝓊𝓈 𝓅𝓇𝑜𝓅𝒾𝒶𝓈 𝒹𝑒𝒸𝒾𝓈𝒾𝑜𝓃𝑒𝓈 𝓅𝑜𝓇𝓆𝓊𝑒 𝓇𝑒𝒶𝓁𝓂𝑒𝓃𝓉𝑒 𝒶𝓈𝒾 𝓁𝑜 𝒹𝑒𝓈𝑒𝑜. 𝒩𝑜 𝓅𝑜𝓇 𝓁𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝓁𝑜𝓈 𝑜𝓉𝓇𝑜𝓈 𝓅𝒾𝑒𝓃𝓈𝑒𝓃.
— 𝒴𝒶 𝓁𝑜 𝓈𝑒, 𝓈𝑜𝓁𝑜 𝓆𝓊𝑒..
— 𝐿𝑜 𝓈é 𝓉𝒾𝑒𝓃𝑒𝓈 𝓂𝒾𝑒𝒹𝑜, 𝓎 𝓎𝑜 𝓉𝒶𝓂𝒷𝒾𝑒𝓃 𝓁𝑜 𝓉𝑒𝓃𝑔𝑜, 𝓅𝑒𝓇𝑜 𝓃𝑒𝒸𝑒𝓈𝒾𝓉𝑜 𝒽𝒶𝒸𝑒𝓇 𝑒𝓈𝓉𝑜 𝓅𝑜𝓇 𝓂𝒾. — 𝒟𝒶𝓎𝓇𝒶 𝓈𝓊𝓈𝓅𝒾𝓇𝒶 𝓂𝒾𝑒𝓃𝓉𝓇𝒶𝓈 𝓈𝓊𝓈 𝒽𝑜𝓂𝒷𝓇𝑜𝓈 𝒸𝒶𝑒𝓃. 𝒮𝒾𝑒𝓃𝓉𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝓈𝑒 𝒽𝒶𝒸𝑒 𝓂á𝓈 𝒸𝒽𝒾𝓆𝓊𝒾𝓉𝒶 𝓅𝑒𝓇𝑜 𝓃𝑜 𝓅𝓊𝑒𝒹𝑜 𝓆𝓊𝑒𝒹𝒶𝓇𝓂𝑒, 𝓃𝒾 𝓈𝒾𝓆𝓊𝒾𝑒𝓇𝒶 𝓅𝑜𝓇 𝑒𝓁𝓁𝒶.
— 𝒫𝓇𝑜𝓉𝑒𝓂𝑒 𝓆𝓊𝑒 𝓃𝑜 𝓂𝑒 𝑜𝓁𝓋𝒾𝒹𝒶𝓇𝒶𝓈, 𝓆𝓊𝑒 𝓃𝓊𝑒𝓈𝓉𝓇𝒶 𝒶𝓂𝒾𝓈𝓉𝒶𝒹 𝓋𝒶 𝒶 𝓈𝑒𝑔𝓊𝒾𝓇 𝓈𝒾𝑒𝓃𝒹𝑜 𝓁𝑜 𝓂𝒾𝓈𝓂𝑜 𝓅𝒶𝓈𝑒 𝓁𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝓅𝒶𝓈𝑒.
— 𝐿𝑜 𝓅𝓇𝑜𝓂𝑒𝓉𝑜 𝒸𝒶𝓇𝒾ñ𝑜, 𝓅𝑒𝓇𝑜 𝓅𝑜𝓇𝒻𝒶𝓋𝑜𝓇 𝓃𝑜 𝒹𝑒𝒿𝑒𝓈 𝒹𝑒 𝓁𝓁𝒶𝓂𝒶𝓇𝓂𝑒, 𝓃𝒾 𝒸𝑜𝓃𝓉𝒶𝓇𝓂𝑒 𝓁𝒶𝓈 𝒸𝑜𝓈𝒶𝓈. 𝒩𝑒𝒸𝑒𝓈𝒾𝓉𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝓂𝑒 𝓉𝑒𝓃𝑔𝒶𝓈 𝒾𝓃𝒻𝑜𝓇𝓂𝒶𝒹𝒶. 𝒬𝓊𝒾𝑒𝓇𝑜 𝓈𝒶𝒷𝑒𝓇 𝒹𝑒 𝓉𝒾, 𝓈𝒾𝑒𝓂𝓅𝓇𝑒.
— 𝐿𝓁𝒶𝓂𝒶𝒹𝒶 𝓉𝑜𝒹𝑜𝓈 𝓁𝑜𝓈 𝒹í𝒶𝓈 𝑒𝓃𝓉𝑒𝓃𝒹𝒾𝒹𝑜. 𝒜𝒽𝑜𝓇𝒶 𝓋𝑒𝓉𝑒 𝓆𝓊𝑒 𝓈𝑒 𝒽𝒶𝒸𝑒 𝓉𝒶𝓇𝒹𝑒 𝓅𝒶𝓇𝒶 𝓉𝓊 𝓋𝓊𝑒𝓁𝑜
Esa fué la última conversación que tuve con mi mejor amiga. Pasaron trece horas desde ese suceso. Pero no puedo evitar pensar que voy a extrañar a mi morenita. Aunque eso no quiere decir que me arrepienta porque es algo que estoy haciendo por mi.
Muchos piensan que porque mis padres me manipulaban y amoldaban a su antojo. No puedo opinar por mi cuenta y este viaje es para demostrarme a mí misma que si puedo y que no importa las opiniones de los demás porque lo único que vale ahora mismo es lo que yo siento.
Cuando mis pies tocan el suelo. Siento que me arrodillo en él. Nunca había viajado en un avión. La experiencia es hermosa pero pasar tantas horas hace que tenga esta reacción tan ridícula como tocar el suelo con las manos y ¿Acariciarlo? No lo sé. Soy rara.
Sé que tengo que ir a la casa donde me voy a quedar. Dejar las cosas y ordenar pero lo único que me apetece en este momento es caminar por las calles de Madrid
Que ganas tenía de decir esto. Siento que mi sueño se está haciendo realidad.
Así que le dejó las llaves al ama de llaves para que me guardara todas las cosas. Se que estoy siendo muy confiada pero esta claro que esto no es argentina. Aca todos circulan de manera tranquila con los auriculares y celulares en mano. En argentina todos estamos acelerados y si sacas un celular te lo cagan choreando. Por eso me siento confiada para que la señorita me guarde las cosas. Así yo puedo ir a caminar y conocer esta hermosa ciudad.
Busco una playlist en spotify y en este caso decido empezar con las canciones de One Direction. Sé que ya han pasado años de sus canciones pero no puedo evitar seguir escuchándolos.
Siempre que empiezo a escucharlos es como que me olvido de todo. Solo me enfoco en lo que me hace sentir sus letras y a veces tiene sus contras como ahora.
Acabo de hacer enojar a un chico.
Soy tan bruta que ni siquiera me había dado cuenta que había chocado con alguien y que ahora los papeles que llevaba en su mano estaban mojandose por un charco de agua.
Intenté ayudarlo pero lo único que conseguí es que me mirara con.. ¡Oh por dios! No puedo creer que esté frente a mi el chico que en la secundaria me tenía loca. El único que me hacía suspirar mientras caminaba por los pasillos. Pero ahora no parecía el chico dulce que tanto me encantaba cuando era más chica.
Está claro que no iba a tener el reencuentro que toda chica espera cuando ve frente a sus ojos a su crush porque si soy realmente sincera Ethan Cooper no me conoce. Básicamente porque yo era una mini espía con él. Me encantaba observarlo desde las sombras pero nunca nos habiamos cruzado y mucho menos habíamos mantenido alguna conversación.
Y ahora lo que tengo es un hombre todo gruñon, gritándome. Vaya mi suerte.
— ¡¿Qué mierda haces?! No toques mis cosas. — Me arrebata las cosas de las manos dejándome una pequeña marca roja de sus uñas. Al parecer no lo nota, por lo que escondo mis manos bajo mi espalda.— Primero tiras mis cosas, las arruinas ¿Y ahora quieres arreglarla? Mejor metete en tus asuntos.
— A ver calmate un poco porque primero tienes que bajar ese tono de voz, porque yo no tengo porque aguantar tus gritos de niñato rico y molesto.
—¿Niñato..?
—Porque.. — Sigo sin importar lo que quiere decirme Ethan en este momento, porque necesito darme mi lugar — Estamos frente a frente y mis oídos escuchan perfectamente y no necesito que me grites para escucharte. Segundo, yo no tengo la culpa de que tus cosas se arruinarán hasta te podría decir que fui bastante considerable para ayudarte a recoger las cosas. Sabiendo que tus malditos papeles no tienen ningun puto arreglo. — Levanta los ojos mirándome con asombro pero no dejo que hable. Parece ser que cuando comienzo no puedo terminar. — Increible que el primer idiota que me cruzo va a ser un invecil. Pensé que a los idiotas los había dejado en Argentina, pero ya ves uno se equivoca.
Dejándolo con la palabra en la boca, me doy la vuelta y sigo mi camino sin mirar atrás. Aún así. si al que dejo atrás es al chico que soñé por años tener pero que era obvio que no iba a poder ser. Porque no soy la típica protagonista que se queda con el amor de su vida. Yo me tuve que conformar y salir con un idiota.
— ¡Espera! — Ojitos verdes me están llamando pero intento ignorarlo. — Por favor no me ignores — Sonrió sin poder evitarlo porque eso último me generó demasiada ternura pero aún así decido seguir mi camino, no sin antes sacarle el dedo mostrándole lo
“poco” que me importa “Su por favor” — Que mujer tan grosera.
Cuando escucho la estupidez que me dijo, me giro en su dirección porque realmente no puedo creer su descaro.
— A ver chiquitín el que es grosero y que no tiene modales eres tú. Que descaro decirme grosera a mi cuando lo unico que hice fue ayudarte, idiota.
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Editado: 19.12.2023