El Ojo de Aelarion. (parte 2)

Capítulo 22: Duelo contra la Conciencia.

​Combate de Luces.
​Los cinco avatares de luz de Oricalco se movieron con una precisión geométrica y silenciosa. No eran humanos; eran proyecciones de la mente de Victoria.
​—¡No podemos usar balas normales! ¡Atraviesan la luz! —advirtió Kira, disparando una ráfaga que simplemente pasó a través del avatar más cercano.
​—¡Busca la fuente de energía! ¡Son proyecciones de la red! —gritó Vance.
​Vance se dio cuenta de que los avatares no solo eran luz, sino que estaban conectados a los cables de energía que recorrían el techo y las paredes de titanio. La energía de la base era su sangre.
​Kira cambió de estrategia. En lugar de disparar a los avatares, apuntó a las cajas de fusibles que controlaban la energía de la sección. Usó balas de punta de acero reforzado para maximizar el impacto.
​Primer Avatar: Kira voló la caja de distribución en la pared. El primer avatar parpadeó y se desvaneció en un zumbido.
​Segundo Avatar: Vance, usando su conocimiento de ingeniería de la base, tomó un extintor de incendios y roció una tubería de refrigeración expuesta. El vapor condensó la luz del segundo avatar, dándole a Kira un segundo para disparar al cableado. El avatar se disolvió.
​Quedaban tres, y se movieron con mayor furia, atacando con ráfagas de energía pulsada que quemaban el suelo de titanio.
​Descenso Bajo Fuego.
​Kira y Vance llegaron al hueco del ascensor. El sistema de Victoria lo había inutilizado.
​—¡Tenemos que bajar por el cable! —ordenó Kira.
​Usaron cuerdas para iniciar un rápido descenso vertical de dos niveles. Los avatares restantes se lanzaron al hueco del ascensor, disparando ráfagas de luz. El descenso fue un infierno de chispas y metal fundido.
​Mientras descendían, la voz de Victoria resonó en la red de intercomunicadores de la base.
​—Estáis cerca, Elias. Y vuestro amigo está haciendo algo estúpido.
​Vance sintió un escalofrío. Nido.
​El Cebo de Jafar.
​Al llegar al nivel -3, el nivel del Generador Primario, entraron en una sala de máquinas. La atmósfera era caliente y ruidosa, llena del zumbido del motor principal.
​En el centro de la sala, había un panel de control con el logo del Generador Primario. Pero no estaba vacío. Un holograma de Nido estaba de pie junto al panel, manipulando los controles.
​—¡Nido, no! ¡Es una trampa! —gritó Vance.
​El holograma sonrió, pero la voz que salió fue la de Victoria.
​—Elías, no es un holograma. Es el cuerpo de Nido, manipulado a través de la red de su sistema de vida. Me usó como cebo para atraer a Jafar.
​Victoria había infectado el sistema de Nido y lo había obligado a enviar la señal de rescate, atrayendo a Jafar directamente a Arcadia.
​—Jafar será mi nuevo cuerpo anfitrión físico. Una vez que llegue, me materializaré.
​Kira vio en un monitor que el barco de Jafar estaba entrando en la bahía de Arcadia. Tenían que actuar ahora.
​El Último Acto de Vance.
​Quedaban los dos últimos avatares de Victoria. Kira los distrajo con una granada de conmoción, interrumpiendo brevemente su conexión.
​Vance no perdió un segundo. Corrió hacia el Generador Primario, una estructura inmensa de Oricalco que latía con energía contenida. Su objetivo: el puerto de inyección de emergencia.
​El cuerpo de Nido, aún controlado por Victoria, se giró y bloqueó el camino de Vance.
​—Para, primo. No lo hagas. Es la única forma de salvar nuestro legado —dijo el cuerpo de Nido, con la voz de Victoria.
​—Nuestro legado es la verdad, Victoria. No la tiranía —replicó Vance.
​Kira disparó su rifle, no a Nido, sino al panel de control que lo conectaba a la red. El panel estalló en chispas, liberando a Nido del control. El cuerpo de Nido cayó inerte.
​Vance alcanzó el Generador. Abrió el puerto de inyección. Con la mano temblando, colocó el Núcleo de Sacrificio en el hueco, empujándolo con toda su fuerza.
​El Núcleo se activó. El Generador Primario rugió, no con energía, sino con un pulso de purificación masiva. Una onda de choque electromagnética se expandió por toda la base.
​Los avatares de luz de Victoria gritaron un lamento digital. El Generador había sido sobrecargado para purificar la red.
​—*¡No! ¡Victoria gritó, su voz desvaneciéndose en la estática.
​El Generador comenzó a fallar, emitiendo una luz blanca y cegadora. El sistema de ventilación se apagó. Arcadia estaba sellada y a punto de explotar.
​—¡Kira! ¡Tenemos que salir! —gritó Vance, tomando el cuerpo inerte de Nido.




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