El nuevo papá de Stevie

Capítulo 11: Danielle

Capítulo 11

Danielle

El camino de grava va dejando una estela de polvo a mi paso mientras me dirijo a casa de Lucas y Addison. Salí tarde de la cafetería y le dije a Logan que se adelantara con Stevie para que no llegaran tarde, después de todo, no soy yo a quien ellos están esperando ver con ansias. Tuve que ir a mi casa para cambiarme al salir del trabajo y eso me tomó más tiempo, pero me alegra estar con solo veinte minutos de retraso.

Addison me escribió esta mañana para preguntarme si quería ir a cenar con ellos y para contarme que Logan estaba llevando a su hijo ‒dijo esta última palabra como si fuese algo extraño‒ para que los conociera a todos. Evité contarle lo cercana que había sido con Logan en este último día para ayudarle con Stevie porque sé que va a sacarlo de contexto y no quiero ir allí todavía con ella.

Addison tiene la esperanza de que las cosas entre Logan y yo se arreglen y que volvamos a estar juntos, no importa cuanto le haya dicho que no va a ser así nunca más. Me cansé de pelear con ella y, ahora que Logan tiene a Stevie, estoy segura de que me va a lanzar hacia él como lo hizo Paul ayer, pero con menos sutileza.

Voy a tener que ser mega clara con ella esta noche para que no se ponga pesada.

Paso a través de las puertas grandes del rancho Grady y saludo a un trabajador tardío que va de regreso a casa más tarde de lo que debería. Detengo mi auto detrás del de Addison y bajo, llevando conmigo el pastel que hice para la ocasión de esta noche en la cafetería. Antes de que llegue incluso al primer escalón del porche, la puerta se abre y un borrón rosa corre en mi dirección.

—¡Dany! —Anya me abraza por la cintura—. Ariel saltó la verja y papá quiere hacerla más alta para que no escape, pero yo le dije que ella no iba a escapar porque sabe que somos su familia. —Hace una pausa para tomar aire—. Y el tío Logan trajo un niño con él, dice que es su hijo y yo le creo porque tienen el mismo cabello. Todavía no sé si me cae bien, es muy callado, pero dijo que está bien que Ariel coma pasta cuando papá dijo que ni iba a darle más pasta porque no quiere que se enferme. La pasta no enferma a las cabras y les gusta mucho, ¿lo sabías?

Niego con la cabeza.

—No lo sabía, es bueno que Stevie lo sepa, ¿no?

Anya asiente.

—Sí, por eso estoy pensando en hacerlo mi amigo.

No se puede decir que Anya no es interesada porque cada vez lo deja más claro, pero es bueno que tenga claro lo que quiere de sus amigos.

Riendo, le doy un empujoncito hacia la puerta.

—Vamos, deben estar esperando por mí.

—Sí, mamá no ha dejado de hablar de ti desde que llegaste, sobre todo después de que el tío Logan dijo que los ayudaste a él y a Stevie a conseguir cosas para su habitación. —Hay un tono de reproche en su voz que me hace saber que no está muy feliz de que le esté dando tanta atención a otro niño, pero así es Anya, luego se le pasará—. Ahora cree que tú debes ser la nueva mami de Stevie, pero él ya tiene una mami, ya lo dijo.

Dios, lo que debe haber dicho Addison para que Anya llegara a esa conclusión por sí sola debió ser muy directo.

No he puesto un pie dentro de su casa y ya está intentando lanzarme en dirección a Logan.

—Ven, vamos a saludar a todos.

Anya y yo entramos a casa, encontrando a Logan, a Addison ‒que tiene la mano apoyada en su panza medio crecida‒ y a Stevie en la sala de estar. Lucas está en la cocina dando vueltas en la sartén a un filete jugoso que me hace gruñir el estómago.

—¡Danielle! —Stevie se levanta de su lugar junto a su padre en el sofá para correr a abrazarme.

Anya frunce el ceño ante la efusividad del niño y evito reír por sus evidentes celos. Ella está acostumbrada a ser la única niña alrededor, es normal que actúe de esta forma. Ya se le pasará, es imposible que ella y Stevie no se hagan amigos con el tiempo.

—Hola, ¿qué tal estás, amigo? —le devuelvo el saludo en un tono fino de uso exclusivo para niños.

Él se aleja un poco de mí y me da una sonrisa gigante.

—Papá quería enseñarme un juego, pero salió mal.

Arqueo una ceja, echando un vistazo a Logan que tiene una sonrisa de suficiencia en la cara, y vuelvo a Stevie.

—¿Qué clase de juego?

Tomo la mano de Stevie y camino con él al sillón más cercano, donde ambos tomamos asiento. Anya viene para tomar mi otro lado y sujeta mi mano libre, como si quisiera dejar claro un punto.

—Creyó que sería divertido tocar timbres y salir corriendo, pero una de sus vecinas nos atrapó.

Vuelvo a mirar a Logan, esta vez con reproche, pero su sonrisa no hace más que crecer. El hombre no está arrepentido por lo que hizo y no me extraña, él no es de los que se echa para atrás con nada, incluso cuando las cosas le salen mal.

—En mi defensa, la Sra. Denisse es una aguafiestas y tú lo sabes.

A ver, la señora no es el alma más bondadosa ni la más divertida, pero tampoco es mala persona.

—En fin —culmina Stevie—, nos atraparon y nos dieron un regaño por culpa de papá.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.