El nuevo papá de Stevie

Capítulo 1: Danielle

Capítulo 1

Dany

No sé cómo llegué aquí, y no hablo de esta estúpida cita, sino de mi situación de vida actual. Un día estaba feliz siendo la feliz Danielle, trabajando en la cafetería para el único hombre al que alguna vez vio como una figura paterna, sonriendo a todo el que iba a hablar conmigo o a simplemente a tomarse un café, y luego me convertí en una persona anhelante y un poco envidiosa.

Siempre he querido tener mi propia familia, tener tres niños, un esposo devoto y la casa con la valla blanca. Tal vez unas cuantas vacas y un pequeño huerto que yo misma atendiera día con día. Quiero esa vida de casada tradicional que tanto molesta a las feministas extremas de la actualidad.

Como lo que tiene Addison ahora.

Por ello digo que me he vuelto envidiosa. Desde que ella se casó con Lucas, se volvió la madre oficial de Anya y está esperando un hijo no puedo dejar de anhelar lo mismo, no porque mi amiga lo tenga y quiera lo que es de ella, sino porque siempre lo he querido y para mí ha sido muy difícil conseguirlo.

Desde que pasó lo de Logan, todos los hombres en este pueblo han dejado de acercarse para invitarme a salir porque tienen un retorcido sentido de respeto hacia un idiota que no tienen en consideración los sentimientos de nadie más que los suyos propios. No entiendo cómo pueden evitarme como la peste solo porque creen que, de alguna manera, van a lastimarlo. Supongo que no se han puesto a pensar en todo lo que él ha hecho desde entonces, porque definitivamente no se ha estado guardando casto para el matrimonio.

Tal vez por ello fue que acepté salir con el único hombre en el pueblo que no le importa lo que piense Logan, para dejar un punto claro: los sentimientos de Logan me tienen sin cuidado.

No es como si ese degenerado tuviera sentimientos.

Sin embargo, ahora empiezo a lamentarme. Creo que debí ir al pueblo de al lado a un bar, conocer gente nueva y ver desde allí hacia dónde puedo ir. Thomas no ha dejado de hablar de sí mismo desde que pasó por mí. Su trabajo, su vida, sus aficiones, todo lo que tiene que ver con él es lo más interesante en su mente y cree que el resto de personas pensamos lo mismo.

Es peor que Logan y eso ya es decir mucho.

—...no estaba seguro de que las cosas fueran a funcionar con ella desde el momento en que pusimos un pie en el restaurante y preguntó si podíamos comer una buena ración de carne. —Ah, que ya pasamos a sus experiencias amorosas—. No estoy en contra de las mujeres que comen mucho, pero aún así mantienen su figura. Pero ella ya estaba al borde del sobrepeso y no puedo permitir que la mujer con la que estoy saliendo se vuelva gorda y descuidada.

Dios, con cada segundo que pasa es peor. El hombre no tiene respeto por nadie y es asqueroso escucharlo. Estoy feliz de que la chica de la anécdota se haya librado de él, nadie tiene que sufrir tal calvario.

—No creo que decir que alguien está al borde del sobrepeso sea muy lindo, Thomas —digo con ese tono tonto y sarcástico que me gusta usar con los que se comportan como unos imbéciles en la cafetería—. Deberías revisar la forma en que te refieres a las mujeres, no creo que a tu abuela le agrade escucharte.

La abuela de Thomas es una mujer ruda que no se lo piensa a la hora de ponerlo en su lugar. Es una lástima que no estuviera involucrada en su crianza y fuera su madre snob la que lo hiciera en su lugar, porque estoy segura de que no sería una pobre excusa de hombre como es ahora.

—Me estás malinterpretando, linda —Me da esa sonrisa condescendiente con la que pretende hacerme sentir como una tonta, pero solo me encrespa aún más—. No lo dije para hacerla sentir mal o por faltarle el respeto. —Hace una pausa, pensando en sus siguientes palabras—. Es estética. Una cuestión de salud, solamente.

Me contengo para no reírme en su cara de lo estúpido que suena. Él lo está diciendo en serio y quiero tomarle el pelo un poco más antes de mandarlo al diablo.

—Estética, por supuesto.

Me da una sonrisa, creyéndose que estoy de acuerdo con él.

—Tú, por supuesto, no necesitas mirar lo que comes porque eres perfecta y siempre lo has sido —me adula y reprimo las ganas de poner los ojos en blanco. Tonto condescendiente—. Estoy tan feliz de que hayas aceptado salir conmigo. Todos me dijeron que era una mala idea, que iba a volver loco a Logan, pero no les presté atención. Él no es una amenaza para mí.

La verdadera amenaza para él en este momento soy yo y el vaso de agua frente a mí, que luciría muy bien sobre él. Mientras más me imagino echándoselo encima, más me agrada la idea.

—La camarera se está tardando —comento, girando hacia la barra y evitando darle una respuesta a su último comentario.

Desde hace un minuto hay silencio desconcertante rodeando la habitación, cosa sospechosa dado que es un bar y nunca está en silencio a menos que esté pasando algo grave.

Hay un grupo de personas rodeando a alguien y, cuando alzo la cabeza para mirar sobre la gente, me tenso al reconocer el sombrero en medio del tumulto.

¿Qué hace Logan aquí?

Espero que no vea el desenlace vergonzoso de esta cita porque no voy a oír el fin de eso. Aunque parece ocupado, viéndolo bien.




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