El Ojo De Ender

2 | Persecución de Medianoche

No tardaron mucho en llegar. Cuando apearon de las vagonetas, Clara observó la estación: El techo consistía en tablas de madera de abeto al igual que el piso, pero las paredes estaban hechas de roble y abedul. La estación estaba amueblada con algunas bancas y una que otra planta y maceta para darle vida a lo que parecía ser una cripta. Se dio cuenta de que la estación era idéntica a la anterior, a diferencia que esta estaba llena de polvo por todas partes y una que otra telaraña colgando del techo. El olor a cerrado era casi insoportable, sin mencionar el hedor a madera podrida. Clara estaba comenzando a sofocarse y a toser, arrugando la nariz inconscientemente.

—Perdóname por el olor. Se me olvidó poner la ventilación y no vengo aquí muy seguido, así que está un poco descuidado —dijo Charlie mientras sacaba las cosas del cofre—. Tenía la esperanza de que las plantas dieran un poco de oxígeno, pero creo que no funcionó. Me sorprende que aun sigan vivas después de tanto tiempo.

—¿Tú hiciste este lugar? —le preguntó Clara tapándose la boca con su suéter.

—En parte. Cuando la encontré, era una mina abandonada —dijo acompañado de un suspiro nostálgico—. Tuve tiempo para restaurarla, pero ésta solo es la segunda vez que la uso. últimamente he estado bastante ocupado con otros asuntos.

Charlie abrió el cofre y empezó a sacar todo, y con paciencia logró guardarlo en su inventario. Después, ambos subieron las escaleras de la estación hasta llegar a la entrada, la cual estaba un poco obstruida por unas ramas y enredaderas que Charlie quitó con su espada como si se tratara de papel, dejando entrar una agradable brisa que les daba la esperanza de ver el exterior. Y una vez que salieron, llenaron sus pulmones con el aire fresco y húmedo del pantano, sintiendo como si hubiesen revivido y los sacaran de un mausoleo.

Clara no pudo evitar disfrutar de la vista durante unos segundos antes de seguir a Charlie.

—Su casa no está muy lejos. Queda a unos doscientos bloques de aquí más o menos. —le dijo antes de empezar a caminar por el sendero.

Era tarde. Habían aparecido al lado de un gran lago no muy profundo. Estaba rodeado por una gran cantidad de cañas de azúcar, manglares y poblado por uno que otro sapo. Los árboles tenían un color verde oscuro y estaban cubiertos por matas de enredaderas que caían de sus copas como cabellos mal peinados. A pesar de eso, el paisaje seguía siendo maravilloso.

Clara siguió admirando el paisaje hasta que sintió que alguien le jalaba el cabello. Al instante soltó un pequeño grito que alertó a Charlie. Clara luchó con todas sus fuerzas para zafarse de las garras que trataban de llevársela, pero mientras más jalaba, más fuerte la agarraban. No lograba escapar.

—¡Charlie! —gritó con fuerza y angustia.

Charlie volvió a ella y la detuvo sosteniéndole las muñecas con firmeza.

—Charlie...

—Tranquila —repuso con calma—, solo son enredaderas.

Cuando Clara vio las plantas revueltas en su cabello, sintió como la sangre se le subía a la cabeza y ocultó su rostro con vergüenza. Poco a poco recuperó la calma y el ritmo de su respiración.

Charlie desató los nudos que se habían formado en el cabello de Clara. Ella trataba de disimular que no le importaba lo cerca que estaba Charlie, pero su rostro enrojecido la delató y él se alejó de ella tratando de no incomodarla más de lo que ya estaba.

Su cabello era sedoso, suave y agradable a la vista a pesar de estar despeinado. Quería tocarlo por horas, pero tenían prisa, y acariciar su cabello por tanto tiempo definitivamente sería algo muy incómodo para ambos; aun así se tomó su tiempo.

—En este mundo ni siquiera puedes confiarte de los árboles —le dijo Charlie con un tono simpático, pero había una cierta verdad en sus palabras, la cual Clara logró percibir, y lo tomó como un consejo.

Luego de desatar los nudos, pudieron continuar su camino. Esta vez con más cuidado de no caer en otra trampa de la naturaleza.

Conforme pasaban más tiempo en el pantano, más se percataban de que el aire estaba impregnado de un olor dulce y carameloso que se les hizo agua a la boca; pero luego, Clara se dio cuenta de que el olor no provenía del lago, como bien habían sospechado y deducido por el nombre de este (Sugarlake), sino que provenía de una cabaña oculta entre los árboles. Sostenida por cuatro altas columnas de madera. Se camuflaba de tal forma que Clara creyó que se trataba de otro árbol. Las enredaderas colgaban de la cabaña al igual que el resto de los árboles, pero su estructura fue lo que le permitió a la chica descubrir que había sido construida por un ser inteligente. En una de las ventanas de la cabaña estaba un pay que claramente se veía recién horneado, lo cual le provocó un instintivo antojo a los dos.

Subieron por las escaleras de mano y luego Charlie golpeteo la puerta tres veces. Entonces se abrió la puerta de golpe y una joven con sombrero de cono y vestido púrpura apareció con un arco en las manos, apuntando directamente hacia la cabeza del joven espadachín, pero en seguida su rostro pasó de mostrar hostilidad a sorpresa.

—¡Charlie! —gritó la bruja emocionada antes de tirar el arco y abrazar al chico con fuerza.

—A mí también me da gusto verte —respondió sonriendo.



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En el texto hay: amor y misterio, accion aventura y drama, minecraft

Editado: 07.02.2023

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