El Ojo De Ender

10 | El Trueno

—Bloquea las puertas y las ventanas —le dijo con firmeza antes de levantarse.

—Solo me quedan dos bloques de madera refinada, el resto lo usé en el hacha —respondió preocupado.

—¡Entonces usa esa hacha y ve por más! —le gritó desesperada.

Tobi puso los únicos bloques que tenía frente a la puerta y salió corriendo de la sala para ir a buscar más madera. Aurora caminó hacia las escaleras tratando de ignorar el agudo dolor que sentía en la cabeza. Agarró su arco y subió a la terraza para ver con más claridad la situación en la que se encontraban.

Una horda de monstruos se acercaban hostilmente hacia la puerta principal y las ventanas.

Sin más remedio, comenzó a disparar a diestra y siniestra, evadiendo al mismo tiempo las flechas de los esqueletos, pero el dolor la distraía y no le dejaba apuntar bien. No pudo evitar fallar muchos tiros, y las flechas se le empezaban a acabar.

—Clara sería de mucha ayuda ahora mismo.

Tobi consiguió tablas de madera rompiendo una de las paredes de la casa y volvió corriendo a la sala. Al llegar, escuchó la puerta rompiéndose por los salvajes golpes de los zombis; por suerte, la entrada seguía bloqueada por los bloques que había puesto antes, pero se espantó al oír una de las ventanas quebrarse a su lado.

Vio a un zombi tratando de entrar entre los cristales rotos y lo invadió el pánico. Empezó a lanzarle tablas de madera, pero al ver que no conseguía nada, Juntó valentía y le enterró su hacha en la cabeza.

Tobi bloqueó las ventanas, pero estas estaban comenzando a partirse por los golpes de los monstruos.

—¡Aurora! —le gritó lo más fuerte que pudo al mismo tiempo que subía las escaleras—. ¡Hay que sacar a Clara de la sala, es muy peligroso! ¡Entraran en cualquier momento!

Aurora gruñó frustrada y guardó su arco mientras corría escaleras abajo con Tobi para cargar a Clara.

—Tenemos que tener mucho cuidado —dijo Aurora al mismo tiempo que la acomodaba para cargarla de los pies—, está muy herida, así que cualquier movimiento brusco podría abrir la herida.

—Sí, eso definitivamente es alentador. Una gran motivación.

Con mucho cuidado, Aurora agarró ambos pies de Clara, y Tobi metió sus brazos debajo de los de ella.

—A la cuenta de tres la cargamos —le advirtió la bruja, pero antes de que Aurora empezara a contar, un zombie rompió uno de los bloques de madera que tapaban la ventana— ¡Tres! —gritó asustada.

De repente, Tobi sintió como si el cuerpo de Clara fuese un saco de arena y la agarró aún más fuerte que antes, tratando de no dejarla caer mientras la llevaban al pie de las escaleras. Pero cuando llegaron, Tobi no pudo evitar dejar que Clara se resbalara lentamente hasta el suelo.

—¡Tobi! —le gritó desesperada.

—¡Lo siento! es demasiado pesada...

Aurora sacó su arco y apuntó hacia la cabeza del zombie que había entrado, y las flechas se clavaron en su cráneo hasta que cayó en el suelo. Luego, sacó de su inventario una poción de color rojo oscuro.

—Bébela —le ordenó.

Sin pensarlo dos veces, el chico se bebió toda la poción, tratando de ignorar el olor a huevo podrido que esta emanaba.

—¿Qué es esto? —preguntó asqueado.

—Fuerza de nivel dos. Vamos a intentarlo de nuevo antes de que entren.

Al cargarla de nuevo, Tobi sintió como si la chica solo fuera una almohada, dejándolo totalmente fascinado.

Sin pensarlo dos veces, la llevaron con rapidez y cuidado a la terraza. Cuando llegaron, Tobi cerró la puerta con su pie, y la acostaron en el suelo. Un fuerte golpe sonó en la puerta unos segundos después, y Tobi corrió a bloquearla.

—¿Qué hacemos ahora? —le preguntó a la bruja al escuchar como la puerta se rompía.

—Tenemos que resistir en lo que llegan Charlie y Antony.

—¿Y si no llegan? —le preguntó preocupado al ver que los tablones de madera que acababa de poner empezaban a quebrarse lentamente—. Ni siquiera estamos seguros de si siguen... —Tobi no quería pensar en esa posibilidad, y dejó de hablar.

Aurora no contestó...

Antony y Charlie habían estado caminando por unos minutos, y el sol comenzaba a desaparecer en el horizonte

Antony y Charlie habían estado caminando por unos minutos, y el sol comenzaba a desaparecer en el horizonte. El ex-guardia vio de reojo a Charlie con curiosidad, y recordó cuando lo había conocido por primera vez. De vez en cuando sentía un escalofrío cada vez que recordaba como le había amenazado cuando se conocieron. Después de ver como había asesinado tantos hombres en el campamento de Godor, comenzó a tomárselo con más seriedad; pero después de conocerlo mejor, descubrió que era una persona muy simpática y amigable. Probablemente ese cambio de personalidad fue por lo que le había pasado a su hermano. Si hubiesen asesinado a toda su familia frente a sus ojos él también sería diferente.

Durante el camino, Antony encontró un arbusto repleto de bayas dulces y se agachó para recoger algunas.

—Son mis favoritas —le dijo a Charlie un poco nostálgico—. Cuando era pequeño mi madre llegaba a la casa con una bolsa repleta de ellas.

—Sí. Mi madre también las compraba. Una vez las comí tan rápido que se me atoró una entera en la garganta y tuvieron que golpearme varias veces en la espalda para que saliera. Me dolió la espalda el resto del día y desde entonces las como una por una.

Antony se rio un poco y le aventó una.

—Suena aterrador —dijo con ironía.

—Lo fue, aunque no lo creas.

Poco después, encontraron una roca al lado del sendero.



#8997 en Otros
#1081 en Aventura
#2326 en Fanfic

En el texto hay: amor y misterio, accion aventura y drama, minecraft

Editado: 07.02.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.