El Nuevo Dios

19: "Melancolía"

— Prométeme que volverás — susurró frente  mi.

No pude levantar el rostro para enfrentarlo. Einar acarició mi mejilla con suavidad hasta alcanzar mi barbilla, intentó obligarme a levantar el rostro para poder observarme, pero me rehusé en silencio, alejándome de su toque. Su mano quedó suspendida a centímetros de mi rostro antes de terminar en mi hombro.

— No puedo prometerte eso, lo sabes — finalmente le dije.

La habitación es oscura, no puedo distinguir su rostro, o su expresión, pero no necesito eso para saber que mis palabras le dolieron. No puedo decir otra cosa aunque quisiera, no voy a mentirle. Incluso si lo hiciera, los dos sabemos que no hay garantías, que no hay forma de anticipar cómo terminará todo esto. No sé si saldré vivo de lo que me espera una vez dejemos esta habitación, no sé si volveré a ver a Einar luego de separarme de él. Ni siquiera sabemos qué le sucederá a él, si saldrá vivo por la misma puerta por la que entró. 

— No quiero que hagas nada estúpido.

Levanté el rostro. No distingo nada, pero no pude evitar hacerlo. Necesito tener la cabeza en alto mientras digo esto, necesito infundir seguridad a mi voz.

— Si no salgo vivo, y los dos sabemos que es más que probable, no quiero que hagas nada, ¿escuchas? — llevé mis manos hacia sus hombros, tanteando en la oscuridad hasta que tuve un agarre firme sobre su cuerpo. — Lo que sea que me suceda hoy es mí culpa. Yo lo he elegido, yo sabía qué esperar y lo elegí. Sé que no te correspondía, pero no puedo decirte lo aliviado que me hizo sentir el saber que confías en mi lo suficiente como para dejarme tomar mis propias decisiones, por más mal que se vean. Einar, si no salgo vivo quiero que sigas con tu vida...

Su suave voz me interrumpió — Sé que tus razones son más que justas... Pero la verdad es que todo este tiempo tenía la mínima esperanza de que te arrepintieras.

Por algunos segundos no supe qué responder, sorprendido por lo que acaba de decirme. Cuando se acercó a mí y me envolvió en un fuerte abrazo, no hice más que acomodarme contra su pecho y dejarle recorrerme con sus manos por lo que sé que probablemente sea una de las últimas veces.

— Esperaba a que un día me dijeras que te habías arrepentido, que no lo harías...— continuó susurrando. — Sé que lo haces por tí, sé que luchar por esto es lo correcto. Kennet, no creo que podría soportar verte hacer lo mismo que yo he hecho por siglos, y peor aún, sabiendo lo que haces, sabiendo que está mal pero sin poder controlar tus acciones... No podría soportarlo y, aún así, la idea de perderte es... 

Su voz se apagó, escondió el rostro en el hueco de mi cuello mientras alcanzaba su cabello. Esta es la primera vez que Einar me demostró sus verdaderos sentimientos sobre lo que estoy por hacer... Justo antes de correr directamente, cabeza al frente, hacia el peligro.

— Todo este tiempo intenté no pensar en ello, intenté concentrarme en ti, en entrenarte, en encontrar a Kot y matarlo por todo lo que te ha hecho... Pero cuando eso se terminó, ahora que tengo que enfrentar lo que está sucediendo... Kennet, no creo que pueda soltarte.

Lo rodeé con ambos brazos y acaricié su espalda en silencio, dejándole llorar en mi hombro sin decirle nada más. El aire a nuestro alrededor está plagado de humedad, consecuencia de las recientes lluvias. Elegimos un lugar apartado para el momento en el que arranque la esencia de Muerte de Einar, pero luego tendremos que huir una vez más. Muerte sabrá lo que he hecho de inmediato.

Hemos estado aquí por la últimas dos horas y todavía no hemos podido hacerlo. Sol y Nasden están esperándonos al otro lado del mundo para poner a Einar a salvo una vez esté hecho, mientras yo huyo en la dirección contraria para enfrentar a Muerte.

Cada vez que me convenzo a mi mismo de que son los últimos momentos, de que tengo que hacerlo, la sola idea de separarme de él, de causarle dolor, hace que el corazón se me hunda dentro del pecho.

— También lo hago por tí — le recordé rodeando sus hombros. — Si todo sale bien, serás libre. Dejarás de estar encadenado por Muerte, ya no podrá hacerte daño... Mientras no te encuentre estarás a salvo...

— Si tu vida es el precio a pagar por ello, entonces no lo quiero — su voz se escuchó fuerte y clara entonces.— Viviría mil vidas otra vez de la misma forma, encadenado por él, si eso significa que tú estarás bien. Que nada sobrenatural ni mítico entrará en tu vida, que serás feliz y cumplirás tus metas y vivirás una larga y monótona vida sin nada de toda la mierda que has tenido que soportar en todo este tiempo.

Levantó su cabeza, se alejó de mi y llevó sus manos hacia mi rostro. — Tú me importas muchísimo más que yo mismo. Haría cualquier cosa para asegurarme de que tú no formaras parte de todo esto, pero no tengo nada que Muerte quiera a cambio de dejarte fuera de nuestros asuntos. Tú eres el único con una mínima chance de salvarte a ti mismo, pero créeme cuando te digo que si hubiera otra forma, ya la habría tomado.

— No quiero hacer esto — contesté de inmediato, cubrí su manos con las mías. — La sola idea de hacerlo me aterroriza, pero lo mismo sucede al imaginarme haciendo todo lo que él planea obligarme a llevar a cabo. No puedo, Einar... Yo no...

Mi voz se cortó, guardé silencio con la mirada perdida en la oscuridad.

Desearía que hubiera otra salida, desearía no tener que hacer esto... Mientras Einar continúe bajo el poder de Muerte, yo no seré libre de él. Y mientras continúe albergando dentro de mi el poder que Muerte me ha dado, jamás seré feliz. Yo nunca quise esto, no lo quiero, no quiero ser inmortal, pero no puedo arrancarme a mi mismo la esencia de Sol. Nadie puede, excepto Muerte o Luz...




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