El Ojo De Ender

21 | Aliado Inesperado

El muro que hace unos momentos parecía impenetrable, ahora estaba destrozado y derribado, dejando el suelo repleto de escombros. A Godor le tomó unos cuantos golpes pero no fue muy difícil. Todos salieron en cuanto el agujero fue lo suficientemente grande, y huyeron, dejando atrás un alboroto que en definitiva no querían enfrentar.

Una vez que estuvieron lejos y a salvo, se dirigieron directamente a la posada que Antony y Tobi habían planeado tomar para pasar la noche anterior. Para la sorpresa de ellos, había pocos guardias en el pueblo, y pudieron burlar a los vigilantes, pasando desapercibidos entre la multitud.

—¿Dónde está toda la guardia? —preguntó Tobías al aire.

—Probablemente están tratando de apagar el incendio —repuso Godor.

—¿Incendio?

—Sí, el que causé en su fortaleza —dijo entre risas.

—Te diría que eso fue peligroso, pero nos está ayudando así que no puedo decir nada en contra —comentó Antony.

Después de caminar por las calles unos minutos, lograron llegar a la posada, pero no podían entrar por la puerta principal debido a la vigilancia, y la ventana de la habitación estaba demasiado elevada como para abrirla desde afuera. Todos empezaron a lanzar piedras pequeñas a la ventana con la esperanza de que Charlie estuviese dentro y les pudiese abrir, pero nadie se asomó. Consideraron la idea de romper la ventana, pero los guardias estaban muy cerca. Entonces, Godor se ofreció para cargar a Antony y que él forzara la ventana.

—¿Qué? Debes estar bromeando —respondió.

—Ya no eres un guardia real, no creo que haya problema si forzas una ventana después de todos los crímenes que ya haz hecho.

—No me refiero al crimen de allanamiento. No sé forzar cerraduras.

—Ah, ya veo lo que pasa aquí. Resulta que el guardia real tiene una masculinidad frágil y se siente intimidado por un hombre tan fornido como yo.

—Oh por... No puedo creer que acabas de decir eso —repuso Antony con total molestia.

—Silencio —les ordenó Clara, callándolos abruptamente. Todos supieron al instante lo que estaba pasando, y dejaron que la chica escuchara con atención.

Clara miraba a todas partes, hasta que su mirada cayó en un punto específico, y sacó su arco. Después de ella, todos sacaron sus armas y centraron su atención hacia donde ella miraba.

—Sal —ordenó Clara con una seriedad que nadie jamás había escuchado de ella.

Una chica pelirroja se descubrió poco a poco, saliendo de entre las sombras y alzando las manos.

—Yo la abro —dijo al salir por completo de su escondite.

—¿¡Dayana!? —exclamó Tobi en voz baja al ver a su amiga— ¡Te dije que era peligroso que vinieras con nosotros! —Dayana permaneció en silencio y desvió la mirada de forma arrogante, tratando de evitar los ojos acusadores de Tobías. Todos bajaron sus armas.

—¿Quién es ella? —le preguntó Aurora al chico.

—Es una amiga del orfanato, pero se supone que debería estar en casa... —dijo sin disimular su fastidio.

—Vine a ayudar —dijo Dayana, ignorando la indirecta.

Tobi agarró su brazo y la apartó del grupo para hablar con ella en privado.

—¿Por qué viniste? —le preguntó.

—Vine a ayudar.

—Sí, lo sé, lo escuché la primera vez que lo dijiste, me refiero a por qué no me hiciste caso.

—No puedo decirte.

—¿Por qué?

—No puedo decirte —repitió un poco sonrojada.

—Ah... está bien, da igual. Vuelve a casa.

—No puedo.

—¿Por qué?

—Vine a ayudar.

—Ya lo sé Dayana, aun así quiero que regreses a casa.

—Necesitan ayuda.

—Tal vez, pero podemos resolverlo.

—Podría serles útil. Yo no tengo una masculinidad frágil, soy una chica.

—Aprecio mucho tus intenciones pero...

—¿Crees que no puedo ayudar solo porque soy una chica?

—Eso no fue lo que...

—Eso es sexista.

—No quise decir eso Dayana, solo quiero que vuelvas a casa, ya habíamos hablado de esto antes... No nos vuelvas a seguir —dijo con aspereza.

—... ¿Estás enojado? —preguntó mientras se acariciaba el brazo. Tobi apenas pudo notar la tristeza de su inexpresiva amiga, pero fue suficiente para sentirse culpable, y se tranquilizó a si mismo para no echarlo a perder.

—Estoy preocupado —Dayana se volvió a sonrojar un poco. Tobi, al darse cuenta de lo que había dicho, se coloró de la misma forma y trató de ignorar su propia vergüenza—. No puedo permitir que exista la posibilidad de que te ocurra algo... Clara me contó que torturaron a Aurora, no quiero que te pase algo similar o peor.

—Lo siento Tobi, pero no puedes darme órdenes. Iré con ustedes —dijo Dayana con una mirada intimidante antes de dirigirse a los demás. Tobías quiso responder... pero no tuvo nada que decir en contra de su decisión y su fuerte convicción en acompañarlos.

Ambos regresaron con los demás. Godor trataba de convencer a Antony de cargarlo pero este se negaba con terquedad, alegando que no podía abrir cerraduras. Entonces, Day le dijo a Godor que la cargara, y a pesar de que para el gigante solo era una mocosa, la cargó.

—¿Ves a algún chico por ahí? —preguntó Clara con preocupación.

—No, solo hay unas cuantas maletas y un zorro muy ansioso.

—¿Qué hacemos ahora?

—Charlie sabe cuidarse solo. Lo único que tenemos que hacer es volver a encontrarnos —dijo Aurora—. Pero obviamente debemos sacar las maletas antes de irnos. Es todo lo que nos queda después de que la guardia real confiscara nuestras cosas, incluyendo mi soporte para pociones.

En menos de un minuto, Dayana encontró la forma de abrir la ventana y entró en la habitación para sacar las maletas de todos. Sin embargo, Clara volvió a escuchar algo acercándose. Aurora se asomó con precaución y vio una patrulla de guardias buscando en los alrededores. Después de avisarle a los demás, decidieron meterse en la habitación, y eso hicieron; pero sabían que en algún momento, la guardia revisaría todos los edificios de la zona, y no había forma de escapar con sigilo en poco tiempo.



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En el texto hay: amor y misterio, accion aventura y drama, minecraft

Editado: 07.02.2023

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