El Nuevo Dios

15: "Visitas"

   — ¿Estás seguro?

   Sol rompió la rama que tenía en las manos y suspiró con cansancio.

   — Kennet...

   — No creo que esté listo.

   — Lo estás — Me aseguró —, ya lo discutimos.

   — Pero...

   — Luego de lo que hiciste con Nasden, quedó claro que estás más que listo — se volteó para poder observarme mejor —. Lo único que debí hacer fue explicarte cómo hacerlo y lo hiciste bien al primer intento, ya antes de eso tenías una buena racha en nuestras prácticas, pero con eso demostraste que no era solo una buena racha. Realmente estás listo.

   Contemplé sus palabras en silencio, pero luego de algunos segundos volví a negar con la cabeza.

   Sol levantó su ramita partida. — Hazme un favor y enciende la ramita.

   Moví la cabeza ligeramente. La ramita se encendió en segundos frente a su rostro y Sol sonrió complacido. La señaló con su mano libre.

   — Ya no hay nada que yo deba o pueda enseñarte — continuó —, comprendes tu habilidad perfectamente ahora, sabes la extensión de tu poder y cómo usarlo. Si un día te sientes aunque sea mínimamente confundido, simplemente sigue tu instinto; nunca se equivocará, te lo prometo, pero ya no hay nada más con lo que yo pueda ayudarte, y además justo a tiempo — Tiró la ramita encima de una pila de troncos y hojas secas que se encendieron y cobraron fuerza con lentitud —, Muerte perderá la paciencia si no nos movemos rápido.

   Abrí la boca para contestar, no contento resignándome, pero es entonces que Einar salió de la cabaña y no pude evitar desviar la mirada hacia él.

   Tiene el cabello, que usualmente le llega por debajo de la barbilla, atado y peinado, una campera negra de cuero sobre una remera blanca y un pantalón también negro que no puedo evitar detallar mientras se aleja de la cabaña y se acerca a mí con los brazos extendidos, sonrisa en su rostro.

   — ¿Cómo me veo? — Me preguntó con entusiasmo.

   Continué detallándolo en silencio, escuché a Sol riéndose detrás de mi.

   — Al parecer bastante bien.

   Einar se rió ante sus palabras y terminó de acercarse a mi para poder rodearme con sus brazos y abrazarme.

   — Te ves adorable — susurró.

   — Idiota.

   — ¿En dónde está Nasden? — Preguntó alzando la voz y alejándose de mi.

   Sol se encogió de hombros. — A veces le gusta alejarse un poco, pasar tiempo solo y practicar, usar su habilidad un rato. Hacía bastante no lo hacía, pero supongo que está algo nervioso...

   Einar asintió distraído antes de volver su atención a mí y darme un beso fugaz en los labios, se alejó segundos después.

   — Entonces iré ahora — anunció.

   Estiré mi brazo para poder arrastrarlo otra vez hacia mi, pero él anticipó mis intenciones y se transportó lejos de mi agarre. Sentí sus brazos rodeándome por detrás, besó mi mejilla y susurró; — Volveré pronto, lo prometo.

   Desapareció tan rápido como había aparecido.

  Sol se alejó del fuego y caminó hacia un roble no muy alejado. Se sentó en el suelo con las piernas dobladas y apoyó los brazos sobre sus rodillas.

  Dirigió su mirada hacia mi en cuanto se dio cuenta de que no me había movido.

  — ¿Vas a quedarte ahí parado hasta que vuelva? — Me preguntó alzando la voz. — Podría tardar horas.

  — Hubiera preferido acompañarlo.

  — Pero no puedes — me interrumpió —, y lo sabes. Nadie puede verte ahora, por meses te han visto viajando con Einar. Yo mismo he llegado a escuchar el rumor del chico rubio con cabello rizado que viajaba lado a lado con el Dios Fuego, y además...

  — Pero no tengo por qué dejarme ver — insistí —, podría acompañarlo, estar ahí a cierta distancia, esconderme...

  — ¡Kennet! Einar está creando un rastro para que Kot pueda rastrearlo y podamos emboscarlo. Kot tiene que encontrar solo su rastro. Aunque tu rastro sea diferente ahora que ya no eres humano, igual puede reconocer tu poder tan sólo con eso. Si reconoce a un desconocido así de poderoso viajando con Einar, sospechará.

  — ¿Y cómo sabes que será capaz de reconocer mi poder?

  — ¡Porque hice que Nasden te rastreara para asegurarme! — se llevó la mano al pelo y se lo apartó del rostro con frustración — Yo mismo me encargué las habilidades de los Árdigans, y Luna de su apariencia física. La habilidad de rastrear de los Árdigans es la misma de Nasden, y si él puede percibirlo ellos también. Nasden te rastreó ayer, y me aseguró que si no te conociera, se mantendría alejado de ti. Así que te vas a quedar aquí a esperar a que Einar vuelva, siéntate.

   Señaló el suelo a su lado y me dedicó una mirada que no dejaba espacio para quejas.

   Al final me acerqué a él y me senté a su lado, todavía nervioso y tenso. Dirigí mi mirada al fuego y abracé mis piernas. Sol suspiró con cansancio a mi lado mientras yo apoyaba la mejilla sobre mis rodillas.




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