1. CAPÍTULO 8
CAPITULO 8: ADIÓS
Dan
3016 (Siete años después)
Jamás se había presenciado una devastación tan absoluta... o al menos, eso se quería recordar. En realidad, el mundo ya había comenzado a caer mucho antes del 2915, dónde ocurrió la gran destrucción. Pero hay que recordar, en el año 2915, la humanidad perdió a Oceanía y parte de Sudáfrica, borradas del mapa por catástrofes que muchos prefirieron olvidar. Pero nada se comparaba con lo ocurrido en el 3014: el ataque masivo de los Krobis arrasó con Asia y una gran parte de Sudamérica. Fue un golpe fulminante. La aniquilación de la mitad de la población, el caos, el desbalance total. Sí, la humanidad logró resistir… pero la victoria se pagó a un precio inconcebible.
Efectivamente, la guerra fue más brutal que cualquier otra registrada en la historia. El ataque masivo de los Krobis provocó la aniquilación de más de la mitad de la población mundial. Nueve años de terror absoluto, donde la UIA —por su peso científico, cultural y económico— se convirtió en el epicentro del conflicto. Las regiones periféricas, sin valor estratégico o geopolítico, apenas sufrieron daños. Pero en los territorios claves, la destrucción fue implacable.
Dan ya no era el niño que Sam conoció. A sus diecisiete años, medía un metro setenta, con una contextura atlética y el cabello largo, igual que Sam, que con casi dieciséis años medía 1,65 m. Para Dan, sin embargo, seguía siendo su pequeña, su frágil ángel. El cabello de ella, corto hasta los hombros, se negaba a crecer más, contrariando con el pelo de él, aunque en su caso era más por terquedad. Durante ese tiempo, Dara los cuidó a ambos. Sam y Dan habían empezado a notar comportamientos extraños en ella, casi humanos. Sam decía que era una IA común, pero Dan comenzaba a dudarlo.
La reina había muerto decían. Mandona, derrochadora y temida incluso por su familia, por lo que su pérdida no fue llorada ni por su familia. La única razón por la que siempre fue soportada, era por su estatus político de brindaba a la UIA. Se rumoraba que su actitud caprichosa había sido la causa del ataque, aunque nunca se confirmó. El rey volvió al poder, aunque nunca lo había dejado realmente. El príncipe también jugó un papel crucial en “La Cuarta Guerra H-K”. Desde el 3016 en que acabó la guerra se reconstruía Arcadia con la velocidad que solo la tecnología de la UIA permitía, y pronto seguirían las demás ciudades. Pero aun así el caos reinaba en el reino. La escasez de alimento continuaba y la lucha por recursos era un problema notable.
Pero entre los sobrevivientes se esparcían rumores aterradores: niños menores de cinco años estaban siendo capturados para experimentos preventivos ante nuevas guerras. La paranoia los hacía dudar de todo y alistarse para una posible guerra— pensaban los dos jóvenes. Los adolescentes, como Dan y Sam, eran enviados a cuarteles con entrenamientos mortales. Se con un entrenamiento mortal, depende si te encuentra la S.A.A(Servicio armado de autodefensa) o la A.S.U (Asociación Para Sobrevivientes de UIA ), ellos preferirían que los encontrase la A.S.U.
—Oye, Dan. Sé que estás pensando en los rumores, pero tranquilo. Somos los tres —le dijo Sam, su voz suave pero firme. Sam siempre intentaba ser optimista para Dan.
Dan la miró. Tenía razón. A diferencia de muchos, ellos habían tenido suerte. Y eso, en el fondo, los hacía sentir culpables.
—Tienes razón, tranquila. Además, yo te protegeré —le sonrió, intentando tranquilizarla y convencerse a sí mismo al mismo tiempo.
Pero Sam era lista. Demasiado.
—Bobo. Sé cuándo mientes. Esa sonrisa tuya no me engaña. Siempre la usas cuando quieres calmarme.
Dan sonrió de verdad esta vez.
—No miento en lo de protegerte —dijo con sinceridad. Daría su vida por ella lo supo desde que la conoció, quiso proteger el tesoro de la mujer que lo salvó.
Ella asintió, abrazándolo.
—Lo sé. Eres todo lo que tengo... junto con Dara.
La UIA había logrado estabilizarse y comenzaba a asistir a los damnificados, sobre todo niños. Las organizaciones como la S.A.A. y la A.S.U. fueron creadas con buenas intenciones por su gobernante, pero la mala administración, codicia y obsesión de muchos… transformó a estas organizaciones en el infierno de algunos
Dara los había convencido tiempo atrás — dos semanas específicamente— de que era tiempo de salir —solían salir a menudo por recursos, pero lo evitaban si podían—. Decidieron dirigirse al norte, donde operaban los reclutadores de la A.S.U. El Este, donde estaba la S.A.A., era una zona a evitar a toda costa, definitivamente no querían acabar ahí. Sin embargo, estaban más cerca del Este. El riesgo era real.
Dara insistió en que debían ocultar su presencia. Sam se negó, pero Dan, como siempre, la hizo entrar en razón.
—Dan, ¿qué crees que pasará con nosotros? —preguntó Sam con voz baja pero firme. No había rastro de juegos en su tono. Solo buscaba una certeza: saber si los tres estarían juntos para siempre—. Me refiero a nuestra situación... como ciudadanos.
Dan tardó unos segundos en responder. No por falta de comprensión, sino porque había quedado atrapado observando cómo el cabello de Sam le caía sobre los ojos. Ella intentaba apartarlo, una y otra vez, sin éxito. Su cabello siempre fue una batalla perdida para ella.