Capítulo 14

No era la primera vez que me suturaban, pues una vez de pequeña me caí en un centro comercial y me hice una brecha en la cabeza. La anestesia recorriendo mi cuero cabelludo fue realmente dolorosa, cosa que, en el brazo, apenas he sentido un leve picor. Es por eso por lo que estaba más tranquila: ya sabía lo que se sentía.

Por el rabillo del ojo pude ver como Bangchan apartó la mirada. ¡Já! Son muy valientes mientras estábamos en la casa, pero ahora se asustan por ver una aguja. Aquello me causó gracia y cierta ternura.

- Pronto llegaremos al hospital, allí te pondré los puntos ya que con el movimiento del vehículo es difícil – rio el hombre mayor – Mientras tanto, dejaremos que la anestesia haga efecto.

Una vez estacionados, dos médicos sacaron la camilla con mi amiga y yo salí de pie mientras sostenía mi brazo, ya no lo podía controlar. Estaba medio muerto.

- Por aquí – nos indicó tanto a Bangchan como a mí.

Obedientes, seguimos al señor hasta una sala que rebosaba de olor a desinfectante.

- Siéntate ahí – hice caso y me senté en una camilla – Chico, puedes quedarte fuera, si quieres.

- No... me quedo aquí – se le notaba algo ¿nervioso? Supongo que ver sangre le sentaba mal.

Sin más dilación, el médico se puso a coser mi herida. Llamadme loca, pero a mí me gustaba verlo. En cambio, Chan, apartó su mirada quedándose casi de espaldas a mí.

Finalmente, me vendó y me dio una crema.

- No te la quites hasta mañana por la noche, ¿de acuerdo? Y una vez te la quites tienes que lavarte solo con agua y, con mucho cuidado, aplícate esta pomada. – miró a Bangchan – si se te hace difícil, pide ayuda.

Chan cogió la crema y asintió como si el señor le hubiera encargado una misión que debía cumplir.

Una vez salimos de la sala, fui con Kim Laila. La habían ingresado y estaría un par de días para revisión. Después tendría que asistir a un psicólogo durante un tiempo para poder tratar su situación emocional.

Insistí e insistí para quedarme y pasar la noche con Laila, pero su madre había llegado y en la habitación solo podía haber una persona. Esta me agradeció incontables veces mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas. Tanto a mí como a los chicos. Por eso, en cuanto llegó la hora del cierre de puertas, me despedí tanto de ella como de su madre y salí con los chicos.

Para mi sorpresa Bangchan estaban hablando con Minho y Changbin. Habían venido a recogernos.

- ¿Cómo estás? – preguntó Changbin nada más me vio.

- Bien – levanté mi brazo -. Solo me han dado unos puntos. En una semana más o menos me los retirarán.

Este apretó los labios antes de volver a hablar.

- ¿Y tu amiga?

- Mejor... - dije con la voz algo más apagada – Se quedará aquí unos días y luego tendrá charlas con el psicólogo para tratarla.

- Me alegro – soltó un suspiro.

Bajé la manga para cubrir el vendaje y que mi padre no se diera cuenta. Entramos en el coche y fuimos camino a la casa.

- Si no hubiéramos llegado a tiempo, ¿qué habría pasado? – soltó Bangchan cortando el silencio que reinaba en el vehículo.

- Probablemente, habríamos muerto.

- ¿Y así de tranquila lo dices? – soltó Minho molesto.

- ¿Cómo quieres que lo diga? Es la verdad – hice una pausa –. Tal y como ha pasado, al agarrar a mi amiga no he aguantado su peso y hemos empezado a caer al vacío... pero habéis llegado a tiempo para subirnos a la azotea.

- ¿Eres idiota? ¿Así de fácil pensabas morir? – habló Changbin molesto.

- No iba a dejar que ella cayera – dije molestándome un poco por el comportamiento que estaban empezando a tener.

- Pero en vez de morir una, habréis muerto las dos – comentó Chan.

- Tenía que protegerla – hablé cortante –, en ese momento me daba igual si caía también o no. Ella era mi único objetivo.

- Pero se podría haber hecho de otra manera para que ella no hubiera saltado. Tenías que haber esperado a que llegáramos antes de haberte acercado hasta ella. – habló Changbin.

- ¿Y si se hubiera tirado en el mismo tiempo? – pregunté.

- Eso ya no lo sabremos – un enfadado Minho volvió a abrir su boca.

- Igualmente, ¿por qué discutimos por algo que no ha pasado? – respondí.

- ¡Porque podría haber sucedido! – explotó Changbin.

- ¿No te das cuenta que podríais haber muerto las dos? – Bangchan no asimilaba la situación.

- ¡Por supuesto que lo sé! Pero todo ha salido bien. – dije.

- Si a "todo ha salido bien" te refieres a que tu amiga está ingresada en el hospital y tú con puntos en el brazo, tenemos un concepto muy diferente de "todo ha salido bien" – habló Bangchan con sarcasmo.

- Sabes que me refiero a que las dos estamos vivas.

- ¡Por suerte!

Suspire y me dedique a mirar por el cristal, estos niños me estaban sacando de quicio y ellos estaban ya enfadados, lo mejor era callarse y zanjar la discusión.

Lo que no sabía es que esos puntos en mi brazo iban a causarme más problemas de lo que pensaba....
 

¡Hasta aquí el capítulo de hoy!

Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!

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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.

EDITORIAL: Ediciones Arcanas.

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