El ocaso.

Capítulo 5

A comienzos de Agosto a pesar del intenso frio de la época habría actividad en la universidad. Como casi todos los viernes en época de elecciones cada movimiento estudiantil organizaría un evento, una fiesta, para medir fuerzas. Ese viernes Cata en el almuerzo le dijo a Esteban para que se quede.

–Vamos pues Esteban, será la última antes de los exámenes-.

-Puede ser- respondió él.

-Que miedoso y dominado, pedile permiso a tu novia- soltó ella entre risas.

-jaja difícil es despertarse un sábado de mañana sin dormir- dijo él.

-Que abuelo, vamos sí que, a apoyarle al MAFE- dijo ella con entusiasmo al referirse a uno de los movimientos.

-Vamos a ver más después- dijo Esteban con una sonrisa.

-Que aburrido- soltó Cata y salió del lugar.

Realmente Esteban quería ir, lo de la excusa de no dormir ni él se lo creía, simplemente no quería incomodar a Cynthia, realmente quería estar ahí con sus amigos, tomar unas cervezas y sentir su juventud. Pensó en decirle a que fuera con él pero ella no conocía a sus amigos y ambos no estarían cómodos, su cabeza le daba vueltas hasta que decidió no contarle y quedarse en esa última fiesta antes de los exámenes de semestre.

La fiesta sería después de las clases, asistió a la misma y luego quedo con sus amigos. Le mintió a su novia diciendo que ya iba a su casa, -Cuídate amor, hace mucho frio- le escribió ella, al leer eso le dolió un poco el corazón pero a medida que el alcohol y la música electrónica le hacía efecto, la culpa desaparecía y solo sentía algarabía, mucha algarabía.

El no recordaba cuando fue la última vez que había tomado tanto, ni siquiera creía que antes lo hubiera hecho así pero ya no le importaba a esa altura. Bailó con Cata, al ritmo del reggaetón, bailó con sus amigos y también amigas, gritando, saltando, estaba tan extasiado que ni si quiera le dio las buenas noches a su novia, -seguramente estas muy cansado y te quedaste dormido, buenas noches amor te amo-, le había enviado Cynthia mientras él se tomaba otra lata completa de cerveza al grito de “hasta el fondo, hasta el fondo” de todos sus nuevos amigos. Esa noche llegó a las cuatro de la madrugada, durmió dos horas y fue al trabajo. Al mediodía, al salir de su trabajo, fue a la casa de su novia prácticamente sin dormir. Fue un punto de inflexión en su vida.

Después de cada examen él se quedaba a tomar y directamente le mentía a su novia, sus notas eran pésimas pero a él no le importaba, a veces se olvidaba de responderle a Cynthia o simplemente ya le escribía antes de dormir. Inclusive comenzó a escribirle a alguna de sus compañeras por culpa de alguno de sus amigos, estaba totalmente descolocado, deseoso de seguir conservando sus amistades y para volverse popular con ellos lo hacía, en su mente él se sentía libre, sentía de verdad su juventud.

Un día en el almuerzo en el trabajo hablando y bromeando con Cata ella le dijo lo siguiente:

-Cambiaste Esteban ahora ya no sos tan viejo jaja-

-Vos decís?- respondió.

-Ahora sos más lanzado pero igual sos dominado  jaja-

-Ni ahí- respondió Esteban.

-Hincho nomas, dominado- soltó otra vez Cata

Esteban y Cata estaban solos en el comedor en ese momento y en un movimiento se acercó a Cata y le dio un beso en la boca para la gran sorpresa de ella, tanto que le hizo ruborizar.

-Ahí está tu dominado- Le dijo Esteban mientras la cara de Cata se ponía aún más roja.

En ese mismo instante Cynthia le enviaba un mensaje –que estás haciendo amor? Ya almorzaste? Te amo.



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En el texto hay: amor, realismo.

Editado: 20.05.2020

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