Sol no salió de la cabaña durante el resto del día, y tampoco lo hizo durante la noche. No mucho después de que Sol se encerrara Nasden lo siguió y se sentó frente a la puerta de la cabaña. No se ha movido de allí desde entonces, y Einar tampoco se despega de mí. Si voy a la derecha, él va a la derecha, si me pongo de pie, él también. Eso sumado a que no deja de enviarse miradas de advertencia con Nasden.
Al final Einar y yo terminamos por ir a buscar algo de madera para encender un fuego no muy lejos de la cabaña, no porque lo necesitáramos, sino más bien por hacer algo. Nadie volvió a pronunciar palabra en todo este tiempo, mi única intervención en la guerra silenciosa entre Einar y Nasden sucedió cuando Einar se acercó demasiado a la cabaña y Nasden se tensó, tiré del brazo de Einar hacia mí cuando lo noté y no volvimos a acercarnos demasiado.
No comprendo el comportamiento de Nasden, el cual es bastante confuso y contradictorio en más de un sentido, pero prefiero no provocarlo.
Al amanecer del día siguiente, mientras estaba recostado en el pecho de Einar y Nasden se removía en su lugar en el suelo, Sol abrió la puerta de par en par y casi tropieza con su cuerpo. Todos nos pusimos de pie de forma automática.
— ¿Qué haces ahí? — Sol preguntó mirando a Nasden, que detallaba su rostro en silencio y sin responder.
Finalmente lo ignoró, se alejó y se acercó a mí. Empujé a Einar detrás de mí antes de que pudiera adelantarse y ponerse en medio. Sol se detuvo frente a mí y me inspeccionó de arriba a abajo.
— Estás... Sucio, por no decir algo peor — Volvió a mirarme el rosto luego de varios segundos —. Necesitas bañarte, y lo harás ahora mismo, yo te daré ropa. Luego te ayudaré con tu... Problema.
No esperó por mi respuesta, se limitó a rehacer sus pasos y volver dentro de la cabaña.
———
— ¿Aprendiste algo en todo este tiempo, por tu cuenta? — Sol me preguntó luego de un rato.
Es mediodía, estoy sentado sobre una roca al lado de un arroyo mientras Sol me observa a una distancia prudencial. Einar y Tierra también están cerca, puedo percibirlos, pero Sol los echó en cuanto nos alejamos de ellos y comenzaron a seguirnos.
— Creo que sí, pero todo sigue siendo bastante confuso.
Asintió con la cabeza y miró el arroyo de forma distraída.
— ¿Puedes transportarte?
— Sí — Me incliné suavemente hacia adelante —, pero sólo a lugares en los que ya he estado o que pueda ver desde donde esté.
— Eso es normal — Movió su mano para restarle importancia —, es así para todos, Muerte y Luz incluidos, supongo que Einar no lo sabía. La única forma de transportarte a un lugar desconocido es siendo invocado allí. Si no tienes problemas con eso es que ya lo dominas decentemente.
— Está bien… — Un estruendo me distrajo, e inmediatamente miré a mi alrededor alarmado. No tardé mucho en darme cuenta de que el sonido parece provenir desde el lugar en donde están Einar y Nasden. Cuando volví a mirar a Sol, me miraba extrañado — Lo siento.
Suspiró con cansancio y se pellizcó el puente de la nariz.
No van diez minutos y ya lo estresé.
— Kennet, no puedes saltar con cada mínimo sonido que escuches. Tus sentidos ahora son muchísimo más agudos, un leñador podría estar talando un árbol a diez kilómetros de distancia y tú lo escucharías…
— ¿Tengo tanto alcance?
— Sí — Zanjó —, y debes hacerte a la idea.
— Es bueno saberlo.
Asintió con la mirada perdida y me instó a continuar en silencio. — Qué otras cosas has estado haciendo.
— Cualquier cosa relacionada al fuego parece serme mucho más fácil de manipular que otras cosas, y constantemente cuando algo me sale mal termino explotando e incendiando todo lo que esté demasiado cerca de mí, pero asumí que eso era debido a Einar.
— Y es así, probablemente — Concordó —. Estás demasiado apegado a él, es normal que explotes con su elemento. Esa podría ser la misma razón por la cual te es más fácil manipularlo también.
— Sí, incluso puedo incendiarme a mí mismo, igual que él…
— Eso es útil — Me cortó, comenzó a caminar distraído a mi alrededor —, pero doloroso, ¿No es así? A pesar del poder que tienes ahora, Muerte y Luz no tienen un cuerpo etéreo, no sienten dolor, tú sí. No deberías continuar haciéndolo.
— Einar lo hace todo el tiempo y parece aguantarlo bien, con tiempo podría hacerlo yo también…
— No — Me interrumpió —, Einar es diferente. No lo sabemos a ciencia cierta porque Muerte nunca dijo nada al respecto, y Einar tampoco, pero lo más seguro es que él sea inmune al dolor de su propio fuego, así que sólo deja de intentarlo.
Guardé silencio y no volví a tocar el tema, pero Sol me obligó a continuar.
— ¿Alguna otra cosa que hayas aprendido a hacer por tu cuenta?
Me mordí el labio antes de responder.
— Puedo manipular plantas si me concentro mucho, creo…
— Con práctica se te hará más fácil — Le restó importancia con un movimiento de su mano y detuvo sus pasos frente a mí —, fue una de las primeras cosas que pudiste hacer por tu cuenta, ¿No es así?
— ¿Cómo lo sabes?
Me sonrió. — Era de suponer… Parte de ti está conectada a Tierra ahora, y esa es su especialidad.
— ¿Por qué está conectado a mí?
Mi pregunta lo sorprendió, ladeó la cabeza y evitó mi mirada en silencio.
— Parte de mi esencia está conectada a su alma también.
Agachó la cabeza y luego retomó el paso.
— No comprendo…
— Es difícil explicar cada detalle — Su tono de voz frío y tajante me acalló con rapidez —. Esencialmente, Tierra todavía tiene su alma. Una parte ínfima de mi esencia está conectada a ella, sólo del tamaño suficiente para poder tener control sobre él. Esto no tiene relación con sus habilidades, fui capaz de otorgárselas de otra forma muy diferente, pero esta fue mi manera de tener control sobre él — Volteó el rostro para poder observarme otra vez. —. Es… Complicado, pero por eso ahora tenés poder sobre nosotros, tanto Tierra como yo, aunque controlarme a mí es un poco inútil.